domingo, 11 de mayo de 2014

CATEQUESIS DOMINICAL

IV DOMINGO DE PASCUA. Ciclo A
EL PASTOR Y LOS PASTORES
 
Ideas principales de las lecturas de este domingo:
  • 1ª Lectura: Hechos de los Apóstoles 2, 14 a.36-41:  En la primera lectura, del Libro de los Hechos de los Apóstoles,Pedro narra la vida de Cristo y ofrece la salvación a todos siguiendo el ejemplo del Señor. Es el camino del Resucitado lo que nos salvará. Allí --y entonces-- aceptaron la palabra de Dios y se convirtieron tres mil. ¿Aceptamos nosotros, aquí y ahora, el mensaje de Cristo?
  • 2ª Lectura: Primera Carta del Apóstol San Pedro 2, 20b-25: Hay referencias, en la segunda lectura, sacada de la primera carta del Apóstol San Pedro, a la profecía de Isaías que con la figura del Siervo de Yahvé presenta a Jesús como el cordero dispuesto a la muerte. Pero, además, Jesús es cordero y pastor. Es compañero y puerta. Nos guía y nos acompaña.
  • Evangelio: Juan 10,1-10: El Evangelio de San Juan nos revela que el Señor Jesús es la puerta que nos da acceso a la vida perfecta, al seguimiento de él y a la escucha de su palabra. Hay duras palabras para los falsos pastores a quien el mismo Jesús acusa de ladrones.
Queridos hermanos y hermanas en Cristo: Este domingo, conocido como el del Buen Pastor, tiene recientemente, desde tiempos del Papa Pablo VI, el matiz propio de ser Jornada de oración por las vocaciones al sacerdocio y a la vida consagrada. Y en algunas partes es también el día de la parroquia. Estos dos aspectos no deben desdibujar el sentido propio de este domingo pascual, sino integrarse convenientemente en la liturgia.
Una de las imágenes bíblicas más entrañables es la del pastor. Ya en las catacumbas y en los mosaicos de las antiguas basílicas es frecuente la imagen del “buen pastor”, joven y fuerte, que carga una oveja sobre sus hombros. Pastor y cordero son una misma realidad, dentro de la maravillosa unidad de las imágenes terrenas usadas para representar al Cristo pascual desde la primitiva Iglesia. Son rasgos propios del pastor la fortaleza, el aguante, el silencio, la sensibilidad, la capacidad de observación, la sencillez de un rico mundo espiritual y la constancia. Todas las características encerradas en la figura, frecuentemente enjuta y curtida, del pastor, hacen que sea persona entrañable e imprescindible en la experiencia de la vida rural de todos los tiempos, aunque aquellos que viven en las grandes ciudades y un tanto tecnificados, tengan que hacer un esfuerzo para captar la riqueza de su significado.
Antes de llegar al contenido teológico-pastoral del evangelio de hoy, hay que explicar que las ovejas son animales con poco instinto de orientación; por eso necesitan la ayuda de la constante dirección y defensa. Necesitan oír la voz conocida del pastor para seguirlo. Por eso pastor y ovejas deben estar perfectamente compenetrados. Se deben conocer mutuamente. Y a partir de estas simples observaciones del mundo rural el pueblo de Israel sabía discernir muy bien entre el pastor bueno y el que no tiene mayor interés por sus ovejas. Y Jesús aprovecha estos conocimientos elementales de la gente sencilla para presentarse ante ellos como Buen Pastor que da la vida por sus ovejas.
En nuestra sociedad hay muchos púlpitos desde donde los líderes hablan y gritan en busca de seguidores. Jesús, desde el ambón del mundo, anuncia su mensaje veraz y es el primero que da testimonio y da su vida por todos. Algunas personas se sienten ofendidas al escuchar el evangelio de hoy, que habla de ovejas. Ellas no son ovejas masificadas, dicen con razón, y por eso no aceptan el lenguaje evangélico. Quizá estas mismas personas son manipuladas o instrumentalizadas por los que gritan en las plazas y en los medios de comunicación.
Cristo, el Pastor, no actúa de esta forma, no manipula ni instrumentaliza a las personas, sino que las personaliza, pues establece relaciones personales con cada uno de nosotros. Cristo no sabe contar más que hasta uno, y este uno es cada de nosotros. No busca su interés, no es un aprovechado. No busca ni el voto ni las influencias, sino que da la vida por cada uno y se interesa generosamente. Su relación no es fría y lejana, sino llena de de amor y de cercanía. La lógica de Cristo es darse, servir y dar la vida por los que ama. Cristo es una figura de viva actualidad. La voz de Jesús no es aduladora ni promete falsos paraísos, es voz fascinante y cercana, comprensiva y personalizada.
En nuestro ejercicio de pastoreo, si somos responsables de la vida y los destinos de los demás, hemos de seguir a Cristo Buen Pastor. AMÉN.

No hay comentarios:

Publicar un comentario