sábado, 30 de abril de 2011

Actividades Diocesanas


Pascua de la Familia 2011: "Le reconocieron al partir el pan"
El Domingo III de Pascua es otra fecha muy señalada y esperada por toda nuestra Familia Diocesana. Igual que hacían los apóstoles y los primeros discípulos, la Iglesia de Huelva se congrega junto a María para celebrar, todos unidos, la alegría de la Resurrección.
En esta ocasión será el domingo 8 de mayo en el precioso e incomparable marco del Santuario de Nuestra Señora del Rocío, donde seremos recibidos por la Parroquia de Almonte y por las Hermandas del Rocío de Almonte (Matriz), Moguer y Huelva.
La acogida se realizará a las 11'00 h. y la Eucaristía, presidida por nuestro obispo, José Vilaplana, dará comienzo a las 12'00 h.
Después, la comida compartida y una amplia jornada para seguir estrechando lazos de amistad y comunión. En torno a las cinco de la tarde, un breve acto de despedida en el Santuario cerrará el encuentro.
Se sugiere llevar comida para compartir, un amigo y, sobretodo, tu familia.
Mas información en www.diocesisdehuelva.org

II DOMINGO DE PASCUA


¡SEÑOR MIO Y DIOS MIO!

Ideas principales de las lecturas de este domingo:
1ª Lectura: Hechos de los Apóstoles 2, 42-47: Los cristianos encontraban en la oración y en la fracción del pan la fuerza necesaria para mantenerse unidos y dar testimonio del Resucitado.
2ª Lectura: Primera Carta del Apóstol San Pedro 1, 3-9: El resucitado es la garantía de la firme esperanza; no es una esperanza vacía, sino viva y fundada en la resurrección de Cristo. Su fruto es la alegría y la confianza cuando llegan los tiempos difíciles.
Evangelio: Juan 20, 19-31: Es difícil creer en la vida cuando nos rodea la muerte. Los apóstoles han vivido la experiencia de la muerte de Jesús y ahora se abren al misterio de su resurrección. El que había sido crucificado se aparece con los signos de su pasión y muerte. Cristo no está condicionado por las leyes del cosmos o de la historia, no conoce barreras. Comunica paz y da su Espíritu. Y al que es incrédulo lo hace creyente.
Vivir “al anochecer”, “con las puertas cerradas”, “con miedo a las autoridades”, es seguir en lo antiguo, no haber visto ni experimentado al Resucitado. Vivir como personas ocultas, replegadas, a la defensiva, es propio de quien no tiene mensaje, alegría, ilusión ni vida que transmitir. Jesús abre las puertas que cierra el miedo, el formalismo, la inercia, la cobardía...
Jesús no contempla la existencia humana como un espectador, desde fuera. Él está en el centro de nuestra vida, en el centro de nuestros dolores y alegrías, de nuestros anhelos, inquietudes y esperanzas. Sana, salva, libera... desde dentro, dando a todo sentido. Desear paz es ofrecer luz, confianza, esperanza de un futuro siempre nuevo que se abre con la Resurrección de Jesús.
Jesús es nuestra alegría y nuestra paz. La armonía con nosotros mismos y con los demás, con la naturaleza y con Dios. Todos somos enviados a hacer lo que hemos visto hacer a Jesús, a continuar y actualizar su vida y su mensaje. El encuentro con Jesús resucitado transforma a las personas, llena la vida de alegría, ilusión y paz auténtica. Libera del miedo, abre nuevos horizontes e impulsa a dar testimonio creíble de la Buena Noticia, a construir el Reino, a hacer visible su Presencia.
El Espíritu es el gran don de la Pascua. Jesús nos envía su Espíritu, su Aliento, su Ánimo, su Vida para que nos empapemos de Él, y lo contagiemos y comuniquemos a los demás. De forma que el mundo identifique fe en Jesús con personas alegres, sensibles y luchadoras por una vida mejor, más libre, plena, justa y feliz para todos. “El Espíritu no quiere ser visto, sino ser en nuestros ojos la luz”.
El perdón es fruto de la paz, es la virtud de la persona nueva y resucitada. Quien se siente y se sabe gratuita e incondicionalmente perdonado se capacita para perdonar. El perdón despierta esperanza y confianza en quien perdona y en quien es perdonado. Perdonar es parte de la misión encomendada por Jesús a todos sus seguidores y seguidoras: “Perdonaos unos a otros”. Todos estamos llamados a ser, de múltiples maneras, signos y fuente del perdón-compañía-acogida... que es Dios.
¿He visto al Señor? ¿Dónde, cuándo, en quién lo veo? ¿A quién se lo cuento?
Es una suerte y un alivio que en el Evangelio aparezcan personas como Tomás,
personas que dudan, que tienen dificultades con la fe. Nos resulta fácil identificarnos con él. A veces nuestra fe quiere certezas -ver y tocar-, convencernos por la propia experiencia más que por la de otras personas. En esos momentos nos tranquilizará recordar que, como decía el Cardenal Newman, “la fe es la capacidad de soportar dudas”.
La duda puede tener también sus aspectos positivos. Dudar puede significar que no ponemos nuestra confianza en cosas superficiales, que somos peregrinos siempre en búsqueda. Dudar puede significar que nuestra fe no se basa sólo en lo que nos han transmitido, sino que, además de ser don de Dios, es también conquista nuestra, que pide nuestro "sí" personal, en medio de la ventolera de ideas que haya a nuestro alrededor, que pueden hacer tambalear nuestras seguridades en un momento determinado. Podemos aprender de la duda de Tomás a despojamos de falsos apoyos, a estar un poco menos seguros de nosotros mismos y aceptar la purificación que suponen los momentos
de búsqueda e inseguridad.
El empeño de Jesús le hace atravesar, en dos ocasiones, las puertas cerradas. Jesús se acerca a Tomás con amor y simpatía. La misma actitud que tiene con nosotros. Acompaña nuestra búsqueda y, cuando dudamos, está más cerca de lo que pensamos. Del más “incrédulo” brota una gran confesión de fe : “Señor mío y Dios mío”. Jesús sigue mostrándonos sus llagas, para que le reconozcamos en ellas y, como a Tomás, sigue invitándonos a tocarlas y a aliviarlas en tantas personas heridas en el alma y en el cuerpo.
La duda de Tomás consigue el gran regalo de la última bienaventuranza de Jesús para l@s cristian@s de todos los tiempos. Ojalá que las personas que no "ven" a Jesús puedan descubrirlo por el testimonio de quienes se consideran sus seguidores y seguidoras.
Si el testimonio de l@s creyentes y de la comunidad eclesial fuera de unión, acogida, alegría, apertura, solidaridad, valentía, compasión, pobreza, servicio, entusiasmo, paz, ilusión, sinceridad... Si el testimonio fuera realmente EVANGÉLICO, seguramente no se necesitarían milagros ni apariciones para creer en Jesús.
El evangelio está escrito «para que creáis» y así «tengáis vida en su nombre».
La fe provoca las actitudes propias de quien se sabe querido, protegido y acompañado. Nuestra fe y adhesión a Jesús se traducen en signos de vida para el mundo. Nuestros signos son vivir como personas resucitadas y resucitadoras, sin miedo, en paz, con entusiasmo y alegría, porque tenemos misión, porque Jesús está en medio de nosotros.
¿Soy consciente de que mi fe, si es auténtica, ha de traducirse en signo y misión?

