sábado, 4 de diciembre de 2010

II DOMINGO DEL ADVIENTO. Ciclo A

UNA TRIPLE LLAMADA

Ideas principales de las lecturas de este domingo:
- 1ª Lectura: Isaías 11,1-10: Isaías describe las características personales del futuro Mesías, a saber: procederá de la casa de David, estará lleno del Espíritu de Dios, será portador de justicia y de salvación para todos. Su objetivo será construir una sociedad en donde reine la paz y la concordia.
- 2ª Lectura: Romanos 15,4-9. La coexistencia entre cristianos de origen judío y de origen pagano no siempre fue fácil en la comunidad primitiva. Pablo establece el principio fundamental de la mutua relación y lo fundamenta en Cristo. Subraya la importancia de la Escritura en la vida cristiana e invita a la concordia. El cristiano está llamado a eliminar las barreras que impiden el diálogo y las relaciones entre unos y otros. Los que se acogen mutuamente, alaban al Señor hasta que él vuelva.
- Evangelio: Mateo 3,1-12. Juan, la voz del desierto, predica la conversión para entrar en el Reino de Dios. El Bautista es hombre de vida austera y, a la vez, es voz que grita conversión e invita a recibir el bautismo. Juan prepara el camino del Señor. Adviento nos llama a entrar con humildad en el camino de la conversión.

Queridos hermanos y hermanas en Cristo: El profeta Isaías nos decía el domingo pasado que el Mesías cambiaría las espadas en instrumento de paz. Ni las espadas se han cambiado en arados, ni las lanzas en podaderas. Las profecías mesiánicas no se ven realizadas. Las espadas han sido cambiadas en fusiles y las lanzas en misiles; la humanidad continúa fabricando y exhibiendo instrumentos de muerte y de destrucción en vez de crear instrumentos de paz y de justicia.
Los cristianos no creemos en paces parciales. Destruir a los enemigos no es crear paz. La paz se construye cuando nos acercamos a los enemigos y le tendemos una mano amorosa. Las guerras nacen del corazón del hombre. Aquí están los verdaderos “hogares de la guerras”. Se precisa un cambio radical del corazón. La paz verdadera se alcanza cuando se aportan victorias sobre el mal.
Juan, el Bautista, predica la conversión que es el único camino para conseguir la verdadera paz. Un corazón en paz convierte los instrumentos de guerra en espacios de paz. La profecía mesiánica es la realidad en el corazón de muchos creyentes. La llamada a la convivencia, a la acogida y a la conversión exige una respuesta desde el corazón. AMÉN.

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