domingo, 28 de diciembre de 2014

CATEQUESIS DOMINICAL

DOMINGO DE LA SAGRADA FAMILIA. Ciclo B
HISTORIA DE UNA TRIPLE FAMILIA

Ideas principales de las lecturas de este domingo:
  • Primera lectura: Eclesiástico 3, 2-6.12-14. La familia patriarcal. Ben Sirá glosa en la lectura el mandamiento de la Ley divina: “Honra a tu padre y a tu madre”. El mandamiento está acompañado por la promesa de una larga vida y ofrece una serie de bendiciones de Dios para los que cumplan el mandato divino. Si los hijos honran a sus padres, Dios les bendecirá.
  • Salmo: Sal 12, 1-2.3.4-5, Dichosos los que temen al Señor y siguen sus caminos. 
  • Segunda lectura: Colosenses 3, 12-21. La familia cristiana. Pablo escribe a los colosenses y les exhorta a que sean constructores de un nuevo estilo de comunidad. Recurre a la imagen del vestido, menciona virtudes y actitudes, y aconseja a las mujeres y a sus maridos, a los hijos y a los padres.
  • Evangelio: Lucas 1, 26-38. La Familia de Nazaret. Lucas narra como la Sagrada Familia cumple la ley mosaica y sube a Jerusalén para presentar a Jesús en el Templo. Las dos figuras venerables del antiguo Israel, Simeón y Ana, tipos del Israel piadoso que espera al Mesías, satisfacen su deseos y abren el camino de la nueva etapa. Santa María está estrechamente unida a su hijo en el dolor y en el destino. Jesús entra por primera vez en la casa del Padre y regresa luego a Nazaret para vivir en familia.

Queridos hermanos y hermanas en Cristo: Los días de Navidad son esencialmente fiestas para vivir en familia. Hoy, La Familia de Nazaret es la protagonista: Jesús no sólo se gesta en el seno de una mujer, sino que nace y vive en una familia y se inserta en la vida e historia de un pueblo, con sus creencias, tradiciones, cultura y valores.
Los evangelios otorgan a María y a José los títulos de "llena de gracia" y "hombre justo". Jesús aprendió en la escuela de Nazaret sin libro alguno y sin muchas explicaciones, María y José son sus dos maestros. Aprendió de sus ejemplos y de su vida. Aprendió a ser misericordioso, a ser bueno, a hacer siempre el bien y a ser comprensivo y perdonador.
La Familia de Nazaret es modelo de la familia cristiana. La Familia de Nazaret es la cuna de la que comienza, crece y se desarrolla. No habrá calor humano en el mundo sin el respeto a la familia. La familia es escuela de amor, de relación y de formación. Es el lugar en que todos aprende a amar y a vivir, a respetarse y ayudarse.
Entremos en la casa de Nazaret para escuchar el silencio respetuoso y misterioso de los tres que viven el uno para el otro; entremos para descubrir el misterio que se respira en cada una de las tres personas que forma dicha familia; entremos para ver cómo trabajan y cómo se aman mutuamente. La familia es el mayor bien de la sociedad, es un bien declarado "patrimonio de la humanidad".Hoy la familia está amenazada por una serie de contravalores que ponen en peligro su estabilidad. Continuamente se bombardean sus raíces y se pretende destruir sus bases fundamentales. La liturgia de hoy nos invita a nosotros los cristianos a defender la familia por eso nos pone a la de Nazaret como modelo a imitar. Amen.

