Hola a tod@s: Recibid un saludo cordial y cariñoso a cuantos a través de este blog de la Parroquia "Santiago el Mayor" de Arroyomolinos de León, accedeis a esta página. La Parroquia quiere avanzar y crecer en ser comunidad cristiana que anuncia, forma, celebra y testimonia la fe. Siéntete invitado y llamado a asumir y compartir la misión evangelizadora de la que somos corresponsables. En nombre del Consejo Parroquial, de nuevo, un cordial saludo.
martes, 17 de agosto de 2010
XX Domingo del Tiempo Ordinario. Solemnidad de la Asunción de la Virgen.
EL TRIUNFO DE MARÍA
Ideas principales de las lecturas de este Domingo.
- 1ª Lectura: Apocalipsis 11,9ª;12,1.3-6ª.10ab: La mujer descrita en el Apocalipsis condensa un simbolismo: Eva, Israel, María y la Iglesia. María, la mujer vestida de sol y llena de luz, es glorificada en el cielo.
- 2ª Lectura: I Corintios 15,20-26: Pablo considera la resurrección de Cristo como la victoria decisiva sobre la muerte. Cristo, sin embargo, no es un triunfador solitario, es “la primicia de los que han muerto”. La Madre de Jesús, por singular privilegio, concluida su existencia terrena, obtuvo la victoria plena sobre la muerte, fruto de la resurrección de su Hijo.
- Evangelio: Lucas 1,39-56: El relato lucano de la visita de María a su prima Isabel pone de manifiesta dos aspectos: María, “arca de la nueva alianza”, y su agradecimiento a Dios por sus grandes maravillas.
Queridos hermanos y hermanas en Cristo: A veces, al hablar de la Asunción de la Virgen, nos quedamos en su sentido puramente sensible: ¡llevada al cielo!; ¡subida en brazos junto a Dios! Y no podemos quedarnos en eso.
El sentido puramente religioso de esta Solemnidad de la Asunción de la Virgen María nos orienta hacia el destino final del creyente, destino de vida y de comunión. O sea, hace más vivo el sentido de la vida más allá de la muerte, del encuentro con Dios, de la asunción con él. La Asunción nos dice que María alcanzó, de modo pleno, la vida lograda, merecida, y ofrecida por Jesús. En una palabra, la Asunción de la Virgen María es el final gozoso y normal, para una vida de fe.
Las lecturas de esta solemnidad están construidas sobre una serie de antítesis o contradicciones: la primera lectura presenta el contraste entre el bien y el mal (el hijo y el dragón); la segunda lectura contrasta la vida y la muerte; y el evangelio marca la diferencia entre pobreza y poder. La liturgia de este día es un mensaje de esperanza, sabiendo que triunfará el bien, que la vida aniquilará la muerte que la pobreza vencerá a los soberbios y potentes.
María es la primicia de los redimidos, imagen de la Iglesia, presencia de Dios entre nosotros, que lleva dentro a Cristo. María es el signo vivo de la presencia de Dios en medio de la humanidad y el arca de la nueva alianza; por eso es figura favorable a la iglesia, que debe ser semilla, pobre y consagrada a Dios como Dios. Ella es la primera discípula de Jesús, siguió sus huellas y no perdió nunca el camino.
Nosotros hemos perdido el camino (muchas veces) en el laberinto de nuestros caprichos; se ha marchitado la belleza y la inocencia al calor de nuestras pasiones; hemos roto la alianza y las promesas bautismales y hemos proclamado nuestra increencia e indiferencia en el púlpito de nuestra sociedad; hemos buscado ídolos, líderes, modelos que surgen y desaparecen como humo.
En cambio, María, asunta al cielo, es modelo de hermosura y belleza, de inocencia y de vida, de fe y de fidelidad. Su gloria y triunfo tienen como raíz su fe vivida y expresada en el gozo y en el dolor. Es la mujer creyente, agradecida y glorificada. Su respuesta al Señor fue libre y generosa en Nazaret y sacrificada en el Calvario. Ahora es proclamada bienaventurada por toda la Iglesia, mientras se van construyendo los cielos nuevos y la tierra nueva. Amén.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario