sábado, 21 de mayo de 2016

HORARIOS DE CELEBRACIONES EN LA PARROQUIA.

Nuevos horarios de celebraciones en nuestra Parroquia a partir del domingo 29 de Mayo.

Martes:
- 19:30 horas: Exposisición y adoracion del Santísimo Sacramento.
- 20:00 horas: Santa Misa.

Jueves:
- 20:00 horas: Santa Misa.

Domingo:
- 11:00 horas: Misa Dominical.

Nota: Los primeros jueves de cada mes, la misa será en la Ermita de N.S. de los Remedios.

martes, 22 de marzo de 2016

HORARIO DE CULTOS. SEMANA SANTA 2016


Horario de Cultos
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23 de marzo. Miércoles Santo.
Celebración Penitencial a las 18:00 horas.
24 de marzo. Jueves Santo.
Eucaristía de la Cena del Señor, a las 20:00 horas.
Seguida de la Hora Santa.
25 de marzo. Viernes Santo.
Santos Oficios, a las 19:30 horas
Vía Crucis, a las 22:00 h. por las calles del pueblo.
26 de marzo. Sábado Santo.
Vigilia Pascual a las 20:00 horas.
27 de marzo. Domingo de Resurrección.
Eucaristía a las 12:00 de la mañana.

sábado, 9 de mayo de 2015

CATEQUESIS DOMINICAL

V DOMINGO DE PASCUA. Ciclo B. 

UNIDOS A CRISTO PARA DAR FRUTO 

Ideas principales de las lecturas de este domingo: 
  • 1ª Lectura: Hechos de los Apóstoles 9,26-31: Pablo en el corazón de la Iglesia. Bernabé presenta a la comunidad de Jerusalén a Pablo, el convertido de Damasco. Entra a formar parte de la comunidad apostólica, pues “las columnas” de Jerusalén lo acogen. El perseguidor se convierte en perseguido.
  • 2ª Lectura: I San Juan 3,13-24: La fe y el amor se expresan en obras. Muchas veces se piensa que creer y amar son actitudes que recorren caminos paralelos. Juan afirma rotundamente que no ha fe auténtica sin obras del mandamiento del amor.
  • Evangelio: Juan 15,1-8: La vid y los sarmientos. La viña es una imagen sugerente en el Antiguo Testamento. En el bautismo hemos sido injertados a la vida nueva de Cristo, como los sarmientos en la vid.
Queridos hermanos y hermanas en Cristo:
El domingo pasado decíamos que Jesús siempre recurría a imágenes que el pueblo sencillo podía comprender para hablarles de su persona y su doctrina. Este domingo va a utilizar una imagen entrañable y cercana para explicarles cómo ha de ser la vida del cristiano. Y esta imagen es la de “la vid y los sarmientos”, que siempre han de permanecer unidos, como lo ha de ser el cristiano con Cristo y su Iglesia.
Sin embargo, entre muchos hombres “no creyentes” y “creyentes” se dejan oír voces que dicen que “lo importante hoy no es rezar, ni pertenecer a la Iglesia, sino construir una sociedad más justa y humana. El hombre y la mujer se deben comprometer a crear un ambiente propicio para que la justicia y la fraternidad reinen en el mundo”. Indudablemente esta labor es siempre plausible y laudable. Quien obra así es por filantropía o por motivos puramente humanos o sociales.
También se puede construir una sociedad desde una perspectiva cristiana. La raíz es la FE y la UNIÓN a CRISTO por el BAUTISTO y los demás SACRAMENTOS. El evangelio, al proponernos la imagen de la vid y los sarmientos, nos quiere decir que la savia de la vid recorre por los sarmientos y a su debido tiempo produce fruto. En cambio, el sarmiento desgajado de la vid no reverdece ni da fruto, se seca y muere. Esto es, el cristiano debe reconstruir la sociedad desde su fe que se expresa en obras. La creencia en Jesús, VID, y la permanencia en él, se manifiesta en las siguientes exigencias: anunciar si miedo la buena Noticia, como Pablo; compartir la fe con los hermanos; traducir la fe en obras concretas de caridad y hacer de la caridad un compromiso diario.
La inserción en Cristo es salvación (porque nos da vida) y es, al mismo tiempo, compromiso dinámico. Esto significa que nuestra unión con Él tiene que ser continua. No basta tener encuentros esporádicos e intermitentes. Vivir la presencia de Cristo en nosotros, nuestra comunicación con Él en la oración, en el trabajo, en el descanso. El sarmiento no puede separarse en ningún instante de la vid, si no quiere perecer y dejar de ser. Igual nosotros. Si queremos que la savia de Jesús, su Espíritu viva en nosotros, debemos permanecer unidos a Él. Amén.