sábado, 23 de abril de 2011

DOMINGO DE PASCUA DE LA RESURRECCIÓN DEL SEÑOR


JESÚS TENÍA RAZÓN

Ideas principales de las lecturas de este domingo:
1ª Lectura: Hechos de los Apóstoles 10, 34 a.37-43: Pedro lleno del Espíritu Santo y narra ante el pueblo la vida de Jesús. Es útil este texto para este día de la Resurrección del Señor, donde se hace más presente, entre nosotros, la presencia del Espíritu, como le ocurrió a San Pedro.
2ª Lectura: Carta del Apóstol San Pablo a los Colosenses 3, 1-4: Toda la doctrina de Pablo se basa en la resurrección y el cambio futuro de nuestra condición humana. La resurrección de Jesús termina con la muerte y si creemos esto nosotros algún día resucitaremos.
Lectura del Evangelio según San Juan 20, 1-9: Después de la resurrección Jesús cambiará de aspecto y ni siquiera María Magdalena le reconoce. Y se va a cumplir en él lo que el mismo Jesús, una vez, cuando ciertos saduceos quieren tenderle una trampa hablan de esa mujer cuyos maridos van muriendo sucesivamente. Él alude a la naturaleza de ese cuerpo glorificado al equiparar a los que viven en la gloria con la naturaleza de los ángeles. El fue el primero en recibir el cuerpo glorificado. Después le seguiremos todos nosotros.

