LAS ARMAS EN ESPERA DE LA SALVACIÓN
Ideas principales de las lecturas de este domingo:
- 1ª Lectura: Isaías 2,1-5: Isaías en un momento de crisis político-religiosa revela la actuación de Dios en la historia de Israel. Contempla también a Jerusalén como la ciudad de la verdadera sabiduría, de la justicia y de la paz. Allí las armas de guerra se convierten en instrumentos de paz. El profeta no espera la salvación proveniente de los hombres, sino únicamente de Dios. Los hambrientos de paz están llamados a ser constructores de la nueva Jerusalén. Invita al pueblo a caminar a la luz del Señor.
- 2ª Lectura: Romanos 13,11-14. Pablo recuerda a los romanos el día en que comenzaron a creer. Les exhorta a vivir el momento presente en el que Dios salva y les amonesta a comportarse con dignidad según las obras de la luz.
- Evangelio: Mateo 24,37-44. Llegará el tiempo en que el Hijo del hombre vendrá a juzgar al mundo y llevará a su plena realización la historia humana. Su venida es cierta, pero incierto el día. El Señor llegará de improviso, de sorpresa. Jesús recomienda a sus oyentes a estar preparados y vigilantes para que cuando llegue el Señor los encuentre vigilando.
Queridos hermanos y hermanas: Iniciamos un año litúrgico nuevo. ¿Qué nos espera en este año? Es una pregunta sin respuesta sensata. Hay muchas respuestas según los deseos del corazón y según las ideas de una fantasía soñadora. El Señor solo nos dice que permanezcamos vigilantes, pues el Señor vendrá y no se sabe ni el día ni la hora.
Quiere que permanezcamos en vela constantemente y tengamos en nuestras manos las armas de la paz y de la luz para que nos encuentre preparados. La salvación está cerca; está en medio de nosotros y a veces estamos ciegos y no la vemos ni la experimentamos.
Sólo el que vigila ve la salvación y sólo el que le abre la puerta de su corazón ve la luz. El tiempo pasa y pasa también el hombre. Alguien ha dicho que el hombre no es más que “un proyecto o diseño, creado sobre las olas del mar en la playa y la ola sucesiva los hace desaparecer”.
Ante la experiencia de que todo pasa, el Señor nos invita al inicio del año litúrgico hacer el bien para que los instrumentos de guerra se conviertan en armas de paz, y las tinieblas en luz.
Adviento es espera y vigilancia; es cambiar las armas de la guerra por las de la paz. ¿Qué nos pasará en este año? Velemos para que nos encuentre siempre con las lámparas encendidas en las manos. Amén.
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