domingo, 13 de marzo de 2011

I DOMINGO DE CUARESMA. Ciclo A


DOMINGO DE LAS TENTACIONES

Ideas principales de las lecturas de este domingo:
- 1ª Lectura: Génesis, 27-9;3,1-7: El hombre, modelado por Dios y colocado en el paraíso, no responde al proyecto divino. El pecado rompe la relación del hombre con Dios. La narración del pecado de Adán es una descripción del pasado y una realidad en el presente. El hombre quiere independizarse de Dios y se esclaviza. Hoy, como ayer, el pecado consiste en rechazar a Dios y buscar el propio camino lejos de Él.
- 2ª Lectura: Romanos 5, 12-19: Pablo presenta dos figuras opuestas: Adán y Cristo. Subraya que el pecado vino por un solo hombre y por el pecado la muerte. Por el pecado de Adán se rompió la comunión con Dios. Por Cristo se restaura la relación del hombre con Dios. Pablo presenta el paso de la muerte a la vida.
- Evangelio: Mateo 4,1-11: En el paraíso terrenal Adán se independizó, Jesús, en cambio, se subordina al plan salvífico de Dios y vence las tentaciones del diablo. La salvación está en reconocer la autoridad de Dios y rechazar las tentaciones.
Queridos hermanos y hermanas en Cristo: La liturgia, el culto de la Iglesia, tiene dos tiempos fuertes en el año, las dos pascuas. La Pascua de Navidad y la Pascua de Resurrección. Cada una de estas fiestas grandes va precedida de una preparación. La Pascua de Navidad va precedida del Adviento y a la Pascua de Resurrección precede la Cuaresma. Antiguamente estos cuarenta días que preceden a la Pascua de Resurrección se vivían con gran austeridad penitencial, con ayuno riguroso y abstinencia de carne (eso se recordó en la liturgia del Miércoles de ceniza). Históricamente, en el siglo III ya existía la Semana Santa, como tiempo de preparación a la Pascua. Más tarde se fue alargando hasta los cuarenta días actuales.
Iniciamos la Cuaresma con el domingo llamado de las “tentaciones”. El Evangelio nos narra las tentaciones que sufrió Jesús en el desierto y cómo las superó. Las tentaciones también nos rodean a nosotros. Vivimos en una sociedad que crea propaganda que provoca y estimula. La propaganda está estudiada y ofrece todo aquello que más nos tienta y nos gusta. ¿Quién es capaz huir de las múltiples tentaciones que nos asaltan constantemente? Las tentaciones se presentan con mucho color y calor: la tentación de idolatría, del consumismo y del placer; la tentación del poder y de la autosuficiencia, la tentación de una vida fácil y de seguir los modelos de los personajes famosos de la prensa y de la televisión, la tentación de vivir a espaldas de Dios y construir una sociedad sin Dios. Oímos una voz que nos dice: “Seréis como Dios en el conocimiento del bien y del mal”.
Las tentaciones son muchas. Hemos de reconocer que somos débiles y cedemos con frecuencia a la tentación. La Cuaresma nos invita a entrar en el desierto y vencer las tentaciones para adorar al único y verdadero Dios, como hizo Jesús. Él nos anima con su Palabra y Sacramento a vencer las tentaciones y nos enseña el camino de la Pascua. Amén.

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