¿Qué sentimos los seguidores de Jesús cuando nos atrevemos a creer de verdad que Dios ha resucitado a Jesús? ¿Qué vivimos mientras seguimos caminando tras sus pasos? ¿Cómo nos comunicamos con él cuando lo experimentamos lleno de vida?
Resucitado, Jesús tenía razón. Es verdad cuanto nos ha dicho de Dios. Ahora sabemos que es un Padre fiel, digno de toda confianza. Un Dios que nos ama más allá de la muerte. Le seguiremos llamando "Padre" con más fe que nunca, como Él nos enseñó. Sabemos que no nos defraudará.
Resucitado, Jesús tenía razón. Ahora sabemos que Dios es amigo de la vida. Ahora empezamos a entender mejor su pasión por una vida más sana, justa y dichosa para todos. Ahora comprendemos por qué anteponía la salud de los enfermos a cualquier norma o tradición religiosa. Siguiendo sus pasos, viviremos curando la vida y aliviando el sufrimiento. Pondremos siempre la religión al servicio de las personas.
Resucitado, Jesús tenía razón. Ahora sabemos que Dios hace justicia a las víctimas inocentes: hace triunfar la vida sobre la muerte, el bien sobre el mal, la verdad sobre la mentira, el amor sobre el odio. Seguiremos luchando contra el mal, la mentira y el odio. Buscaremos siempre el reino de ese Dios y su justicia. Sabemos que es lo primero que el Padre quiere de nosotros.
Resucitado, Jesús tenía razón. Ahora sabemos que Dios se identifica con los crucificados, nunca con los verdugos. Empezamos a entender por qué estaba siempre con los dolientes y por qué defendía tanto a los pobres, los hambrientos y despreciados. Defenderemos a los más débiles y vulnerables, a los maltratados por la sociedad y olvidados por la religión. En adelante, escucharemos mejor su llamada a ser compasivos como el Padre del cielo.
Resucitado, Jesús tenía razón. Ahora empezamos a entender un poco sus palabras más duras y extrañas. Comenzamos a intuir que el que pierda su vida por Jesús y por su Evangelio, la va a salvar. Ahora comprendemos por qué nos invita a seguirle hasta el final cargando cada día con la cruz. Seguiremos sufriendo un poco por Él y por su Evangelio, pero muy pronto compartiremos el abrazo del Padre.
Resucitado, Jesús tenía razón. Ahora está vivo para siempre y se hace presente en medio de nosotros cuando nos reunimos dos o tres en su nombre. Ahora sabemos que no estamos solos, que Él nos acompañas mientras caminamos hacia el Padre. Escucharemos su voz cuando leamos su evangelio. Nos alimentaremos de Él cuando celebremos su Cena. Estará con nosotros hasta el final de los tiempos.

¡¡ FELIZ PASCUA DE RESURRECCION!!

VIERNES SANTO


LAS SIETE PALABRAS DE JESÚS
Ideas principales de las lecturas de hoy:
1ª Lectura: Isaias 52, 13-53, 12:El profeta Isaías nos presenta al Siervo de Dios, Cristo, que siendo inocente sufre por nuestros pecados, y nos salva a todos los hombres. Cristo está en los que sufren. El sufre con los que sufren. Está muriendo en los que mueren. Pero el dolor no tiene la última palabra. El camino de la cruz, del sufrimiento conduce a la victoria, a la gloria, a la vida.
2ª Lectura: Carta a los Hebreos 4,14-16;5, 7-9: La carta a los Hebreos habla de un sacerdocio solidario y compasivo con las personas. Cristo, el sumo sacerdote, semejante en todo a nosotros, menos en el pecado, nos da seguridad para acercarnos al Padre con confianza. Jesús nos reconcilia a los hombres con Dios por medio del sacrificio de su vida. Es nuestro mediador con el Padre. En la oración de Jesús vemos como el deseo humano de librarse de la Cruz, da paso a la obediencia confiada a la voluntad de Dios, hasta la muerte. Su sufrimiento se convierte, a través de la súplica, en ofrenda al Padre.
Pasión de Nuestro Señor según San Juan 18, 1-19,42: La Cruz, para el evangelista san Juan, es el momento de la glorificación y exaltación de Cristo. Él muere confiado en el amor y en la fuerza de Dios. Es la hora de Jesús: su "paso" de este mundo al Padre. La hora en que la humanidad entra en comunión de vida con Dios. Escuchar la Pasión no es sólo una invitación a creer en Jesús es una llamada a comprometernos en el camino que lleva a la cruz. Cristo es el cordero pascual que nos conduce de la muerte a la vida.

«Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen»
Sabiendo o no sabiendo lo que hacemos,sabemos que nos amas,porque ya hemos visto tus maneras en los ojos y en la boca de tu Hijo Jesús.Ya no eres más para nosotros el Dios terrible. ¡Sabemos que eres Amor! Sabemos que no sabes castigar... Tú eres un Dios vencido en la ternura. Tú esperas siempre, Padre, y acoges y restauras la vida hasta de los asesinos de tu Hijo (que somos todos nosotros). ¡Perdónalos! ¡Perdónanos! Atiende este pedido de tu Hijo en la cruz, prueba mayor de tu amor de Padre. ¡Y acógenos, oh Padre, oh Madre, oh cuna, oh casa de cuantos retornamos buscando tu abrazo!

«En verdad te digo: hoy mismo estarás conmigo en el Paraíso»
Tu corazón sin puertas, siempre abierto,¡qué fácil es robarte el Paraíso! Bandidos todos nosotros,depredadores del Cosmos y de la Vida,sólo podemos salvarnos asaltándote, Cristo, -en nuestro «hoy» diario- esa Misericordia que chorrea en tu sangre... Tu blando silbo de Buen Pastor nos llama. Tu corazón reclama, impaciente,a todos los marginados, a todos los prohibidos. Tú nos conoces bien, y nos consientes, hermano de cruz y cómplice de sueños, compañero de todos los caminos, ¡Tú eres el Camino y la Llegada!

