domingo, 27 de febrero de 2011

VIII DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO. Ciclo A.


LO PRIMERO
Ideas principales de las lecturas de este domingo:
1ª Lectura: Isaías 49, 14-15. Dios no se olvida de sus hijos.
2ª Lectura:1 Corintios 4, 1-5. El Señor manifestará los designios del corazón.
Evangelio: Mateo 6, 24-34.No os angustiéis por el mañana.
«Sobre todo, buscad el reino de Dios y su justicia; lo demás se os dará por añadidura». Las palabras de Jesús no pueden ser más claras. Lo primero que hemos de buscar sus seguidores es "el reino de Dios y su justicia"; lo demás viene después. ¿Vivimos los cristianos de hoy volcados en construir un mundo más humano, tal como lo quiere Dios, o estamos gastando nuestras energías en cosas secundarias y accidentales?
No es una pregunta más. Es decisivo saber si estamos siendo fieles al objetivo prioritario marcado por Jesús, o estamos desarrollando una religiosidad que nos está desviando de la pasión que llevaba él en su corazón. ¿No hemos de corregir la dirección y centrar nuestro cristianismo con más fidelidad en el proyecto del reino de Dios?
La actitud de Jesús es diáfana. Basta leer los evangelios. Al mismo tiempo que vive en medio de la gente trabajando por una Galilea más sana, más justa y fraterna, más atenta a los últimos y más acogedora a los excluidos, no duda en criticar una religión que observa el sábado y cuida el culto mientras olvida que Dios quiere misericordia antes que sacrificios.
El cristianismo no es una religión más, que ofrece unos servicios para responder a la necesidad de Dios que tiene el ser humano. Es una religión profética nacida de Jesús para humanizar la vida según el proyecto de Dios. Podemos "funcionar" como comunidades religiosas reunidas en torno al culto, pero si no contagiamos compasión ni exigimos justicia, si no defendemos a los olvidados ni atendemos a los últimos, ¿dónde queda el proyecto que animó la vida entera de Jesús?
Tal vez, la manera más práctica de reorientar nuestras comunidades hacia el reino de Dios y su justicia es comenzar por cuidar más la acogida. No se trata de descuidar la celebración cultual, sino de desarrollar mucho más la acogida, la escucha y el acompañamiento a la gente en sus penas, trabajos y esperanzas. Compartir el sufrimiento de las personas nos puede ayudar a comprender mejor nuestro objetivo: contribuir desde el Evangelio a un mundo más humano.
En su primera encíclica, Juan Pablo II, recogiendo una idea importante del Concilio Vaticano II, nos recordó a los cristianos cómo hemos de entender la Iglesia. Lo hizo de manera clara. "La Iglesia no es ella misma su propio fin, pues está orientada al reino de Dios del cual es germen, signo e instrumento". Lo primero no es la Iglesia, sino el reino de Dios. Si queremos una Iglesia más evangélica es porque buscamos contribuir desde ella a buscar un mundo más humano.
(Red evangelizadora Buenas Noticias)

viernes, 25 de febrero de 2011

Para reflexionar


OPERACIÓN TRIUNFO

OT es un programa de televisión, de lo mejor que se ha creado, para mi humilde opinión, surgido hace ya varios años y que, bajo el formato de Gran Hermano, daba una razón a eso de encerrar a unas personas en una casa y mantener 24 horas de cámaras sobre ellos.

Se alejó enseguida de las escenas morbosas, porque lo importante era escoger un representante para el Festival de Eurovisión. Cada semana era expulsado un concursante, y básicamente lo que tenían que hacer es mejorar como cantantes ayudados por los profesores en lo que llamaban la Academia. En contraste con Gran Hermano, no iban a pasar el rato a hacer de ratas de laboratorio mientras los demás miraban, sino que se trataba de un “internado” donde lo importante era la música. Y tan es así que todos los que participaron en el programa acabaron editando un disco en solitario y muchos de ellos continúan en el mundo de la canción o el espectáculo.

Pero ante ese arranque de genio, hubo quienes, acomodados, vieron peligrar su gallina de los huevos de oro. Aquellos que vivían a costa de la música, bajo subvenciones arrimados al poder, vieron en esa “revolución” juvenil como perdían clientela y el mercado les abandonaba. La juventud dispuesta a trabajar bajo la batuta de la ilusión, contra la burguesía dispuesta a vivir de no hacer nada, vivir de una marca, de un pasado. En la segunda edición hubo, muchas normas restrictivas y así se pasó al anonimato de casi todos los que fueron apareciendo en las distintas ediciones, salvo casos contados.

