Hola a tod@s: Recibid un saludo cordial y cariñoso a cuantos a través de este blog de la Parroquia "Santiago el Mayor" de Arroyomolinos de León, accedeis a esta página. La Parroquia quiere avanzar y crecer en ser comunidad cristiana que anuncia, forma, celebra y testimonia la fe. Siéntete invitado y llamado a asumir y compartir la misión evangelizadora de la que somos corresponsables. En nombre del Consejo Parroquial, de nuevo, un cordial saludo.
domingo, 6 de febrero de 2011
V DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO. Ciclo A
VOSOTROS SOIS LA SAL DE LA TIERRA…
Ideas principales de las lecturas de este domingo:
- 1ª Lectura: Isaías 58, 7-10: Romperá tu luz como la aurora.
- 2ª Lectura: I Corintios 2, 1-5: Os anunciaré el misterio de Cristo crucificado.
- Evangelio: Mateo 5, 13-16: Vosotros sois la luz del mundo.
Queridos hermanos y hermanas en Cristo: Utilizando las metáforas de la sal y de la luz, el texto del Evangelio de este domingo apunta al final: lo que Jesús quiere dejar claro es que sus discípulos tienen que vivir y actuar de tal manera que todo el mundo vea sus buenas obras; y esas obras sean tales, que al ver cómo viven y lo que hacen los discípulos de Jesús, quien ve eso, y por eso mismo, se sienta motivado para dar gloria a Dios. Es decir, la vida de los discípulos ha de ser tal que la gente, al verlos, por eso nada más piense que existe Dios. Y que ese Dios merece ser creído y alabado.
Las metáforas que utiliza son elocuentes y sencillas. Jesús hablaba de forma que cualquiera podía entenderlo. La sal y la luz son necesarias para la vida. Y para que la vida tenga sabor y belleza. La insipidez y oscuridad son obviamente dos expresiones de una vida triste, desagradable, sin sentido, quizá insoportable. Pues bien, lo que Jesús quiere decir es que su proyecto incluye que la vida resulte grata, de forma que podamos disfrutar de ella, sentirnos a gusto, gozar del sabor y del color de las cosas y de la convivencia con las personas.
El Evangelio, por tanto, no es un mensaje de antagonismos y penalidades. Y menos aún es un llamamiento a llevar una vida desagradable y sin los alicientes que Dios mismo ha puesto en este mundo y en esta existencia. Pero, ¡Atención!, lo más importante que hay en este evangelio está en que lo positivo y bello de la vida no se nos va a dar, sino que tenemos darlo nosotros a los demás. No mediante sermones, mandatos, órdenes, prohibiciones y amenazas. Jesús no quiere nada de eso. Lo que Jesús quiere es que vivamos de tal forma; y que nuestro comportamiento sea de tal naturaleza, que la gente, al vernos, se sienta mejor, se sienta feliz, y se sienta con ganas de tener fe en Dios. Pero, como es lógico, esto no se consigue sino a base de dos cosas fundamentales: 1) una gran humanidad; 2) una profunda espiritualidad. He aquí dos fuentes de energía que dan vida. Y vida dichosa y abundante. Amén.
(Jesús Rafael Edu Echama Ayama, Paroco)
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