XVI DOMINGO. TIEMPO ORDINARIO. Ciclo B
EL SEÑOR ES MI PASTOR
- 1ª Lectura: Jeremías, 23, 1-6: En el pueblo de Dios, guiado por pastores irresponsables, aparece el profeta Jeremías y anuncia que vendrán verdaderos pastores que guiarán al pueblo pro el recto camino.
- 2ª Lectura: Efesios, 2, 13-18: Pablo pide a Dios que los fieles tengan un mayor conocimiento del plan de salvación. El núcleo principal es Cristo, portador de la paz y de unidad. El misterio de la Cruz elimina toda clase de división.
- Evangelio: Marcos, 6, 30-34: Jesús quería estar a solas con sus discípulos que habían vuelto de la misión, pero le sigue de cerca una multitud hambrienta de la verdad. Se compadece de ella porque no tienen buenos pastores. Jesús, el pastor, es la alternativa de tantos pastores.
Queridos
hermanos y hermanas en Cristo: Continuamos con las catequesis propias del
Tiempo Ordinario: cada semana un tema o varias semanas seguidas en las que la
Iglesia nos propone un mismo tema bajo distintos aspectos. Hoy, por ejemplo, el
tema es una conclusión de los dos anteriores. Hemos venido hablando del profeta
como del hombre llamado por Dios para transmitir a la humanidad su voluntad
salvífica. Unos eran profetas de oficio, institucionales como Ezequiel,
Jeremías, Pedro, Pablo, Jesús, Simón, Francisco, Apolinar. Otros eran
ocasionales, no de oficio, como Amós, que no “era profeta ni hijo de profeta, sino pastor y cultivador de higos”,
pero quien Dios llamó y le dijo: “ve y
profetiza a mi pueblo”.
En
Amós estáis representados todos vosotros a quienes Dios, sin sacaros del
trabajo, os encomienda ser apóstoles en vuestro propio ambiente. Apóstoles
ocasionales, como Amós:
…
porque vuestro hijo va a hacer la Primera Comunión y con esa ocasión os habéis
visto casi empujados a ser sus catequistas;
…
porque vuestros hijos crecen y veis que necesitan una palabra oportuna que
ilumine sus vidas, en medio de tanta confusión;
…
porque vuestra familia marcha mal, económica, afectiva, laboralmente y os
sentís llamados a levantar ánimos y dar esperanza;
…
o porque creéis que la sociedad está necesitada de una regeneración y os sentís
llamados a colaborar con un gesto o una palabra en tan necesitado cambio.
No
obstante, hay un dato que no se puede pasar por alto, al hablar hoy de la
educación religiosa o cristiana. Una breve observación. En la celebración de
muchos sacramentos: Bautizos, Primeras Comuniones, Bodas… reina la
desorientación y el confusionismo religioso. Surgen por doquier nuevas ideas,
doctrinas y modas. Se hace propaganda de la última novedad, la gente viene a
lucir la última moda. ¿Acaso estamos viviendo la cultura del confusionismo?
Hay
cristianos que pueden estar desorientados por falta de una base fundamental.
Las opiniones y los criterios personales sobre la religión es lo que cuenta
hoy, y se fundamentan en el principio de lo que a mí me gusta o no, de lo estoy
conforme o no, de lo que me interesa o no.
Cristo es el verdadero Maestro y Guía que orienta al desorientado,
endereza al que está torcido, ilumina al que está en tinieblas. La gente
buscaba en Jesús orientación y vida. Cristo continúa hoy siendo el Maestro y el
Guía, porque enseña la Verdad y la enseña con autoridad. No busquemos la luz en
la oscuridad de la hipocresía, ni la verdad en las falsas verdades de la
mentira y la demagogia, ni el camino en las sendas tortuosas. Amén.
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