CATEQUESIS DOMINICAL

IV DOMINGO DE PASCUA. Ciclo B.  
CRISTO ES EL BUEN PASTOR

Ideas principales de las lecturas de este domingo:
  • 1ª Lectura: Hechos de los Apóstoles 4,8-12: Cristo, piedra angular, cura y salva. Pedro y Juan son interrogados por los jefes del pueblo de Dios por haber curado al paralítico. Pedro responde con un breve discurso a las autoridades y explica por qué han curado al lisiado. La misión y el camino de la Iglesia naciente arranca de la fe en Cristo Resucitado.
  • 2ª Lectura: I San Juan 3,1-2: La deificación del creyente. La condición de hijos de Dios, aquí en la tierra es un pálido reflejo de lo que llegaremos a ser en el futuro. Dios nos ama hasta tal punto que nos ha hecho hijos suyos. No sólo nos llamamos hijos de Dios sino que realmente lo somos. Pero lo que somos se manifestará en su plenitud cuando lo veremos tal cual es.
  • Evangelio: Juan 10,11-18: Cristo, el Buen Pastor. Jesús es el verdadero y único Pastor de la comunidad. Los rasgos mesiánicos del buen pastor son: conocer y amar a cada una de las ovejas, llevarlas por los mejores pastos, buscar a la descarriada y esperar a la perdida, curar a la herida y fortalecer a la enferma.
Queridos hermanos y hermanas en Cristo: El domingo pasado el Señor nos invitaba a ser testigos de su paz, su perdón y su amor en medio de nuestros ambientes y en la sociedad. Por si no sabemos como ejercer este testimonio, es conveniente que sigamos su ejemplo, por eso se nos presenta hoy como el Buen Pastor.

Jesucristo, en vida había dado, a los apóstoles, unas catequesis preciosas y sencillas sobre su persona, de tal manera que cuando tuvieran que predicar pudieran hacerlo con imágenes que el pueblo humilde entendiera. Una de estas imágenes es la del pastor que san Juan nos presenta hoy en Evangelio.
Este Evangelio nos invita hoy a cuestionar y a reflexionar sobre el “liderazgo” que ejercemos cada uno al frente del pequeño o gran grupo que el Señor le ha confiado: padres de familia, maestros, catequistas, animadores de grupos, políticos, sacerdotes…
¿Faltan líderes? Para responder a esta pregunta es preciso a sumarnos a nuestro mundo y nuestros grupos y observar los acontecimientos y las personas. Son un sin número. Cada uno anuncia su programa y promete una infinidad de realidades. Los escuchan muchas personas. Buscan los púlpitos más altos para hacerse oír. Sus palabras invaden la prensa, la televisión, la radio…
En cambio, Cristo es el guía, el maestro y el pastor. No excluye a nadie en su programa de salvación. No hace distinciones de personas y su prefiere a alguien es el que está fuera del redil. Su misión es callada; la realiza en el silencio y en el monte. Busca lo que está perdido, anima lo que ha decaído, restaura lo que está roto, cura y sana al que está malherido.
Es otro estilo de ser líder. Es el líder del Evangelio, o sea de Buena Noticia, es el Buen Pastor, es la piedra que desecharon y se ha convertido en piedra angular. Su palabra se oye como un eco que va resonando siglo tras siglo y la oímos nosotros con toda su claridad. Quien se considera su discípulo debe escucharle cada día. Su Palabra es cálida como el Pan caliente que está sobre el altar por la acción del Espíritu. Amén.

