domingo, 13 de junio de 2010

XI DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO


EL AMOR ES PERDÓN

IDEAS PRINCIPALES DE LAS LECTURAS DE ESTE DOMINGO
- 1ª Lectura: Samuel 12,7-10.13: La primera lectura de hoy narra el pecado de David y cómo Natán le recuerda su pecado por parte de Dios. El rey David reconoce su pecado y pide a Dios perdón.
- 2ª Lectura: Gálatas 2,16.19-21: Pablo contrasta en la carta a los Gálatas la ley y la fe. Dice que vive para Dios; su vivir es el vivir para Cristo.
- Evangelio: Lucas 7,36-8,3: Solamente Lucas narra el episodio de la mujer pecadora. Un rabino invita a Jesús a comer. No sabemos ni el lugar del encuentro ni el nombre de la mujer protagonista. Jesús perdona porque la mujer ama mucho.


1. Queridos hermanas y hermanos en Cristo: Dos personas: David y la mujer pecadora. El rey reconoce su caprichoso adulterio y el asesinato ocultado. Recibe el perdón de Dios. Lucas es el único evangelista que narra el episodio de la mujer pecadora. La página del evangelio presenta cuatro cambios de perspectiva, correspondientes a los diversos personajes e la narración: la mujer, el fariseo, Jesús y los comensales. Cada uno con sus características. Jesús perdona a la mujer, porque tiene mucho amor. Perdón y amor se juntan. Lo importante es que el perdón de Dios se da cuando la criatura pecadora reconoce y confiesa su pecado.
2. La sociedad de hoy vive un olvido masivo de Dios. Lejos de reconocer a Dios como el Amor absoluto que perdona y otorga la verdadera libertad, vive como si no existiera Dios. No es fácil reconocer las propias culpas porque no existe capacidad de confiar en Aquel que es amor y sabe perdonar.
3. El episodio del evangelio nos lleva a comprender el espíritu de Jesús y su mensaje de salvación para todos sin excepción. Jesús se encuentra con la mujer y la mujer con Jesús. El perfume y las lágrimas son signos de una experiencia muy viva. Sus pecados quedan perdonados porque ama mucho. ¿Cuántas veces recibimos el perdón de nuestros pecados y el amor hacia el Señor y a los hermanos no crece? ¿Es acaso porque amamos poco? Amén.

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