Ambos concursos, OT y GH fueron creciendo en ediciones. Y mientras el esfuerzo por forjarse una carrera (OT) era cada vez menos seguido; la facilidad de una portada de revista (para adultos), o un sillón en un programa “basura” que ofrecía GH subía la audiencia como la espuma. Muchos aburguesados se cegaban con lo que pasaba en la pequeña Sodoma de TV.

Al final el pulso estaba servido… en la misma cadena y al mismo tiempo… OT contra GH. El combate ha durado poco. Por ahora, ha ganado la batalla Gran Hermano y este domingo OT se despedía precipitadamente. España… ¿Qué te pasa? ¿El stress diario te ha cegado el futuro? ¿Has vendido tu primogenitura por un plato de lentejas?

¡A vosotros!, ¡jóvenes luchadores, con ganas de triunfo, capaces de sufrir por lograr vuestro sueño!, ¡tenéis una salida! ¡Hay un lugar donde os necesitan, donde os formaran en el sacrificio, donde no seréis expulsados si os equivocáis y donde el confesionario está atendido por el único capaz de perdonar y limpiar vuestro interior! ¡La Iglesia! ¡La Iglesia no es lo que esos aburguesados os muestran!, ¡ya sabéis que os tienen miedo!, ¡también se lo tienen a la Iglesia! ¡Aquí encontraréis mucha gente que lucha por un mundo mejor, que desde su posición en la sociedad está dispuesta a servir y a ayudar al otro! ¡Donde el triunfo es el triunfo del otro, donde la alegría está en darse a los demás, donde esa fuerza que tenéis es lo primordial para caminar, donde os busca Aquel que os ha creado y os busca sólo para daros su amor! “Venid todos aquellos que estáis cansados y agobiados que yo os aliviaré” (Mt 11,28). “Oíd, sedientos todos, acudid a por agua, venid también los que no tenéis dinero: comprad trigo y comed, venid y comprad, sin dinero y de balde, vino y leche” (Is 55, 1). ¡Cristo triunfó, con Él también nosotros venceremos!
(Escrito de David Llena, publicado en www.betania.es)

sábado, 19 de febrero de 2011

VII DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO. Ciclo A.


AMAR A QUIEN NOS HACE DAÑO
Ideas principales de las lecturas de este domingo:
1ª Lectura: Levítico 19, 1-2.17-18: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.
2ª Lectura: 1 Corintios 3, 16-23: Todo es vuestro, vosotros de Cristo y Cristo de Dios.
Evangelio: Mateo 5, 38-48: Amad a vuestros enemigos.
La llamada a amar es seductora. Seguramente, muchos escuchaban con agrado la invitación de Jesús a vivir en una actitud abierta de amistad y generosidad hacia todos. Lo que menos se podían esperar era oírle hablar de amor a los enemigos.
Sólo un loco les podía decir con aquella convicción algo tan absurdo e impensable: «Amad a vuestros enemigos, rezad por los que os persiguen, perdonad setenta veces siete... » ¿Sabe Jesús lo que está diciendo? ¿Es eso lo que quiere Dios?
Los oyentes le escuchaban escandalizados. ¿Se olvida Jesús de que su pueblo vive sometido a Roma? ¿Ha olvidado los estragos cometidos por sus legiones? ¿No conoce la explotación de los campesinos de Galilea, indefensos ante los abusos de los poderosos terratenientes? ¿Cómo puede hablar de perdón a los enemigos, si todo les está invitando al odio y la venganza?
Jesús no les habla arbitrariamente. Su invitación nace de su experiencia de Dios. El Padre de todos no es violento sino compasivo. No busca la venganza ni conoce el odio. Su amor es incondicional hacia todos: «El hace salir su sol sobre buenos y malos, manda la lluvia a justos e injustos». No discrimina a nadie. No ama sólo a quienes le son fieles. Su amor está abierto a todos.
Este Dios que no excluye a nadie de su amor nos ha de atraer a vivir como él. Esta es en síntesis la llamada de Jesús. "Pareceos a Dios. No seáis enemigos de nadie, ni siquiera de quienes son vuestros enemigos. Amadlos para que seáis dignos de vuestro Padre del cielo".
Jesús no está pensando en que los queramos con el afecto y el cariño que sentimos hacia nuestros seres más queridos. Amar al enemigo es, sencillamente, no vengarnos, no hacerle daño, no desearle el mal. Pensar, más bien, en lo que puede ser bueno para él. Tratarlo como quisiéramos que nos trataran a nosotros.
¿Es posible amar al enemigo? Jesús no está imponiendo una ley universal. Está invitando a sus seguidores a parecernos a Dios para ir haciendo desaparecer el odio y la enemistad entre sus hijos. Sólo quien vive tratando de identificarse con Jesús llega a amar a quienes le quieren mal. Atraídos por él, aprendemos a no alimentar el odio contra nadie, a superar el resentimiento, a hacer el bien a todos. Jesús nos invita a «rezar por los que nos persiguen», seguramente, para ir transformando poco a poco nuestro corazón. Amar a quien nos hace daño no es fácil, pero es lo que mejor nos identifica con aquel que murió rezando por quienes lo estaban crucificando: "Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen".
(José Antonio Pagola. Red Buenas Noticias)

