domingo, 21 de septiembre de 2014

CATEQUESIS DOMINICAL

XXV DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO. Ciclo A.
"MIS CAMINOS NO SON VUESTROS CAMINOS"


Ideas principales de las lecturas de este domingo:
  • 1ª Lectura: Isaías 55, 6-9. La lógica de Dios no es nuestra lógica. El hombre frío y calculador alimenta en su corazón rencores y perdona poco; mide a los demás e incluso al mismo Dios, con su propia medida. habla de números en sus relaciones con los otros y su teología se convierte en contabilidad. En cambio el método de Dios es distinto, llama al hombre a rectificar sus actitudes, lo invita a ajustarse a los planes divinos y cambiar por la senda de la justicia, del amor y de la fraternidad. Los caminos de Dios no son nuestros caminos.
  • 2ª Lectura: Filipenses 1, 20c-24. 27a. El dilema de Pablo. Pablo, encarcelado y con perspectivas de martirio, está seducido por Cristo. Por otra parte, quiere quedarse ejerciendo el apostolado para continuar su misión de evangelizador. Se  pone en manos del Señor y, mientras tanto, madura su vida para la muerte en espera de la vida nueva.
  • Evangelio: Mateo 20, 1-16. ¿Es injusto el amo de la viña? Se critica a Jesús de ser bueno con los pecadores; hablaba y comía con ellos. Y Jesús narra la parábola de los jornaleros de la viña, cuyo amo termina pagando a todos por igual. La justicia de Dios va siempre adornada por la generosidad. ¿Tendremos envidia porque él es bueno y generoso? Las aparentes contradicciones de Dios han de interpretarse bajo la clave del amor inmenso que él nos tiene.

Queridos hermanos y hermanas en Cristo: en los evangelios de los últimos domingos leíamos la enseñanza de Jesús sobre la corrección fraterna y el perdón, fundamento de unas nuevas relaciones entre los discípulos y expresión visible del Reinado de Dios, Las lecturas que acabamos de escuchar, las de este domingo veinticinco del tiempo ordinario, siguen anunciando el Reino: la novedad en las relaciones humanas se comprende desde la novedad en la relación de cada creyente con Dios. También ponen ante nuestros ojos el rostro de un Dios que, como siempre, nos desconcierta.
Aunque hace tiempo que somos cristianos, nos queda aún mucho que aprender. Todavía es grande la distancia entre sus proyectos y los nuestros, como dice Isaías en la primera lectura. Y tal como sugiere el evangelio, en todo momento el Señor sobrepasa hasta el infinito nuestras mezquinas expectativas, desbaratando nuestra manera de comprender nuestra relación con él y con los hermanos.
Si volvemos la mirada a nuestra realidad nos daremos cuente que la sociedad en que vivimos es esencialmente mercantil y utilitarista. Llevamos bien la contabilidad de lo dado y recibido: tanto me das, tanto te debo.
De ahí que el evangelio quiera iluminar y profundizar nuestro sentido de justicia y nuestras relaciones humanas. Jesús propone un ejemplo tomado de la vida de cada día para luminar el modo de ser de Dios. Ya el profeta Isaías nos advierte de que los caminos de Dios no son nuestros caminos. La parábola de los trabajadores de la viña, por su parte, rompe toda lógica humana, así como nuestros criterios de justicia. A nuestros ojos no deben cobrar lo mismo los que trabajaron más horas y los que trabajaron menos. No es ni justo ni proporcional. Sin embargo, los caminos del Señor son diferentes de los nuestros, Sus criterios no concuerdan con los nuestros. Él, libre y sorprendentemente, establece establece su justicia a su manera. De ahí que nos cueste tanto comprender la lógica de Dios y su voluntad.
Queridos hermanos y hermanas, cuando, al escuchar la Palabra de Dios, encontramos algo que rompe nuestra lógica, es señal de que hay una gran verdad y una gran sabiduría en ello. El relato del evangelio rompe nuestra lógica, sin embargo el corazón humano entiende la lógica de Dios, Su lógica nos resulta extraña. Algo de la lógica divina también en el corazón del creyente, que comprende y acepta que Dios es justo a su manera, que su justicia no deja atrás la misericordia. Por eso, Dios es misericordiosamente justo.
Hoy él sigue llamando e invitando a los creyentes a trabajar en su viña. Que al atardecer de cada jornada podamos decir, como san Pablo a los cristianos de Filipo, que para nosotros la vida es Cristo. Amen,

