sábado, 13 de agosto de 2011

CATEQUESIS DOMINICAL


XX DOMINGO DEL TIEMPO DEL ORDINARIO. Ciclo A.

DIOS QUIERE QUE TODOS SE SALVEN

Ideas principales de las lecturas de este domingo:
1ª Lectura: Isaías 56,6-7: Isaías escribe seguramente cuando Israel acaba de volver del exilio de Babilonia. Es uno de los textos más universales del Antiguo Testamento. Los extranjeros son invitados por Dios a formar parte de la comunidad del pueblo de Dios. El profeta anuncia que los extranjeros adorarán al verdadero Dios, le servirán y observarán sus preceptos.
2ª Lectura: Romanos 11,13-15.29-32: Pablo constata que antes los paganos eran considerados pecadores y enemigos de Dios y los hebreos, pueblo escogido. Ahora los judíos se han vuelto desobedientes y los paganos han escogido la misericordia de Dios. De esta forma, comprueba que los gentiles aceptan la salvación. Pablo quiere despertar los celos en los judíos para que ellos también acepten. Le duele que habiendo sido ellos los depositarios de esa salvación se queden al margen de ella.
Evangelio: Mateo 15,21-28: Jesús alaba la fe de una mujer extranjera, sirofenicia. La fe está por encima de razas y de ideologías. La fe aceptada consciente y libremente, hace milagros.


Queridos hermanos y hermanas en Cristo: Según la concepción del Antiguo Testamento, la humanidad se dividía en dos bloques: por una parte Israel, pueblo de Dios, y por la otra, la gentilidad o los paganos. La distinción no sólo era racial o política sino sobre todo religiosa.

Los paganos no conocían a Dios Yahvé y no participaban en la vida del pueblo. La salvación era considerada por muchos en Israel como un patrimonio suyo. La historia de Israel es un movimiento pendular que oscila entre el particularismo exclusivista y el universalismo.

Las lecturas de hoy nos orientan a la salvación patrimonio de toda la humanidad. El profeta Isaías abre las fronteras de su pueblo y muchos de sus corazones. La mujer extranjera es una de las mujeres que han abierto su corazón a la salvación porque ha creído. Es pionera de fe en Cristo. Jesús en el Evangelio se muestra como un buscador de fe. Durante su vida buscaba la fe de sus oyentes.

La mujer extranjera y el centurión romano son dos casos significativos. La fe abre las puertas de la salvación y el acercamiento a Jesús. La fe rompe las fronteras y hace que los hombres se hermanen en Cristo. Amén.

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