sábado, 21 de enero de 2012

CATEQUESIS DOMINICAL

III DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO. Ciclo B.
CONVERSIÓN, CREENCIA Y SEGUIMIENTO


Ideas principales de la lecturas de este domingo:
- 1ª Lectura: Jonás 3,1-5.10: Creyeron en Dios y se convirtieron. Dios envía a Jonás a una misión difícil. Se trata de convertir a los habitantes de Nínive. Dios llama y envía. Jonás transmite la palabra de Dios y la ciudad cree en Dios y se convierte.
- 2ª Lectura: I Corintios 7,29-31: Cambio de actitudes. Pablo escribe a la comunidad de Corinto. La irrupción de Cristo en sus vidas las ha transformado de tal manera que, siendo la misma, ahora viven en una realidad verdadera y completamente nueva.
- Evangelio: Marcos 1,14-20: Conversión, creencia y seguimiento. Jesús comienza su ministerio itinerante en Galilea. Provoca reacciones muy diferentes entre quienes escuchan sus palabras. Invita a un grupo de discípulos a dejar su vida de pescadores para ser pescadores de otros mares. Los llama a compartir su misión de anunciar el Reino. Para pertenecer al Reino de Dios es preciso cambiar de mirada y de actitudes y creer en el mensaje evangélico de Jesús.

Queridos hermanos y hermanas en Cristo: Hemos dicho que durante el Tiempo Ordinario, cada semana tenemos un tema distinto en la catequesis dominical. Este domingo la Iglesia nos presenta una llamada a la conversión del corazón pero de una forma apremiante, como con prisa. Las tres lecturas vienen urgiéndonos la pronta conversión:
- Jonás amenaza: “Dentro de 40 días Nínive será arrasada…”
- Pablo advierte: “El momento es apremiante…”
- Jesús nos dice: “Se ha cumplido el plazo…”
Es decir, las tres lecturas de hoy nos hablan de la necesidad de plantearnos las cosas en serio, porque no podemos demorar la solución de los problemas. Cualquiera de ellas podría servirnos para nuestra reflexión y catequesis. Nos centramos en el Evangelio.
Jesús, conocida la noticia del arresto de Juan Bautista, se retira a Galilea y comienza su ministerio. Su mensaje consta de pocas palabras: “Convertíos y creed en el evangelio”. Exige conversión y fe.
El anuncio de la Buena Noticia va unido con el llamamiento de los primeros discípulos. Pasa junto a un grupo de pescadores y le siguen. Choca un poco el modo tan radical de proceder de los discípulos. Siguen a un desconocido. No interesa una crónica de hechos, sino los rasgos esenciales del discipulado cristiano que quiere acentuar el evangelista.
Seguir a Jesús como discípulo es una respuesta a su llamada. Es él quien llama y llama a quien quiere. Ser discípulo significa seguir a Jesús, estar con él y compartir su estilo de vida, conocerle y dedicarse al anuncio del Evangelio. Jesús llama para vivir en comunidad porque sólo la fraternidad puede hacer creíble el mensaje del Reino.
No hay vocación sin ser orientada a la misión. Jesús les dice que serán pescadores de hombres. El seguimiento de Jesús no admite condiciones, implica disponibilidad y capacidad de renunciar. No violenta a las personas, pero les pide que pongan todo lo que son y saben hacer al servicio del Reino.
A partir de esta llamada, Jesús aparece siempre acompañado de sus discípulos. Jesús, también, pasa por la orilla de nuestro mar en búsqueda de nuevos colaboradores para que, convertidos y creyentes, extiendan su Reino. Les confía la misión de construir una sociedad fundamentada en el evangelio y en la paz, en la justicia y en la fraternidad entre los hombres. Amén.

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