domingo, 4 de julio de 2010

XIV Domingo del Tiempo Ordinario.

ARTESANOS DE LA PAZ

IDEAS PRINCIPALES DE LAS LECTURAS DE ESTE DOMINGO
- 1ª Lectura: Isaías 66,10-14c: Los desterrados de Babilonia han vuelto a Jerusalén. Pronto las esperanzas y los goces se convirtieron en desilusiones. Surgen las dificultades para la reconstrucción de la ciudad. En este ambiente, el profeta anuncia que Dios es fiel a su promesa y Jerusalén será una ciudad a la que llegarán como río la paz y las riquezas de las naciones.
- 2ª Lectura: Gálatas 6,14-18: Hoy acabamos la lectura de la Carta de san Pablo a los Gálatas. Pablo se despide indicando lo esencial del Evangelio. Lo importante para un discípulo de Cristo es la cruz y gloriarse en ella. El cristiano que cree y acepta la cruz experimenta la paz y la misericordia divinas.
- Evangelio: Lucas 10,1-12.17-20: Lucas narra la misión de los setenta y dos discípulos y las consignas que Jesús les da antes de ponerse en camino. Las consignas son claras y precisas: la pobreza y ser mensajeros de paz. Les advierte que su tarea no es fácil y que su misión consiste en anunciar el Reino de Dios.

• Queridos hermanos y hermanas en Cristo: El Evangelio de hoy nos habla de la misión confiada por el Señor a un grupo de discípulos. Esa misión tenía por finalidad preparar a las gentes para la llegada del Señor.
• Para preparación comenzaría por el anuncio de la paz, y se llevaría a cabo no por imposición ni por fuerza sino por la oferta humilde y sencilla del mensaje de la Buena Nueva.
• Los proclamadores de la paz van al mundo solos, sin poder, sin respaldo de la fuerza; van pobres. Su única fuerza es la de saber que sus nombres están escritos en el cielo. Además, son los precursores, los anunciadores del que ha de traer la verdadera paz, que es Cristo-Jesús.
• Nosotros, los cristianos, debemos ser portadores de la paz de Cristo; una paz que no se impone sino que se ofrece solamente, y quienes son los signos de la paz recaerá sobre ellos como lluvia beneficiosa.
• La paz, tal como se afirma en la primera lectura de hoy, lleva consigo la alegría y el consuelo de Dios.
• Dios es nuestra ayuda en la construcción de una paz que no se impone por la fuerza de la guerra sino por el ofrecimiento y la aceptación del mensaje evangélico de Jesús, el Príncipe de la Paz.
• Cuando nuestro empeño sea trabajar por la paz, el Señor nos dirá: “Dichosos los que construyen la paz, porque serán llamados hijos de Dios”. Amén.

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