sábado, 12 de febrero de 2011

VI DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO. Ciclo A.


ALGUNOS CONSEJOS DE JESÚS A SUS DISCÍPULOS.

Ideas principales de las lecturas de este domingo:
- 1ª Lectura: Eclesiástico 15,16-20: No mandó pecar al hombre.
- 2ª Lectura: I Corintios 2, 6-10: Dios predestinó la sabiduría antes de los siglos para nuestra gloria.
- Evangelio: Mateo 5, 17-37: Se dijo a los antiguos, pero yo os digo.

Queridos hermanos y hermanas en Cristo: Hace dos domingos comenzamos con el llamado Sermón de la Montaña de San Mateo que lo seguiremos comentando hasta el domingo noveno inclusive. Jesús va a ir describiendo el talante, el perfil del ciudadano del nuevo Reino, que se llamaría cristiano precisamente por su parecido con Él. Hoy se va a centrar en su actitud frente al homicidio, el adulterio, el divorcio y la mentira.
Lo que más claro deja Jesús aquí es que la mejor relación posible con Dios, no se juega en la relación con Dios, sino en la mejor relación posible con los seres humanos. La religiosidad de Jesús se vive en alteridad. Pretender estar bien con Dios, mientras se mantienen relaciones turbias, distantes o perversas con otras personas, es el mayor engaño que sufren las personas religiosas.
Consecuencias:
- No te acerques al altar, si sabes que alguien tiene alguna queja contra ti.
- No digas jamás nada que ofenda o moleste a alguien.
- Antes de ir al juzgado de guardia, arregla amistosamente tus problemas.
- No consientas que te domine el deseo de apropiarte lo que no te pertenece: ni mujer de otro u hombre de otra, ni lo que es de otro, sea lo que sea (Ex 20,17).
- El juramento está prohibido, o sea, no metas a Dios donde no lo tienes que meter; es decir, tu credibilidad ha de ser tal, que baste tu palabra.
Una vez que hayamos cumplido estos consejos de Jesús podremos superar a los escribas y fariseos. Para ser sal de la tierra y luz del mundo, la misión que Jesús nos encomendó cumplir el domingo pasado, hay que vivir el Sermón de la Montaña. El trozo de hoy tiene dos claves para entenderlo. La primera es ésta: “No creáis que he venido a abolir la ley o los profetas: no he venido a abolir, sino a dar plenitud”. Y la otra clave está en unos versículos más abajo: “Si no sois mejores que los letrados y fariseos, no entraréis en el Reino de los Cielos. Es decir, Jesucristo no vino a quitar la ley. Él respeta la ley. Y los letrados y fariseos la cumplían al pie de la letra, pero hace falta algo más. Hay que añadir a la ley vieja la ley nueva, el precepto del amor, llevado a plenitud. De modo que, con un poco de amor en nuestros corazones es posible seguir estos consejos que nos da el Señor en este domingo. Amén. Jesús Rafael Edu Echama Ayama, Párroco.