domingo, 14 de septiembre de 2014

CATEQUESIS DOMINICAL

DOMINGO XXIV DEL TIEMPO ORDINARIO. Ciclo A.
EXALTACIÓN DE LA SANTA CRUZ
EL MISTERIO DE LA CRUZ

Ideas principales de las lecturas de este domingo
  • 1ª Lectura: Números 21,4b-9: En el desierto se levantó un estandarte. Israel murmura contra Dios y aparecen las serpientes venenosas. En el desierto se levantó el estandarte como signo de vida para quien ha sido mordido por una serpiente. La contemplación del estandarte curaba la picadura de la serpiente.
  • 2ª Lectura: Filipenses 2,6-11: Cristo, muerto y glorificado. El himno describe el camino seguido por Jesús, que se rebajó hasta la muerte de cruz. Y Dios Padre lo ha glorificado, haciendo que toda rodilla se doble ante el nombre de Jesús.
  • Evangelio: Juan 3,13-17: La cruz salva. La cruz, signo de muerte, se ha convertido en Jesús en signo de vida y de salvación.
Queridos hermanos y hermanas en Cristo: “¡Qué dicha tener la Cruz! Quien posee la Cruz posee un tesoro”, decía San Andrés de Creta en un sermón sobre la Exaltación de la Santa Cruz. En este día en el que la liturgia de la Iglesia celebra la fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz, El Evangelio que acabamos de escuchar, nos recuerda el significado de este gran misterio: Tanto amó Dios al mundo, que entregó a su Hijo único para salvar a los hombres.
El Hijo de Dios se hizo vulnerable, tomando la condición de siervo, obediente hasta la muerte y una muerte de cruz, nos decía san Pablo en la segunda lectura. Por su Cruz hemos sido salvado. El instrumento de suplicio que mostró, el Viernes Santo, el juicio de Dios sobre el mundo, se ha transformado en fuente de vida, de perdón, de misericordia, signo de reconciliación y de paz. “Para ser curados de muestras enfermedades espirituales, es decir, del pecado, miremos a Cristo crucificado, decía san Agustín. Miremos constantemente a Jesús crucificado en nuestros momentos de oración como los israelitas contemplaban el estandarte en el desierto para buscar la salud y la vida.
Al levantar los ojos hacia el Crucificado, adoremos a Aquel que vino para quitar el pecado del mundo y darnos la vida eterna. La Iglesia nos invita a levantar con orgullo (evitando todo tipo de fanatismo) la Cruz gloriosa para el mundo vea hasta dónde ha llegado el amor del Crucificado por los hombres, por todos los hombres. Porque la Cruz es la identidad del cristiano desde el día de nuestro bautismo. Esa cruz que el sacerdote nos marcó sobre la frente en ese día, nos quedó marcada para toda la vida. Por eso la Iglesia nos invita, una vez más, a dar gracias a Dios porque del árbol de Cruz que parecía portador de muerte, ha surgido de nuevo la vida. Sobre este árbol, Jesús nos revela su majestad soberana, nos revela que Él es el exaltado en la gloria. Sí, “venid a adorarlo”, solemos cantar en la función religiosa del Viernes Santo.
Queridos hermanos y hermanas, en medio de nosotros se encuentra Quien nos ha amado hasta dar su vida por nosotros, Quien invita a todo ser humano a acercarse a Él con confianza. Amén.

domingo, 7 de septiembre de 2014

ACTIVIDADES ARCIPRESTALES

COLONIAS DE VERANO DE CARITAS
"Lo que habéis recibido gratis, dadlo gratis" (Mt 10, 8)

O dejamos el articulo publicado en la pagina web de Caritas Diocesana de Huelva, sobre la actividad "Colonias TotemC", que se ha llevado a cabo este verano; y en la que, como sabéis, ha participado nuestra Parroquia. Aprovechando la ocasión para agradecer la colaboración de cuantos habéis colaborado, de alguna manera u otra, en esta actividad, especialmente a los voluntarios.