«¡Mujer, he ahí a tu Hijo! ¡He ahí a tu madre!»
Por causa de ese Hombre, el más totalmente humano, ¡tú eres la bendita entre todas las mujeres! Madre de todas las madres, dulce Madre nuestra, ¡por causa de ese Hijo, hermano de todos! ¡Hagamos casa, pues, oh Madre! ¡Hagamos la familia de todas las familias de todas las naciones! A cuenta de esa Carne, hermana de toda carne, destrozada en la cruz, Hostia del mundo.  
Cansados o perdidos, necesitamos, Madre, tu agasajo, sombra clara de Dios en toda cruz humana, divina canción de cuna en todo humano sueño. 
Queremos ser discípulos amados, ¡oh Maestra del Evangelio! Queremos ser herederos de Jesús, oh Madre, ¡vida de la Vida! En ese cambio de hijos, tú sabes bien, María, que nos ganas a todos y no pierdes el Hijo ya de vuelta a su Padre, para esperarnos con la Casa pronta.

«Dios mío, Dios, mío, ¿por qué me has abandonado?»
Todos nuestros pecados se hacen hematoma en tu Carne, oh Verbo. Todos nuestros rictus te deforman el Rostro. En tu soledad se refugian todas las soledades de la Historia Humana... En tu grito vencido (¡misteriosa victoria!) detonan, oh Jesús, todos nuestros gritos ahogados, todas nuestras blasfemias...
Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado? ¿Por qué nos abandonas en la duda, en el miedo, en la impotencia? ¿Por qué te callas, Dios, por qué te callas delante de la injusticia, en Río o en Colombia, en África, en el mundo, ante los tribunales o en los bancos...? ¿No te importan los hijos que engendraste? ¿No te importa tu Nombre? Es la hora de las tinieblas, del silencio del Padre,para su Hijo. Es la hora de la fe, oscura y desnuda, del silencio de Dios, para todos nosotros...

«¡Tengo sed!»
Tú tienes sed ¿de qué, oh Fuente Viva? En el manantial quebrado de tu Cuerpo
los ángeles se sacian. Y todos los humanos bebemos en tus ojos moribundos
la luz que no se apaga. Tierra de nuestra carne, calcinada por todo el egoísmo que brota de la Humanidad, tienes la sed del Amor que no tenemos, ebrios de tantas aguas suicidas... Sabemos, sin embargo, que será de esa boca, reseca por la sed, de donde nos vendrá el Himno de la Alegría, el Vino de la Fraternidad, ¡la crecida jubilosa de la Tierra Prometida! ¡DANOS SED DE LA SED! ¡DANOS SED DE DIOS!

«Todo está consumado»
De Tu parte, ¡sí¡ De nuestra parte, nos falta aún ese largo día a día de cada historia humana, de toda la Humana Historia. Tú ya lo has hecho todo, ¡Rey y Reino! Todo está por hacer, a la luz del Reino, en esta noche que nos cerca (de lucro y de egoísmo, de miedo y de mentira, de odios y de guerras). 
El Padre te dio un Cuerpo de servicio y Tú has rendido el ciento, el infinito. Todo está consumado, en el Perdón y en la Gloria. Todo puede ser Gracia, en la lucha y en el camino. Ya has sido el Camino, Compañero. Y eres, por fin, ¡la Llegada! En tu Cruz se anulan el poder del Pecado y la sentencia de la Muerte. Todo canta Esperanza...


«¡Padre, en tus manos entrego mi Espíritu!»
Gloria de su Gloria, Dios de Dios, de siempre igual a El, Tú has venido del Padre. Y ahora al Padre vuelves desde nosotros, igual a nosotros, Dios y Hombre para siempre. En el seno del Espíritu el Padre te acoge, Hijo Bienamado, Amén de su Amor ya satisfecho. La Muerte ha sucumbido en tu Muerte como un fantasma inútil, para siempre. Y en tus Manos reposan nuestras vidas, vencedoras de la muerte, a su hora. En tu Paz descansa esperanzada nuestra agitada paz. Descansa en Paz, por fin, en la Paz del Padre, eterna, Tú que eres ¡nuestra Paz!

jueves, 21 de abril de 2011

El Triduo Sacro


El Triduo Sacro, también llamado Triduo Pascual, en el que se celebra la Pasión, Muerte, Sepultura y Resurrección del Señor, tiene su origen en el desglose de la primitiva y única celebración pascual cristiana que tenía lugar la noche del sábado al domingo de Pascua con la iniciación de los nuevos cristianos; entonces se celebraba el misterio de la muerte y vida que encierra esta fiesta, y la misma hora de la liturgia, de la noche al día, servía de ambientación.