domingo, 21 de diciembre de 2014

CATEQUESIS DOMINICAL

IV DOMINGO DE ADVIENTO. Ciclo B
TRES ENVÍOS, TRES MENSAJES

Ideas principales de las lecturas de este domingo:
  • 1ª Lectura: 2 Samuel 7, 1-5. 8b-11.16. Dios envía a Natán al rey David. David se ha propuesto construir un templo a Yahvé. El rey vive en una casa de cedro y su reinado ha alcanzado la estabilidad y el bienestar. David cree que ha llegado el momento de construir una casa digna para Dios. Sin embargo, Dios recuerda a David por medio del profeta Natán que el Señor es el constructor de todo. El mismo Señor construirá una casa para David dándole un trono que permanecerá para siempre.
  • Salmo: Cantaré eternamente las misericordias del Señor. Sal 88, 2-3.4-5.27.29
  • 2ª Lectura: Romanos 16-27. Dios envía a Pablo a dar a conocer el misterio divino. ¿Quién conoce el misterio de Dios? Solamente a quien Dios se lo quiera revelar. El misterio divina, mantenido en secreto, es revelado poco a poco por los profetas y en los últimos tiempos por el mismo Cristo. Es él quien revela los misterios de Dios Padre a los hombres.
  • Evangelio: Lucas 1, 26-38. Dios envía a Gabriel a Maria. El anuncio del ángel a María es el cumplimiento de la promesa de Dios al rey David. María se convierte en templo. El Señor de señores y Rey de reyes quiere habitar an el seno de una virgen y madre de su Señor.

Querido hermanos y hermanas en Cristo: El presente domingo abre las puertas a la Navidad. Y María aparece hoy como el personaje más relevante. Porque es la mujer que supo escuchar y poner en obra la Palabra recibida. Las tres lecturas narran otros tres envíos con sus correspondientes mensajes. Los mensajes comunican la presencia de Dios en medio de la humanidad.
  • Primera lectura: Dios pactó con el rey David una alianza y le envió al profeta Natán para decirle que su reino duraría para siempre.
  • Segunda lectura: Pablo, enviado a predicar el mensaje de Cristo, revela el misterio mantenido en secreto durante siglos eternos.
  • Evangelio: Dios envía al arcángel Gabriel a María para anunciarle que el tiempo de la promesa ha llegado y la humanidad expectante espera la respuesta de María al Ángel.

Efectivamente, el arcángel Gabriel visita a María, que se turba ante la presencia y el saludo del ángel. Luego se adhiere al plan de Dios y dice: "Hágase en mí según tu palabra". Con estas palabras, María es la mujer del "si", la mujer oyente, orante y creyente. María es un folio en blanco en el que Dios escribe lo que quiere. Quizá podemos pensar que la fe de María fue fácil. Fue el acto de fe más difícil de la historia. Ella se encontró en soledad, sin poder consultar con nadie. Sola con Dios y en dialogo con el ángel.
Ella (María), la mujer creyente, es nuestra maestra que nos enseña a escuchar, orar y creer. Ella es nuestra compañera de camino que nos enseña a escuchar , nos acompaña en la oración y nos fortalece en la fe. María confía completamente en Dios, La fe nos llena de gozo en Dios. "Hágase" es la palabra permanente de María. Fue la primera palabra creadora y la primera de nuestra redención. María es el lugar bendito de encuentro entre Dios y el hombre. El fiat no se concibe como un automatismo mecánico, sino un proceso de gestación que acompaña toda nuestra existencia, como a santa María.
Escuchamos muchas palabras de Dios, muchas dudas angustiarán nuestro corazón, formularemos muchas preguntas y escucharemos muchas respuestas. En todas estas circunstancias en el proceso gestacional debemos ejercer la fe y la disponibilidad, fiarnos de Dios y ser sus colaboradores en acercar a todas las personas a la salvación que Dios nos ha ofrecido en Cristo Jesús. El "hágase" es la síntesis de nuestra vida cristiana. Amen.

domingo, 14 de diciembre de 2014

CATEQUESIS DOMINICAL

III DOMINGO DE ADVIENTO
TRES TESTIGOS

Ideas principales de las lecturas de este domingo:

  • 1ª Lectura: Isaías 61, 1-2. 10-11. El anuncio gozoso de la salvación. La profecía de Isaías nos invita a estar alegres porque el Señor está cerca. El profeta desborda de gozo y de alegría con la presencia del Señor. El Espíritu Santo ha ungido a quien nos va a curar y a alegrar, a quien nos va a sacar de la cárcel para ser felices y libres.
  • Salmo: Me alegro con mi Dios.
  • 2ª Lectura: 1 Tesalonicenses 5,16-24. La alegría de la fe. San Pablo nos pide firmeza en nuestras creencias. El Señor está cerca. Esta espera en la llegada de nuestro Dios hecho niño debe ser un tiempo de esperanza y de consolidación de nuestras creencias. Debemos de estar llenos de fe y de dicha para mejor recibir al Señor que ya viene.
  • Evangelio: Juan 1,6-8. 19-28. El testigo de la luz. El domingo anterior, el evangelio presentaba la figura de Juan Bautista como un profeta austero, hoy subraya su condición de testigo. Confiesa abiertamente que no es el Mesías, ni Elías, ni el Profeta esperado. El Bautista es la voz que grita en el desierto, voz que proclama y grita: "Allanad el camino del Señor". El que viene es la luz, el Mesías y el Profeta. Vivir el Adviento consiste en preparar los caminos del Señor.