Gran acogida de las Colonias de Veranos de Cáritas Diocesana de Huelva
47 niños de la comarca de la sierra onubense han disfrutado de un verano de diversión y aprendizaje
 
El verano ha sido el momento propicio para que un nutrido grupo de niños/as y voluntarios/as hayan compartido unos días en Almonaster la Real. Una colonia de verano al estilo Cáritas.
El desarrollo de una persona es un camino complejo y delicado en toda su longitud. Sin embargo, existe una transición durante el ciclo vital que es, a nuestro entender, sumamente delicada. Dicha transición constituye el paso de la etapa infantil a la adolescente.
Asimismo, la infancia es la etapa evolutivo-educativa más importante en el desarrollo de la persona, ya que en ella se asientan las bases cognitivas, afectivo-emocionales y los patrones conductuales que luego guiarán a la persona adulta en el afrontamiento del propio ciclo vital. Siendo conscientes de la importancia que poseen los diferentes escenarios en los que el niño/a se relaciona, desde Cáritas creemos que es fundamental ofrecer un espacio convivencial seguro, con estímulos controlados y en el que se aprendan modelos sanos de relación con el grupo de iguales.
Éste es el objetivo que se persigue en el proyecto Colonias de Verano TótemC, que se ha desarrollado en la localidad de Almonaster la Real, situada en la Sierra de Aracena y Picos de Aroche, en la Casa que Cáritas Diocesana de Huelva posee en dicho lugar.
Este proyecto adopta la metodología de trabajo de una Colonia de Verano urbana. No se trata de organizar una semana de juegos para niños y niñas, sino de aprovechar la excusa de las actividades para enseñar, desde la cercanía relacional, modelos afectivo-conductuales. Así, los monitores/as voluntarios han tenido acceso a un trato estrecho con los niños y las niñas. La convivencia, el cariño y las enseñanzas sociales que se derivan de los hechos concretos que se sucedieron durante la semana supusieron un aprendizaje más profundo que el simplemente cognitivo, ya que apelaron al constructo emocional del niño/a. Utilizando una metodología activa y desde una perspectiva constructivista, propiciamos que el niño y la niña sean los protagonistas de sus propios aprendizajes y adquisiciones, y que éstos puedan ser integrados en su estructura cognitiva con relativa facilidad: porque son motivadores, tienen un contenido significativo y se apoyan en conocimientos previos.
Dicho proyecto se sustenta en el trabajo de los equipos de Cáritas Parroquial de la Coordinadora de Sierra y de la Coordinadora de Minas. Pertenecientes a dichas parroquias son los 16 monitores/as, de edades comprendidas entre los 17 y 25 años de edad. Éstos han acompañado, guiado y educado a un total de de 47 niños y niñas de entre 8 y 12 años, la mayoría de ellos pertenecientes a familias con las que trabajan durante el año los equipos parroquiales Cáritas de la Sierra. La actividad, que se desarrolló en la segunda quincena del mes de Julio, ha dado numerosos frutos. La convivencia en la Casa ha tejido muchos lazos de cariño entre monitores/as y niños/as, creando un ambiente familiar y acogedor, en el que las enseñanzas, los consejos y las confidencias se producían de forma natural. Todos los implicados en la Colonia terminaron la actividad cansados y satisfechos: ha sido una experiencia gratificante y significativa para todos.

(Fuente: www.caritashuelva.org)

CATEQUESIS DOMINICAL

XXIII DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO. Ciclo A.
SALVA A TU HERMANO.
 