Sin embargo, tras dar libertad a la Iglesia a comienzos del siglo IV, el emperador Constantino y su madre, Santa Elena, dispusieron la construcción de grandes basílicas o de sencillas ermitas sobre los lugares donde real o supuestamente habían ocurrido los momentos más importantes de la vida de Jesús; la práctica siguió incrementándose y los peregrinos llegados a Tierra Santa querían, sobre todo, visitar los santos lugares de la Pasión del Señor. De aquí vino también organizar celebraciones en estos lugares y en el mismo día y hora que ocurrieron. Nació así, en Jerusalén, la celebración de la Semana Santa y los peregrinos extendieron este uso por todas las Iglesias; la Vigilia Pascual perdió entonces ante los fieles la consideración de memoria de la muerte de Cristo, celebrándose sólo la resurrección y perdiéndose la unidad del Misterio Pascual; lo que no debe ocurrir, porque en cada acto se celebra siempre a Cristo, muerto y resucitado.

JUEVES SANTO
Con la Misa que tiene lugar en las horas vespertinas del jueves de la Semana Santa, la Iglesia comienza el Triduo Pascual y evoca aquella cena en la cual el Señor Jesús, en la noche en que iba a ser entregado, habiendo amado hasta el extremo a los suyos que estaban en el mundo, ofreció a Dios Padre su Cuerpo y su Sangre bajo las especies del pan y del vino y los entregó a los apóstoles para que los sumiesen, mandándoles que ellos y sus sucesores en el sacerdocio también lo ofreciesen.

Toda la atención del espíritu debe centrarse en los misterios que se recuerdan en la Misa: es decir, la institución de la Eucaristía, la institución del Orden sacerdotal y el mandamiento del Señor sobre la caridad fraterna. Son éstos los puntos que conviene recordar este día, para que tan grandes misterios puedan penetrar más profundamente en el corazón y sean vividos con intensidad en la vida en las costumbres y manifestaciones que la piedad ha hecho calar en el pueblo.
Dentro de la celebración, el gesto del lavatorio de los pies, viene a significar el servicio y el amor de Cristo, que “no ha venido para ser servido, sino para servir” (Mt 20, 28) y nos recuerda, entre sus seguidores, también ha de ser así.
Tras la celebración, se reserva, para la Comunión del día siguiente, las hostias consagradas, en el llamado Monumento, es decir, el sagrario especialmente decorado este día. La mañana del día siguiente las puertas de los templos permanecen abiertas para que los fieles pasen a adorar el Santísimo y puedan tener su momento de íntima oración.

VIERNES SANTO
En este día, en que ha sido inmolada nuestra Víctima Pascual: Cristo (1 Co 5, 7), en palabras de San León Magno: ”lo que por largo tiempo había sido prometido en misteriosa prefiguración, se ha cumplido con plena eficacia: el cordero verdadero sustituye a la oveja que lo anunciaba, y con el único sacrificio se termina la diversidad de las víctimas antiguas”.
En efecto, esta obra de la Redención humana y de la perfecta glorificación de Dios, preparada antes por las maravillas que Dios obró en el pueblo de la Antigua Alianza, Cristo, el Señor, la realizó principalmente por el Misterio Pascual de su bienaventurada Pasión, Resurrección gloriosa de entre los muertos y gloriosa Ascensión. Por este misterio, muriendo, destruyó nuestra muerte, y resucitando, restauró nuestra vida. Pues del costado de Cristo dormido en la cruz nació el sacramento admirable de la Iglesia entera. La Iglesia, pues, meditando sobre la Pasión del Señor y Esposo y adorando la Cruz, conmemora su propio nacimiento y su misión de extender a toda la humanidad sus fecundos efectos, que hoy celebra, dando gracias por tan inefable don, e intercede por la salvación de todo el mundo.
Es costumbre que la colecta de este día vaya destinada a la obra de la Iglesia y de la Custodia de los Santos Lugares, en Tierra Santa. Además, la liturgia se acompaña de otros actos de piedad, como el Vía Crucis o el Sermón de las Siete Palabras, celebradas en muchas comunidades parroquiales.

VIGILIA PASCUAL
Según una antiquísima tradición, ésta es una noche de vela en honor del Señor, y la Vigilia que tiene lugar en la misma , conmemorando la Noche Santa en la que el Señor resucitó, ha de considerarse como “la madre de todas las Santas Vigilias”, como diría San Agustín.
Durante la vigilia, la Iglesia espera la Resurrección del Señor y la celebra con los sacramentos de la iniciación cristiana. Los fieles, tal como lo recomienda el Evangelio (Lc 12, 35-48), deben asemejarse a los criados que con las lámparas encendidas en sus manos esperan el retorno de su Señor, para que, cuando llegue, los encuentre en vela y los invite a sentarse a su mesa.
Esta vigilia es figura de la Pascua auténtica de Cristo, de la noche de la verdadera liberación, en la cual, “rotas las cadenas de la muerte, Cristo asciende victorioso del abismo”, como anuncia el Pregón Pascual.