martes, 21 de abril de 2015

CATEQUESIS DOMINICAL

III DOMINGO DE PASCUA. Ciclo B.
EL TIEMPO PASCUAL INVITA TAMBIÉN A LA CONVERSIÓN
Ideas principales de las lecturas de este domingo:
  • 1ª Lectura: Hechos de los Apóstoles 3,13-15.17-19: Pedro anuncia a Jesucristo e invita a la conversión. La curación del lisiado en 1 puerta del templo ofrece a Pedro la oportunidad de hablar a los presentes. En su discurso hace tina relectura del acontecimiento de la resurrección como la gran acción de Dios en Jesús. Recrimina a sus oyentes que hayan rechazado a Cristo y les invita a la conversión y al perdón de los pecados.
  • 2ª Lectura: 1 Juan 2,1-5a: Quien ama no peca y guarda los mandamientos. La lectura de la primera carta de san Juan recoge dos temas: el pecado en la vida del creyente y la necesidad de que la fe se traduzca en el cumplimiento de los mandamientos. Juan afirma que quien ama no peca. Los preceptos no se guardan por miedo al castigo, sino porque se ama a Dios y se experimenta su presencia entre nosotros.
  • Evangelio: Lucas 24,35-48: Vosotros sois testigos. El Resucitado se aparece a los discípulos en un escenario lleno de realismo humano, y a la vez reafirma su identidad como crucificado y resucitado. No es un fantasma, pues come delante de ellos. Explica las Escrituras a sus discípulos pan que sean creyentes prediquen la conversión y el perdón de los pecados, y sean sus testigos ante el inundo.

El Domingo es el día del Señor y el día de la comunidad. Como los discípulos, nos reunimos "el primer días de la semana" el de la resurrección de Cristo. Ellos inauguraron la cadena de encuentros dominicales en memoria del Señor resucitado. Jesús, al aparecerse a sus discípulos, quiere clarificar su imagen y su identidad a través de una doble vía.

Primera: "Mirad mis manos... soy yo en persona". De nuevo las manos que tocaron y fueron levantadas, que bendijeron y partieron el pan, que lavaron los pies de los discípulos, y los pies que recorrieron los caminos de Palestina, Manos y pies llevan signos de su pasión y muerte. Los signos identifican al Mesías.
Segunda: "Les abrió el entendimiento para comprender las Escrituras". Es la misma catequesis que empleó con los discípulos que se alejaban de Jerusalén camino de Emaús. Jesús habla de él y de las Escrituras, proporcionando las claves para interpretar correctamente el sentido de la muerte y resurrección del Mesías y la extensión universal del perdón.
Era necesario rehacer los esquemas mentales que tenían los discípulos sobre las expectativas mesiánicas; era necesario confirmar el cumplimiento de la promesa al estilo de Dios, no de los humanos, Los discípulos cambian de estado de ánimo y de mente: del miedo pasan al asombro, y del asombro a la alegría; la mente se les ilumina para entender lo que antes no entendían respecto a Jesús en la Escritura. Abierta su inteligencia para comprender las Escritura, los envía a predicar la conversión y el perdón de los pecados.
El Resucitado nos envía también a nosotros para anunciar al mundo entero el gozo de la vida en Cristo: su vida y su historia nos han afectado profundamente. No podemos vivir la fe en Dios a nuestra manera; debemos seguir su ejemplo. Hoy nos pide que seamos sus testigos en medio del mundo. Nos pide que seamos testigos de la paz verdadera, y de la paz que da el mundo que sólo aparece en los papeles y en el trato de cortesía. Nos pide que seamos testigos del perdón, porque él mismo nos ha dado el ejemplo del perdón al no deshacerse de sus discípulos que lo abandonaron y negaron en su hora de agonía. Sigue contando con ellos. Nos pide que seamos testigos del amor dondequiera que esté ausente este gran valor humano y cristiano.
Queridos hermanos y hermanas, quienes participan en la Eucaristía, deben dar testimonio de Jesús resucitado en un mundo hostil que rechaza los signos religiosos, la conversión y el perdón de los pecados. Los testigos son personas que han resucitado con Cristo. Amén.

CATEQUESIS DOMINICAL

II DOMINGO DE PASCUA. Ciclo B.
EL RESUCITADO ENTRE LOS SUYOS
Ideas principales de las lecturas de este domingo:

  • 1ª Lectura: Hechos de los Apóstoles 2,32-35: La vida compartida de la primen comunidad. La resurrección de Jesucristo ha cambiado la vida de sus discípulos. Se preocupan ahora de crear comunión entre ellos y de ser testigos autorizados para anunciar el mensaje de Cristo, su Maestro. Comparten entre sí los bienes y anuncian el Evangelio no como una doctrina teórica, sino de su experiencia vivida.
  • 2ª Lectura: 1 Juan 5,1-6: Las exigencias de ser hijo de Dios. El ser hijo de Dios es un don y exige entrar en la dinámica del amo] de Dios manifestado en Jesucristo. El que cree debe amar a Dios, de modo que su amor a Dios se muestre también a sus hermanos, 
  • Evangelio: Juan 20.19-31: Los discípulos del primer día, del octavo y del día siguiente. Los discípulos gozaron de dos singulares experiencias con el Resucitado. En la primera aparición. Cristo les confía la misión de perdonar los pecados; en la segunda, el discípulo del octavo día, Tomás, confiesa abiertamente la resurrección del Señor porque ha visto y ha creído. Los discípulos del día siguiente, nosotros, creemos sin haber visto.
Queridos hermanos y hermanas en Cristo: Hoy celebramos el II Domingo de Pascua, la Octava de la Pascua, seguimos celebrando la Pascua durante 50 días -siete semanas-, hasta Pentecostés. Pero la Pascua no termina, aunque los acentos sean de distinta intensidad. La liturgia nos ofrecerá durante este tiempo, manifestaciones, palabras y signos de Jesús. También nos hablará de la experiencia de fe de los discípulos del Señor y de la vida de las primeras comunidades cristianas.
Hoy celebramos también el Domingo de la Misericordia, porque los mensajes nos hablan de la gran misericordia divina, que perdona y que instituye el sacramento del perdón, y por otras circunstancias histórico-eclesiales, relacionadas con Sta. Faustina y Juan Pablo II. La fiesta de la Divina Misericordia tiene como fin principal hacer llegar a los corazones de cada persona el siguiente mensaje: “Dios es Misericordioso y nos ama a todos... y cuanto más grande es el pecador, tanto más grande es el derecho que tiene a Mi misericordia" (Diario 723). En este mensaje, que el Nuestro Señor nos ha hecho llegar por medio de Santa Faustina, se nos pide que tengamos plena confianza en la Misericordia de Dios, y que seamos misericordiosos con el prójimo a través de nuestras palabras, acciones y oraciones... (Diario 742).
Las lecturas de hoy nos hablan del poder transformador de la fe pascual. La primera lectura, tomada del libro de los Hechos de los Apóstoles, nos relata la vida de los primeros cristianos que sigue siendo modelo a imitar pan los cristianos de nuestro tiempo. Ellos vivían "como hermanos"; eran constantes en escuchar las enseñanzas de los apóstoles, compartían los bienes y muchas experiencias de la vida (formaban una piña entre ellos), se juntaban para celebrar la Eucaristía semanal y receban en común. Estos primeros hermanos nuestros, tal vez, querían vivir las exigencias "de los hijos de Dios" corno decía segunda lectura tomada de la primera carta de Juan: “el ser hijo de Dios es un don y exige entrar en la dinámica del amor de Dios manifestado en Jesucristo. El que cree debe amar a Dios, de modo que su amor a Dios se muestre también a sus hermanos“. Precisamente, ese estilo de vida nunca visto hasta entonces, impresionó a todo el pueblo. Había sido una auténtica experiencia transformadora ± la vida muchos creyentes.
El evangelio nos recuerda que la fe en el Cristo resucitado es capaz de hacer que el grupo de los discípulos, cerrados sobre sí mismo por miedo (a los judíos), al ridículo y la hostilidad circundante se transforme, por l fuerza del Espíritu, en una comunidad misionera. Es verdad que los discípulos estaban acobardados, muertos d miedo, pensando en la muerte de su Señor, como los muchos miedos que tenemos nosotros hoy para cree] firmemente al Señor. Pero Jesús viene a su encuentro; toma la iniciativa de ir hasta donde estaban y se planta en medio de ellos, como un sol, y los discípulos se llenaron de alegría, se emocionaban. Efectivamente, Jesús sabe que ellos necesitaban de su presencia para recobrar el ánimo y la valentía en ese momento de incertidumbre en que se encontraban.
Para ello, Jesús, resucitado les ofreció sus dones más esperados y más necesitados para superarlo todo: la paz para que se tranquilicen y sean dueños de sí mismos; la fe para que dejen de dudar y se adhieran a El (por eso, le enseña las señales de los clavos); el perdón de los pecados para que venzan cualquier tipo de mal, manifestado en odios, venganzas, resentimientos...; y el gozo de saber y experimentar que El vive en los que creen sin haber visto.
Queridos hermanos y hermanas, también hoy el Resucitado entra en nuestras casas y en nuestros corazones aunque a veces las puertas están cerradas. Entra donando estos mismos dones, es decir, la alegría y la
paz, la vid y la esperanza, dones que necesitarnos para nuestro renacimiento humano y espiritual. Sólo él puede quita piedras que ponemos sobre nuestros propios comportamientos; piedras que sellan la muerte: divisiones enemistades, rencores, envidias, desconfianzas, indiferencias. Sólo él, el Viviente, puede dar sentido a la existencia y dar esperanza y firmeza a] desesperado. Amén.