Queridos hermanos y hermanas en Cristo: A pesar de que la liturgia de este tiempo nos recuerda con insistencia el mensaje de la conversación y de la penitencia que, en muchos casos, evoca sentimientos de sacrificio, de privaciones y de tristeza; a pesar de que la liturgia de este tiempo aconseja llevar el color morado, poco alegre como salta a la vista, pero hoy es bien diferente. Celebramos hoy el domingo de la alegría; la alegría de que el esperado está ya cerca; y con su llegada, muchas cosas van a cambiar para bien en nuestras vidas.
Las lecturas que hemos escuchado proclaman este mensaje de alegría:
  • Primera lectura: "El señor (...) me ha enviado para dar la Buena Noticia".
  • Salmo: "Me alegro con mi Dios".
  • Segunda lectura: "Estad siempre alegres".
  • Evangelio: "En medio de vosotros hay uno que no conocéis: Él es el Mesías, la Buena Noticia".

Como vemos, queridos hermanos, esta Palabra nos invita a participar de la alegría. Pero el Señor nos hace esta invitación a sabiendas de que en cada uno de nosotros no todo es alegría ni maravilloso. Nos hace esta invitación en un contexto socio-cultural en el que unos pretenden ignorar y prescindir de la realidad del dolor y el sacrificio pregonando y defendiendo sólo lo placentero y lo fácil, y otros, desde una antropología pesimista, sostienen que la tristeza es más humana que la alegría, el odio más dinamizador que el cariño, el castigo más eficaz que el consuelo, el llanto más auténtico que la risa y el dolor más cristiano que la felicidad.
Queridos hermanos, el Señor quiere que tomemos una postura responsable ante estas interpretaciones de la vida. Nos puede ayudar esta Palabra que nos dirige hoy. El Señor nos dice que lo más propio del cristiano es aceptar como "existenciales" el cariño, el amor, el consuelo, la liberación, la alegría y la felicidad; que no sólo son palabras y tópicos, sino realidades que están al alcance del hombre. Por eso nos invita a ser portadores de esas realidades.
Como el Bautista, los católicos, hemos de presentarnos al mundo como Buena Noticia y portadores de la Buena Noticia. Esto quiere decir que debemos ser los testigos de la alegría. Nuestra sociedad busca con afán la felicidad. La alegría muchas veces es pasajera y deja el corazón reseco y lleno de tristeza. El gozo y el dolor entretejen la vida. Se busca la alegría y se rechaza el dolor. La alegría madura siempre en el sacrificio. La humanidad está triste y su sonrisa es falsa y superficial. Sólo el Señor que viene es el verdadero portador de la auténtica alegría. Acerquémonos a él para vivir alegres y comunicar nuestro gozo a los que nos rodean. Amén.

lunes, 8 de diciembre de 2014

CATEQUESIS DOMINICAL

II DOMINGO DE ADVIENTO
TRES VOCES

Ideas principales de las lecturas de este domingo:
  • 1ª Lectura: Isaías 40, 1-5,9-11. Israel escucha la voz gozosa del profeta. El Deuteroisaias es el profeta encargado de transmitir el mensaje de Dios a su pueblo para que se prepare a los nuevos acontecimientos. Utiliza la poesía para suscitar ánimo e infundir esperanza en el corazón de los desterrados de Babilonia en el siglo VI a, C, Anuncia el final de una situación y la irrupción de un cambio. Termina el sufrimiento del exilio y comienza una nueva vida. Isaias es la voz de la esperanza.
  • Salmo: Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos la salvación.
  • 2ª Lectura: II Pedro 3, 8-14. Pedro anuncia una tierra nueva. Entre los primeros cristianos se corrió la voz de que la vuelta del Señor era inminente. Pedro responde a su impaciencia y afirma que la promesa se cumplirá y recuerda la paciencia de Dios. Insiste en la necesidad de prepararse para la vuelta del Señor, que vendrá a instaurar un cielo nuevo y una tierra nueva.
  • Evangelio: Marcos 1, 1-8. Juan Bautista grita: "preparad los caminos al Señor". El Bautista, uno de los personajes más significativos del Adviento por su mensaje y por su forma de vestir. Juan es el mensajero del cumplimiento de las promesas, Cumple su misión, y anuncia la conversión y bautiza en las aguas del Jordán. Exhorta a sus oyentes a cambiar de vida porque el Mesías está cerca.