DOMINGO DE RESURRECCIÓN
Este es el día en que actuó el Señor, la solemnidad de las solemnidades y nuestra Pascua: la Resurrección de nuestro Salvador Jesucristo según la carne. ¡Aleluya! Cristo ha resucitado. El anuncio pascual resuena hoy con toda su fuerza en la Iglesia. Cristo vive y ha vencido a la muerte; es el Señor de vivos y muertos. Si Cristo ha resucitado es el centro de la vida cristiana y el fundamento de nuestra fe. El sepulcro vacío anuncia la Resurrección de Cristo. Los apóstoles proclaman con firmeza el misterio de la Resurrección. Los discípulos de Cristo, los que han resucitado con él, buscan los bienes de arriba y llevan una vida nueva.
Los cincuenta días que van desde el domingo de Resurrección hasta el domingo de Pentecostés han de ser celebrados con alegría y exultación como si se tratase de un solo y único día festivo, más aún, como “un gran Domingo”. Así lo proclama el himno israelita de la Pascua que repite también frecuentemente nuestra liturgia en estas fechas: “Este es el día en que actuó el Señor; sea nuestra alegría y nuestro gozo” (Sal 117, 24).

(Fuente: www.diocesisdehuelva.org)

HORARIOS EN NUESTRA PARROQUIA
Jueves Santo: Celebración de la Cena del Señor a las 20:00 h. y Hora Santa, después de la misa (21:00)
Viernes Santo: Santos Oficios a las 19:30 h. y Vía Crucis a las 22:30 h. por las calles de nuestro pueblo.
Sábado Santo: Vigilia Pascual a las 20:00 h.

Actividades Diocesanas


La Cruz y el Icono de la JMJ en los Arciprestazgos de la Sierra

El pasado día 13 de abril, la Cruz y el Icono de las Jornadas Mundiales de la Juventud, visitaron los Arciprestazgos de la Sierra. La visita tuvo lugar en Aracena. A las cinco de la tarde, mas de cien niños de catequesis de las Parroquias de la Sierra, pudieron acercarse a la Cruz y y el Icono en un acto presidido por nuestro Obispo D. José Vilaplana, en la Iglesia de Santo Domingo.
A las siete de la tarde, dio comienzo el acto para los jóvenes de la Sierra, donde tras visionar un vídeo promocional de la JMJ 2011 en Madrid, recibieron la invitación a asistir del Secretariado de Pastoral Juvenil en palabras de su responsable D. José Antonio Omist.
A continuación dio comienzo un viacrucis, presidido por el Sr. Obispo acompañado de sacerdotes de toda la Sierra,y que desde la Iglesia de Santo Domingo recorrió las calles de Aracena, pasando por la Parroquia de la Asunción, hasta la Iglesia Prioral del Castillo.
Las estaciones del viacrucis, que fueron acompañadas de la Banda de Cornetas y Tambores Ciudad de Aracena, contaron contaron con la participación de los jóvenes que también portaron la Cruz y el Icono, acompañados de multitud de fieles de todo el Arciprestazgo. Finalizado el viacrucis, tuvo lugar un momento de adoración de la Cruz en la Iglesia Prioral del Castillo.
Seguidamente la Cruz y el Icono recorrieron de nuevo las calles de Aracena, hasta la Iglesia del Convento de las Madres Carmelitas, donde pernoctaron en una vigila de oración con la Ciudad de Aracena.
El jueves por la mañana, la Cruz y el Icono, fueron despedidas con una Eucaristía concelebrada, partiendo hacia el Hospital de Riotinto.

sábado, 9 de abril de 2011

VISITA DE LA CRUZ Y EL ICONO DE LA J.M.J. AL ARCIPRESTAZGO DE LA SIERRA


La Cruz y el Icono de las Jornadas Mundiales de la Juventud, que están recorriendo las Diócesis Españolas, se encuentra esta semana (el 10 al 16 de abril), en nuestra Diócesis de Huelva. Entre los actos programados está prevista la visita a los jóvenes de los distintos Arciprestazgos. A los Arciprestazgos de la Sierra, les corresponde la visita el día 13 de abril, miércoles a partir de las cinco de la tarde en Aracena, con el siguiente programa de actividades:

HORARIO DE ACTIVIDADES

17:00 ACTIVIDAD PARA LOS GRUPOS DE CATEQUESIS

Los diferentes grupos de catequesis de toda la Sierra están convocados en la Iglesia de Santo Domingo a las 17:00 para tener un momento de oración, en torno al la Cruz y el Icono de la JMJ. Se trata de que los niños y adolescentes también tengan la posibilidad de participar en el evento.

19:00 ACOGIDA DE LOS JÓVENES EN LA IGLESIA DE SANTO DOMINGO.

19:25 ACTO DE PRESENTACIÓN

Estará conformado por un saludo y agradecimientos desde la organización; una proyección de un vídeo de promoción del la JMJ Madrid 2011 con la invitacion a participar desde el Secretariado Diocesano de Pastoral Juvenil de Huelva y una explicacion sobre la historia y el sentido de la peregrinación de la Cruz y el Icono de la JMJ, a cargo de nuestro Obispo.