lunes, 6 de abril de 2015

CATEQUESIS DOMINICAL

DOMINGO DE PASCUA
¡RESUCITÓ EL SEÑOR, ALELUYA!
Ideas principales de las lecturas de este domingo:
  • 1ª Lectura: Hechos 10, 34a.37-43. Testigos de la resurrección. Pedro sintetiza en su discurso lo que la Iglesia cree. Además afirma su experiencia personal y la de los otros discípulos, pues han comido y bebido con el Resucitado. Ellos dan testimonio y lo anuncian al pueblo.
  • 2ª Lectura: Colosenses 3, 1-4. Cuando se buscan los bienes de arriba es Pascua. Pablo, prisionero en Roma, escribe a los colosenses sobre los frutos de la resurrección y de la llamada a participar en el misterio de Cristo. Establece la conexión entre el misterio pascual, el bautismo y nuestras actitudes. La Pascua de Cristo es el fundamento de nuestra fe y hace posible que nuestros ojos busquen los bienes de arriba.
  • Evangelio: Juan 20, 1-9. Cristo ha resucitado y el sepulcro está vacío. María Magdalena va al amanecer al sepulcro y encuentra el sepulcro vacío.Se alarma y alarma a los discípulos. Pedro y Juan corren al sepulcro; ven y creen.El evangelista advierte que hasta entonces no habían entendido la Escritura, es decir, que no habían comprendido el alcance del misterio de la resurrección.

Queridos hermanos y hermanas en Cristo: Es una alegría para todos los cristianos, para todos nosotros poder escuchar este anuncio: ¡Cristo ha resucitado! Quisiera que este anuncio se proclamara en todas las casas, en todas las familias, especialmente allí donde hay más sufrimiento: hospitales, cárceles, países en guerra y donde el terrorismo hostiga a las personas.
Quisiera que este anuncio llegara sobre todo al corazón de cada uno de vosotros, porque es allí donde Dios quiere sembrar esta Buena Noticia: Jesús ha resucitado, hay esperanza para todos, ya no estamos bajo el dominio del pecado, del mal. Ha vencido el amor, ha triunfado la misericordia. La misericordia de Dios siempre vence.
También nosotros, como las mujeres de Jesús que fueron al sepulcro y lo encontraron vacío, podemos preguntarnos que sentido tiene este evento. ¿qué significa que Jesús ha resucitado? Significa que el amor de Dios es mas fuerte que el mal y la muerte misma, significa que el amor de Dios puede transformar nuestras vidas y hacer florecer esas zonas de desierto que hay en nuestro corazón. Y esto lo puede hacer el amor de Dios.
Este mismo amor por el que el Hijo de Dios se ha hecho hombre, y ha ido hasta el final por la senda de la humildad y de la entrega de sí, hasta descender a los infiernos, al abismo de la separación de Dios, este mismo amor misericordioso ha inundado de luz el cuerpo muerto de Jesús, y lo ha transfigurado, lo ha hecho pasar a la vida eterna. Jesús no ha vuelto a su vida anterior, a la vida terrenal, sino que ha entrado en la vida gloriosa de Dios y ha entrado en ella con nuestra humanidad, nos ha abierto a un futuro de esperanza.
La Pascua es también el éxodo, el paso del hombre de la esclavitud del pecado, del mal, a la libertad del amor y la bondad. Porque Dios es vida, sólo vida, y su gloria somos nosotros, como decía san Ireneo.
Queridos hermanos y hermanas, Cristo murió y resucitó una vez para siempre y por todos, pero el poder de la resurrección, este paso de la esclavitud del mal a la libertad del bien, debe ponerse en práctica en todos los tiempos, en los momentos concretos de nuestra vida, en nuestra vida cotidiana.
Hoy os invito a acoger la gracia de la Resurrección de Cristo. Dejémonos renovar por la misericordia de Dios, dejémonos amar por Jesús, dejemos que la fuerza de su amor transforme también nuestras vidas, y hagámonos instrumentos de esta misericordia, cauces a través de los cuales Dios pueda regar la tierra, custodiar la creación y hacer florecer la justicia y la paz.
Queridos hermanos y hermanas, para terminar, os dirijo la invitación del Salmo: "Dad gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia, / Diga la casa de Israel: Eterna es su misericordia". Pidamos a Jesús resucitado, que transforme la muerte en vida, que cambie el odio en amor, la venganza en perdón, la guerra en paz. Amén.