Queridos hermanos y hermanas en Cristo: Aunque el Adviento también evoca la penitencia y la conversión para que el Señor nos encuentre bien dispuestos, pero es, ante todo, un tiempo de esperanza, aliento y consuelo que nos da Dios, nuestro "padre". Hoy, ante la petición que hemos dirigido al Señor con las palabras del Salmo 84: "muéstranos, Señor, tu misericordia y danos la salvación", escuchamos las respuesta divina en las lecturas que propone hoy la liturgia:
  • El II Isaias: "Consolad, consolad a mi pueblo, dice vuestro Dios".
  • La segunda carta de Pedro: "El Señor no tardará en cumplir su promesa".
  • El evangelio de Marcos de un modo directo: "Jesús es la Buena Noticia".

Es una respuesta que se eleva por encima del pesimismo y la frustración humana, como un canto de esperanza: El Dios que nos hace su visita no es el Dios del castigo, ni del temor, sino el Pastor que consuela a su pueblo. Ésta es hoy su respuesta de consuelo a nuestra necesidad de ser animados; y en esta respuesta consoladora sabemos que el Padre siempre nos remite a su Hijo, ya que él es la Buena Noticia; pero en el encuentro con Él siempre que hay algo que nos desconcierta: que el esperado siempre viene a nosotros de sorpresa; y aunque, como hoy, nos mande un precursor, Juan Bautista, un mensajero valiente, que nos invita a "preparar caminos" y reorientar nuestras vidas, nos encontramos en el desierto de la vida, donde no hay señales ni caminos que orienten nuestros pasos.
El mensaje del Adviento es así todos los años. Puede parecer igual, repetitivo, cansino, extraño y desconcertante. Pero es un mensaje que no deja de provocarnos; no deja de llamarnos a ser radicales y originales; es decir, a ir a nuestras raíces más auténticas. A buscar nuestros verdaderos orígenes. A descubrir en el desierto el valor de lo esencial para vivir. Este valor esencial de nuestra vida lo encontramos en la Palabra que Dios nos regala y que nos consuela en nuestro dolor, nos alienta en nuestra desesperanza, y se nos da como Buena Noticia. La Buena Noticia nos hace saber que Dios nos ama incondicionalmente. Como nos dice el Papa Francisco: "Todo ser humano es objeto de la ternura infinita del Señor, y Él mismo habita en vida. Jesucristo dio su preciosa sangre en la cruz por esa persona. Más allá de toda apariencia, cada uno es inmensamente sagrado y merece nuestro cariño y nuestra entrega" (EG, 274).
Mis queridos hermanos y hermanas, como seguidores de Cristo, nuestra misión es también consolar y liberar. No debemos esperar sólo que nos consuelen y liberen; pero si hemos vivido esa experiencia alentadora, la debemos también extender a otros hermanos.
  • Estamos llamados a ser portadores de una palabra de consuelo para aquellos que, como los judíos de la primera lectura, ya han perdido la esperanza. ¿Quienes esperan hoy nuestro consuelo y acompañamiento?
  • Nuestra misión es suscitar una esperanza activa en "unos cielos nuevos y una tierra nueva" en quienes esta esperanza se encuentra mortecina, apagada. ¿Cómo empeñamos para suscitar esos cielos nuevos y esa tierra nueva?
  • Hemos de hacernos presentes en nuestra historia como buena noticia. No sólo nosotros en primera persona, sino que nuestra comunidad parroquial tiene que aparecer a los ojos de todos como una Buena Noticia para los mas pobres y desanimados.

Amén.