19:45 VÍA CRUCIS
Partiendo de la Iglesia de Santo Domingo, por las calles de Aracena, hasta llegar a la Iglesia Prioral del Castillo, pasando por la Parroquia de la Asunción. La Cruz y el Icono serán portados por los jóvenes de la Sierra, que también participarán en las distintas estaciones del Vía Crucis.

21.45 ADORACIÓN DE LA CRUZ
Una vez terminado el Vía Crucis, nuestro Obispo D. José nos dirigirá unas palabras y a continuación se invitará a todos los presentes a realizar el gesto de adoración de la Cruz.

22:00 TRASLADO DE LA CRUZ AL CONVENTO DE LAS MADRES CARMELITAS
Finalizada la adoración, la Cruz y el Icono partirán camino del Convento de las Madres Carmelitas de Aracena. Durante el recorrido por las calles que llevan al Convento irán acompañadas de la Banda de Cornetas y Tambores Ciudad de Aracena.

22:45 VIGILIA DE ORACIÓN EN LAS MADRES CARMELITAS
Durante toda la noche se irán sucediendo turnos de vela que acompañarán con sus oraciones y su presencia a la Cruz y el Icono.

08:30 MISA CONCELEBRADA DE DESPEDIDA DE LA CRUZ Y EL ICONO
En la Eucaristía que habitualmente celebran las Madres Carmelitas se despedirá a la Cruz y el Icono. A esta Eucaristía están invitados a concelebrar todos los sacerdotes de los Arciprestazgos de la Sierra.

Estos actos serán un momento importante para la Iglesia de los Arciprestazgos de la Sierra. Te invitamos a participar. Si estás interesado puedes pedir más información en la Parroquia.

V DOMINGO DE CUARESMA. Ciclo A.


DOMINGO DE LA VIDA

Ideas principales de las lecturas de este domingo:
- 1ª Lectura: Ezequiel 37,12-14: Los hebreos exiliados han perdido la esperanza y decían que todo se había terminado para ellos. En cambio, Ezequiel, con un lenguaje cargado de simbolismo, afirma que es necesario esperar en el poder de la acción de Dios que infundirá su espíritu y devolverá al pueblo a la vida y a su tierra. Aquel día será una nueva creación.
- 2ª Lectura: Romanos 8,8-11: La lectura es una catequesis muy densa del protagonismo del Espíritu en la vida cristiana. Pablo distingue el binomio: carne y espíritu, como dos dimensiones que actúan en la persona humana. Vivir en la carne es vivir según la mentalidad humana; vivir en Espíritu es dejarse llevar por la fuerza salvadora de Dios. El Espíritu hace que el hombre viva según el Evangelio y obre según el querer divino.
- Evangelio: Juan 11,1-45: La resurrección de Lázaro es solamente signo de una vida que no conocerá la muerte. Las narraciones evangélicas de la samaritana y del ciego conducen a la creencia en Cristo, que es la resurrección y la vida. Sin fe es imposible el milagro y es imposible resucitar sin fe.

Queridos hermanos y hermanas en Cristo: Hoy terminamos la Cuaresma. EL próximo domingo es el de Ramos, pórtico de la Semana Santa. La Iglesia quiere que, antes de entrar en la meditación de la pasión y muerte de Cristo, oigamos un mensaje de resurrección y por eso nos pone tres lecturas que nos hablan de pasar de la muerte a la vida.
Son catequesis apropiadas para los catecúmenos adultos que llevaban más de un mes en preparación intensiva para ser bautizados en la noche de Pascua. Paso de la muerte a la vida, del pecado a la gracia, de las tinieblas a la luz. Es el paso o cambio que se produce en el corazón de la persona que se bautiza.
Hermanas y hermanos, partiendo de la experiencia de la precariedad y caducidad de la vida, el hombre religioso de la Biblia descubre al Dios vivo como fuente de vida. Ezequiel anuncia la restauración de Israel con la imagen profética de la reanimación de los huesos dispersos al soplo de Dios.
Jesús resucita a Lázaro. La figura de Lázaro en una cavidad cubierta de una losa, los pies y manos atadas con vendas, ¿no es una imagen de una persona o de una comunidad “muertas”?
Al grito potente de Jesús, lo que estaba muerto, resucita, sale de la cavidad y se ve libre de vendas que le ataban. El grito de Jesús se oye hoy como un eco y los “muertos” resucitan y los que están esclavizados, atadas por las vendas se ven libres.
Cristo es la vida y comunica vida. Hay muchas personas que prefieren permanecer en la fría cavidad del sepulcro con los oídos cerrados para no escuchar el grito de vida de Cristo, o simplemente siguen matando a muchos “Lázaros” de la vida. Hay otras que quieren permanecer atadas por las vendas de sus esclavitudes a experimentar la libertad de los hijos de Dios.
Las lágrimas de Cristo resbalan por los corazones de muchas personas y no se convierten en semilla de vida. Cristo resucita a quien escucha su voz y se deja liberar de las vendas de sus esclavitudes. Cristo resucita a quien acoge sus lágrimas en el corazón y deja que germine la vida. Amén.

