sábado, 19 de mayo de 2012

Catequesis Dominical

DOMINGO DE LA ASCENSIÓN. Ciclo B. 
LA AUSENCIA Y LA PRESENCIA

1ª Lectura: Hechos de los Apóstoles 1,1-11. Ausencia de Jesús. Jesús se despide de sus discípulos con los que ha compartido la palabra, el pan y el camino. Es el final de una presencia y el inicio de su nueva presencia en su Iglesia. Comienza la misión evangelizadora de la Iglesia.
2ª Lectura: Efesios 1,17-23. Jesucristo glorificado. Pablo expone el sentido y la riqueza del misterio de Cristo, resucitado y sentado a la derecha de Dios Padre.
Evangelio: Marcos 16,15-20. La misión de evangelizar. La Ascensión de Cristo al cielo no es el final de su presencia entre los hombres, sino el comienzo de una nueva forma de estar en el mundo. Su presencia acompaña la evangelización de sus discípulos y corrobora su misión con signos liberadores.

Queridos hermanos y hermanas en Cristo:
Hoy,fiesta de la Ascensión, el tema es la vuelta de Jesús al Padre, una vez terminada su obra en la tierra, y el comienzo del tiempo de la Iglesia, del tiempo del Espíritu Santo.
Pero el verdadero sentido de la Ascensión es la coronación de su vida y de su obra. Es el comienzo de una nueva forma de estar entre los suyos. No ha abandonado a su Iglesia, sino que permanece entre nosotros.
Su presencia es mistérica e invisible, pero lo sentimos cercano y dentro de nosotros mismos. Permanece en la Palabra y en el Pan eucarístico, partido y compartido. Permanece en el rostro de cada hombre que le busca, ama y espera. Permanece junto al que sufre y al que es portador de paz y justicia. Permanece junto al que hace nacer la vida en el desierto de nuestro mundo. Él permanece siempre con nosotros y quiere que nosotros permanezcamos siempre con Él.
Sólo podemos permanecer en Cristo, si hacemos lo que nos invita hacer. En el Evangelio de hoy, Jesús nos dice “Id por el mundo entero y predicad el evangelio a toda la creación. El que crea y se bautice, se salvará. El que se resista a creer, se condenará”. Es decir, por un lado, un deseo universal de salvación por parte de Dios y por eso quiere que a todos llegue la predicación. Por otro, un respeto total a la libertad del hombre frente al hecho religioso. El Evangelio no se impone, se propone.
Y por último, el Señor Jesús, en su despedida, nos indica las señales que tienen que acompañar a sus seguidores y a los que hoy envía a todas partes a proclamar el evangelio a toda la creación.
  •  "Echarán demonios...": El demonio es el príncipe del mal. Y echar los demonios es luchar contra los poderes del mal que dominan nuestro mundo. 
  • “Hablarán lenguas nuevas…”: Es el lenguaje del amor. Es el amor que perdona sin límites, aguanta sin límites. 
  • “Cogerán serpientes en sus manos…”: La serpiente, en la Biblia, es el símbolo de la seducción, la astucia y el pecado. El cristiano, es el hombre que domestica a esta serpiente, y no dejándose seducir por nada que quiera romper el orden del creador. 
  • “El veneno mortal no les hará daño…”: Las injurias, persecuciones, odios, humillaciones son ese veneno que tanto daño hace. Pero si a todo esto respondemos con el antídoto del amor y la paciencia, no nos hará daño. 
  • “Impondrán las manos a los enfermos y quedarán curados…": Si somos capaces de transmitir a los enfermos algo de ternura, de cercanía, de amor, de fe, seguro que recibirán mucha salud espiritual y psicológica. 
Queridos hermanos y hermanas, ésta es la obra del Señor Jesús, que hoy confía a nuestras manos y nos envía por el mundo para ser signo de su presencia y testimonio del evangelio. Amén.

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