Ideas principales de las lecturas de este domingo:
  • 1ª Lectura: Ezequiel 33, 7-9. El profeta anuncia y denuncia. La misión del profeta es estar alerta ante los acontecimientos para desvelar su sentido al pueblo, y así conducirlo por el camino de la conversión. El profeta anuncia los peligros para que sean evitados por el pueblo. Por el contrario, si no se cumple la misión confiada se convierte en insolidario con el pueblo.
  • 2ª Lectura: Romanos 13, 8-10. La caridad, síntesis de toda ley. Pablo continúa su exhortación sobre el comportamiento del cristiano en relación con el prójimo. Da consejos sobre la manera en que deben vivir los cristianos. Quien ama al hermano desea para él lo mejor y procura por todos los medios no hacerle daño alguno.
  • Evangelio: Mateo 18, 15-20. Recuperar al hermano. Uno de los aspectos del amor fraterno es la corrección fraterna. No es tarea fácil, sin embargo, es una constante de la pedagogía de Dios. Amar al prójimo no es siempre sinónimo de callar, muchas obliga a hablar, orientar, guiar y corregir caritativamente. La denuncia del mal favorece al bien.
Queridos hermanos y hermanas en Cristo: Estamos ya acostumbrados a escuchar frases como que "la envidia es el deporte nacional". Hoy podríamos añadir que la crítica es el campo de juego, y que el arbitraje es tan parcial, que el último en enterarse el es interesado. Con todo, no toda crítica es mala. Existe una crítica, llamada constructiva, que puede resultar necesaria y obligatoria en muchas ocasiones. Sobre ella trata el mensaje de este domingo. Dicho con otras palabras, las lecturas de este domingo veintitrés del tiempo ordinario nos habla de la corrección fraterna, que es otra manera de mostrar nuestro amor a los hermanos.
En la primera lectura de hoy, el Señor, por medio del profeta Ezequiel, nos dice que demos la mano a quien la necesite para evitar el mal. En muchas ocasiones el silencio o el miedo a realizar una corrección oportuna o a manifestar nuestro propio criterio cristiano, es un pecado de omisión, una colaboración con el mal. Se dan situaciones sobre las que no se puede callar, sino que hay que hablar y denunciar si es preciso. Es el único modo de ofrecer la oportunidad de cambiar de conducta y rectificar. Es, además, la manera apropiada de amar al hermano eficazmente. "Uno que ama a su hermano no le hace daño", decía san Pablo en la segunda lectura; y el único modo de evitar el daño de alguien que está en peligro es prevenirle de su situación.
El Señor expone esta misma recomendación en el evangelio. Y señala las pautas para que la llamada de atención y la crítica al hermano sean positivas: "Repréndelo a solas entre los dos. Si no te hace caso, llama a otro o a otros dos testigos. Si no les hace caso, díselo a la comunidad". Para empezar, vemos que la corrección fraterna, a la que Jesús insta, no tiene nada que ver con la crítica que raya a la calumnia, al estilo de lavadero público. Eso, no. Porque , a parte de que en nada ayuda al afectado, que no puede defenderse ni se le da la oportunidad de cambiar, es una falta de caridad y de consideración el poner a alguien en boca de todos.
Queridos hermanos, ¡que diferente es el método que Cristo recomienda hoy! Primero a solas, con valentía, de tú a tú; como buen amigo que, porque le aprecia y le quiere, le dice las cosas claras, pero con todo el cariño y respeto. Luego, entre dos o tres buenas personas en las que pueda confiar, para que vea que no se trata de un cotilleo malsano, sino de interés positivo por él. Por último, la comunidad, la que lo siente en su seno como algo común y propio y de la que él siente que forma parte como miembro apreciado.
La corrección fraterna nace del amor al hermano y conduce al amor del perdón. El Señor ha comenzado esta celebración invitándonos a la conversión y concediéndonos su misericordia. Ahora nos invita a la fiesta de la reconciliación con una promesa especial: "Os aseguro que si dos de vosotros se ponen de acuerdo para pedir algo, se lo dará mi Padre del cielo". Y con un regalo fascinante: "Donde do o tres están reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos". Amén.