miércoles, 9 de febrero de 2011

CAMPAÑA MANOS UNIDAS 2011


Con el lema "SU MAÑANA ES HOY", Manos Unidas (Organizacion No Gubernamental de la Iglesia Católica para el Desarrollo) lanza su LII Camapaña anual exigiendo el cumplimiento del Objetivo 4 del Milenio:“Reducir la mortalidad infantil”.
Cada hora mueren más de 1.000 menores de cinco años por causas que se podrían evitar fácilmente; y, cada minuto, mueren 9 por causas asociadas a la desnutrición: diarrea, malaria, neumonía,infecciones neonatales, parto prematuro y falta de oxígeno al nacer. La mitad de todas estas muertes tienen su origen en: la desnutrición, a veces durante generaciones, de las madre y los niños, la falta de agua limpia o la falta de saneamiento adecuado.
En la medida en que consigamos reducir los niveles de pobreza, analfabetismo,
enfermedad y desnutrición, estaremos sentando las bases para reducir muchas
de las causas de la mortalidad infantil.
Cualquier medida que se adopte en esta primera etapa de la vida es decisiva,
no sólo para la supervivencia de los niños, sino para su posterior desarrollo.
El amor preferencial por los pobres es una opción fundamental de la Iglesia,
que ella propone a todos los hombres de buena voluntad. Y este amor tiene ante sí mucho trabajo al que Manos Unidas quiere contribuir, porque nos impulsa a la denuncia, a la propuesta y al compromiso.
Manos Unidas recaudó en 2010 más de 41 millones de euros y realizó 692 proyectos en 58 países, de los que 92 fueron agrícolas, 261 educativos, 130 sanitarios, 88 dedicados a la promoción de la mujer y 121 a promoción social.

Puedes entregar tu aportación el próximo sábado o domingo en la Parroquia, o hacerte socio mediante una aportación mensual que tú estableces. ¡Colabora!

domingo, 6 de febrero de 2011

V DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO. Ciclo A


VOSOTROS SOIS LA SAL DE LA TIERRA…

Ideas principales de las lecturas de este domingo:
- 1ª Lectura: Isaías 58, 7-10: Romperá tu luz como la aurora.
- 2ª Lectura: I Corintios 2, 1-5: Os anunciaré el misterio de Cristo crucificado.
- Evangelio: Mateo 5, 13-16: Vosotros sois la luz del mundo.

Queridos hermanos y hermanas en Cristo: Utilizando las metáforas de la sal y de la luz, el texto del Evangelio de este domingo apunta al final: lo que Jesús quiere dejar claro es que sus discípulos tienen que vivir y actuar de tal manera que todo el mundo vea sus buenas obras; y esas obras sean tales, que al ver cómo viven y lo que hacen los discípulos de Jesús, quien ve eso, y por eso mismo, se sienta motivado para dar gloria a Dios. Es decir, la vida de los discípulos ha de ser tal que la gente, al verlos, por eso nada más piense que existe Dios. Y que ese Dios merece ser creído y alabado.
Las metáforas que utiliza son elocuentes y sencillas. Jesús hablaba de forma que cualquiera podía entenderlo. La sal y la luz son necesarias para la vida. Y para que la vida tenga sabor y belleza. La insipidez y oscuridad son obviamente dos expresiones de una vida triste, desagradable, sin sentido, quizá insoportable. Pues bien, lo que Jesús quiere decir es que su proyecto incluye que la vida resulte grata, de forma que podamos disfrutar de ella, sentirnos a gusto, gozar del sabor y del color de las cosas y de la convivencia con las personas.
El Evangelio, por tanto, no es un mensaje de antagonismos y penalidades. Y menos aún es un llamamiento a llevar una vida desagradable y sin los alicientes que Dios mismo ha puesto en este mundo y en esta existencia. Pero, ¡Atención!, lo más importante que hay en este evangelio está en que lo positivo y bello de la vida no se nos va a dar, sino que tenemos darlo nosotros a los demás. No mediante sermones, mandatos, órdenes, prohibiciones y amenazas. Jesús no quiere nada de eso. Lo que Jesús quiere es que vivamos de tal forma; y que nuestro comportamiento sea de tal naturaleza, que la gente, al vernos, se sienta mejor, se sienta feliz, y se sienta con ganas de tener fe en Dios. Pero, como es lógico, esto no se consigue sino a base de dos cosas fundamentales: 1) una gran humanidad; 2) una profunda espiritualidad. He aquí dos fuentes de energía que dan vida. Y vida dichosa y abundante. Amén.
(Jesús Rafael Edu Echama Ayama, Paroco)