viernes, 19 de agosto de 2011

CATEQUESIS DOMINICAL

VACACIONES

Queridos hermanos y hermanas en Cristo:
Como casi todo el mundo por estas fechas, nuestro blog también se va a coger unos días de vacaciones. Serán sólo unos pocos días de merecido descanso para las personas que realizamos esta labor evangelizadora a través de las nuevas tecnologías. Pero no por ello queremos dejaros sin la catequesis dominical, que sabemos que seguís con asiduidad cada semana. Así, con un pequeño esfuerzo os dejamos las de los próximos dos domingos en este post.

Nos vemos en Septiembre.

XXI DOMINGO DEL TIEMPO DEL ORDINARIO. Ciclo A.

¿QUIÉN ES JESUCRISTO?

Ideas principales de las lecturas de este domingo:
- 1ª Lectura: Isaías 22,19-23: El profeta Isaías pronuncia un oráculo contra un mayordomo que se ha hecho odioso por su arrogancia. El profeta expresa la destitución y el nuevo nombramiento aludiendo a unos signos de ese cargo. El nuevo mayordomo se dedicará a servir al pueblo. El Señor elige a quien quiere para llevar a cabo sus proyectos.
- 2ª Lectura: Romanos 11,33-36: Pablo, como fuera de sí, habla de la grandeza de Dios. Nadie es capaz de conocer a Dios. Nadie es capaz aconsejarlo. Dios es el origen, el guía y la meta de todas las cosas. Nadie lo puede manipular. Él es don y regalo para todos. Pablo plantea unas preguntas retóricas que esperan una respuesta.
- Evangelio: Mateo 16,13-20: Jesús plantea una doble pregunta a sus discípulos. La primera es modo de encuesta, la segunda es directa para los discípulos: ¿y vosotros? Pedro afirma quién es Jesús. Y el Maestro lo constituye piedra sobre la que se edificará la Iglesia y le da las llaves del Reino de los cielos.

Queridos hermanos y hermanas en Cristo: ¿Quién es Jesús? Es una pregunta importante para ayer y para hoy y mañana. Muchas personas se han preguntado, se preguntan y se preguntarán. Sus contemporáneos dieron respuestas muy diferentes: le llamaron desde embaucador, fanático, poseído por el demonio, hasta considerarlo como profeta.
Hoy las respuestas son diferentes también, desde los ateos (los que no creen en nada), agnósticos (los que dicen que no se puede conocer nada de Dios) a los verdaderamente cristianos (los seguidores de Cristo). La mayoría de las respuestas no llegan a la raíz, a la fe para dar una verdadera definición de Cristo. ¿Quién es Jesús para nosotros? Tenemos que definirnos y responder con claridad desde la fe, no de lo que dicen o hemos leído, etc. ¿Y vosotros qué decís que soy yo? Esta pregunta descoloca a los apóstoles y tal vez también a nosotros. Los apóstoles para responder deben mirarse hacia dentro y escuchar una voz bien distinta de las voces de la calle; nosotros lo mismo.
La respuesta brota de lo alto y expresa una fe profunda. Jesús cambia de nombre a Simón y le otorga el poder de las llaves y de da el sobrenombre de “piedra”. Sólo desde la fe se puede dar una respuesta exacta a la pregunta: ¿quién es Jesús? ¿Cuál es hoy nuestra respuesta? Amén.


XXII DOMINGO DEL TIEMPO DEL ORDINARIO. Ciclo A.

LA LÓGICA DE DIOS Y LA LÓGICA DE LOS HOMBRES

Ideas principales de las lecturas de este domingo:
- 1ª Lectura: Jeremías 20,7-9: El profeta, seducido por Dios, se lamenta amargamente se desahoga con Dios porque su vocación le ha traído disgustos y persecuciones. Sus palabras le hacen odioso al pueblo. Pero el fuego ardiente de la palabra divina le obliga a ser mensajero de Dios. No puede callar a pesar de las persecuciones.
- 2ª Lectura: Romanos 12,1-2: Pablo exhorta a los romanos a que se ofrezcan como holocausto vivo y agradable al Padre. El culto en espíritu y en verdad consiste en ofrecer al Señor cada instante de la vida y a vivir según la voluntad divina.
- Evangelio: Mateo 15,21-28: Jesús anuncia el sentido de su mesianismo en la línea del Siervo sufriente. Pedro reacciona en contra de esta concepción y Jesús proclama que quien quiere seguirle debe cargar con la cruz. La cruz no es término sino camino. Jesús lo dice claramente: el que pierda su vida, el que se vence a sí mismo, el que se olvida de sí mismo, encontrará la vida.

Queridos hermanos y hermanas en Cristo: El misterio profético es una vocación incómoda. Nadie le hizo caso fuera del joven rey Josías que intentó la revolución religiosa y social del pueblo. Vivió momentos de fuerte angustia y crisis personal pero continuó siendo el portavoz de Dios para con su pueblo.
Jeremías llegó a pensar en abandonar su misión profética. Jeremías sufre violencia y opresión por parte de sus contemporáneos. Es considerado loco y traidor, un hombre peligroso por sus ideas subversivas y por esto debe ser eliminado. Jeremías, por estar de parte de Dios, es rechazado por su pueblo. Es el drama de un profeta fiel. Lleva la seducción divina en su corazón y también la amargura de su misión.
Lo que ha sucedido a Jeremías, lo experimenta Jesús. El cristiano, seducido también por Dios, es un profeta. Pero debe ante todo evangelizado por la Palabra divina para poder cumplir su misión de evangelizador. La seducción le debe impulsar a seguir las huellas de Cristo, cargar con la cruz y saber perder la vida para ganarla. Amén.

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