III DOMINGO DE PASCUA. Ciclo B.
EL TIEMPO PASCUAL INVITA TAMBIÉN
A LA CONVERSIÓN
Ideas principales de las lecturas
de este domingo:
- 1ª Lectura: Hechos de los Apóstoles 3,13-15.17-19: Pedro anuncia a Jesucristo e invita a la conversión. La curación del lisiado en 1 puerta del templo ofrece a Pedro la oportunidad de hablar a los presentes. En su discurso hace tina relectura del acontecimiento de la resurrección como la gran acción de Dios en Jesús. Recrimina a sus oyentes que hayan rechazado a Cristo y les invita a la conversión y al perdón de los pecados.
- 2ª Lectura: 1 Juan 2,1-5a: Quien ama no peca y guarda los mandamientos. La lectura de la primera carta de san Juan recoge dos temas: el pecado en la vida del creyente y la necesidad de que la fe se traduzca en el cumplimiento de los mandamientos. Juan afirma que quien ama no peca. Los preceptos no se guardan por miedo al castigo, sino porque se ama a Dios y se experimenta su presencia entre nosotros.
- Evangelio: Lucas 24,35-48: Vosotros sois testigos. El Resucitado se aparece a los discípulos en un escenario lleno de realismo humano, y a la vez reafirma su identidad como crucificado y resucitado. No es un fantasma, pues come delante de ellos. Explica las Escrituras a sus discípulos pan que sean creyentes prediquen la conversión y el perdón de los pecados, y sean sus testigos ante el inundo.
El Domingo es el día del Señor y
el día de la comunidad. Como los discípulos, nos reunimos "el primer días
de la semana" el de la resurrección de Cristo. Ellos inauguraron la cadena
de encuentros dominicales en memoria del Señor resucitado. Jesús, al aparecerse
a sus discípulos, quiere clarificar su imagen y su identidad a través de una
doble vía.
Primera: "Mirad mis manos...
soy yo en persona". De nuevo las manos que tocaron y fueron levantadas,
que bendijeron y partieron el pan, que lavaron los pies de los discípulos, y
los pies que recorrieron los caminos de Palestina, Manos y pies llevan signos
de su pasión y muerte. Los signos identifican al Mesías.
Segunda: "Les abrió el
entendimiento para comprender las Escrituras". Es la misma catequesis que
empleó con los discípulos que se alejaban de Jerusalén camino de Emaús. Jesús
habla de él y de las Escrituras, proporcionando las claves para interpretar
correctamente el sentido de la muerte y resurrección del Mesías y la extensión
universal del perdón.
Era necesario rehacer los
esquemas mentales que tenían los discípulos sobre las expectativas mesiánicas;
era necesario confirmar el cumplimiento de la promesa al estilo de Dios, no de
los humanos, Los discípulos cambian de estado de ánimo y de mente: del miedo
pasan al asombro, y del asombro a la alegría; la mente se les ilumina para
entender lo que antes no entendían respecto a Jesús en la Escritura. Abierta
su inteligencia para comprender las Escritura, los envía a predicar la
conversión y el perdón de los pecados.
El Resucitado nos envía también a
nosotros para anunciar al mundo entero el gozo de la vida en Cristo: su vida y
su historia nos han afectado profundamente. No podemos vivir la fe en Dios a
nuestra manera; debemos seguir su ejemplo. Hoy nos pide que seamos sus testigos
en medio del mundo. Nos pide que seamos testigos de la paz verdadera, y de la
paz que da el mundo que sólo aparece en los papeles y en el trato de cortesía.
Nos pide que seamos testigos del perdón, porque él mismo nos ha dado el ejemplo
del perdón al no deshacerse de sus discípulos que lo abandonaron y negaron en
su hora de agonía. Sigue contando con ellos. Nos pide que seamos testigos del
amor dondequiera que esté ausente este gran valor humano y cristiano.
Queridos hermanos y hermanas,
quienes participan en la
Eucaristía , deben dar testimonio de Jesús resucitado en un
mundo hostil que rechaza los signos religiosos, la conversión y el perdón de
los pecados. Los testigos son personas que han resucitado con Cristo. Amén.
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