Actividades Parroquiales

Cine con valores

Dentro de las actividades programadas para este curso desde la Parroquia, durante el mes de abril, cada domingo a partir de las seis de la tarde, ofreceremos dos sesiones de cine: una especificamente destinada niños y jóvenes y otra para todos los públicos. Comenzamos el domingo dia 10 con el siguiente programa:

18:00 horas: "Un puente hacia Terabithia". Año: 2007.País: USA.Duración: 95 min. Director: Gabor Csup. Reparto: Josh Hutcherson, Anna Sophia Robb, Zooey Deschanel, Robert Patrick, Katrina Cerio, Bailee Madison. Sinopsis: Jess es un chico introvertido cuya intención de convertirse en el más rápido de la clase se ve frustrada de manera inesperada por Leslie, una nueva compañera del colegio. Pese a ello, entablan una amistad que poco a poco va creciendo. Leslie tiene una gran capacidad para contar historias, mientras que a Jess se le da muy bien dibujar. Entre los dos crean un mundo secreto llamado Terabithia, un lugar mágico dirigido por su imaginación, al que se accede cruzando un arroyo mediante una cuerda y en el que se evaden de las burlas de sus compañeros de clase.

20:00 horas: "La última cima". Año: 2010. País: España. Duración: 82 min. Director: Juan Manuel Cotelo. Sinopsis: La última cima es un documental que cuenta la historia de un buen cura, Pablo Domínguez, fallecido el año pasado a los 42 años cuando descendía la cima del Moncayo. Realiza un acercamiento honesto y agradecido, no sólo a la figura de Pablo, sino al sacerdocio en general, una vocación ampliamente distorsionada por prejuicios.

Las proyecciones serán en el salón de actos de la Casa de la Cultura "María Zambrano", C/ Alta, 40.

domingo, 3 de abril de 2011

IV DOMINGO DE CUARESMA. Ciclo A.


DOMINGO DE LA LUZ

Ideas principales de las lecturas de este domingo:
- 1ª Lectura: Samuel 16,1b.6-7. 10-13a: Las etapas de la historia de la salvación continúan. Hoy la primera lectura presenta la figura del rey David, personaje importante en la historia de Israel. David fue ungido tres veces: una siendo todavía joven en casa de su padre, y las otras dos por los hombres del sur y del norte. Hoy se narra la primera. El profeta miraba las apariencias, pero Dios el corazón. La elección y la unción no se realizan por criterios e intereses humanos o por apariencias, sino la voluntad divina.
- 2ª Lectura: Efesios 5,8-14: Pablo emplea el lenguaje simbólico de las tinieblas y de la luz. La Luz nos lleva a la fe, nos da vida y hace que nuestras obras estén envueltas en su resplandor. Caminar en la luz significa vivir en bondad, justicia y verdad. Pablo hace la descripción de qué es un creyente y qué consecuencias tiene para su vida la fe en Cristo, luz del mundo. No es suficiente no estar en contra de la luz y de la verdad, es preciso ser luz y caminar siempre por la senda de la verdad.
- Evangelio: Juan 9,1-41: Es un don divino poder ver la naturaleza, los colores, a las personas. El ciego de nacimiento recibió este don de manos de Jesús. El ciego no sabe quién lo ha curado. Jesús se vuelve a encontrar con él y se le revela y le conduce a la fe. No es suficiente encontrar la luz y la verdad, es preciso permanecer siempre en la Luz y en la verdad.

Queridos hermanos y hermanas en Cristo: Quien más quien menos todos podemos estar faltos de luz y orientación en la vida, dudas, confusión de ideas, etc.
Los científicos dicen que el mundo nación ciego. Hay dos clases de ciegos: el que le falta la luz física de los ojos, y la otra clase son los ciegos que les falta la luz interior de la fe. Ver es un milagro.
Estamos habituados a ver y solamente cuando se pierde la vista, nos damos cuenta del don de nuestros ojos. ¿Qué intención tenía Jesús en curar al ciego de nacimiento? Jesús abrió sus ojos para que pudiera contemplar la naturaleza, los colores, las personas pero también para que viera con los ojos de la fe.
Hay otros ojos para contemplar el mundo de la fe. La fe es como una ventana, que se abre de par en par ante un horizonte sin fin. Cuando Jesús envía al ciego a lavarse quiere significar que los ojos de la fe se abren en las aguas bautismales.
La curación del ciego va acompañada con el descubrimiento de quien es Jesús. El ciego recorre tres etapas: No sabe nada de Jesús, confiesa, luego, que es un “profeta” y, por último, dice: “Creo, Señor”.
Nos podemos preguntar hoy: ¿quién es Jesús de Nazaret para mí? Jesús es el Señor, como afirmó el ciego y creyó. También nosotros, los cristianos. La fe cristiana no consiste en creer algo, sino en creer en alguien que es Cristo. Amén.