sábado, 29 de septiembre de 2012

CATEQUESIS DOMINICAL

XXVI DOMINGO. TIEMPO ORDINARIO. Ciclo B
LA LIBERTAD DEL ESPÍRITU

Ideas principales de las lecturas de este domingo:
-          1ª Lectura: Números 11,25-29: Israel se organiza poco a poco como pueblo y Moisés elige a 70 ancianos como colaboradores suyos. El Espíritu no se limita a unos cuantos. Con frecuencia queremos que Dios esté con nosotros y sólo con nosotros. Dio no se deja manipular por nadie.
-          2ª Lectura: Santiago 5,1-6: Santiago denuncia la riqueza amasada con actos concretos de injusticia. La riqueza injusta oscurece la presencia de Dios y corrompe el corazón humano.
-          Evangelio: Marcos 9, 38-43. 47-48: Jesús sigue adoctrinando a sus discípulos sobre la misión universal. El Espíritu se da a todos y no solamente a unos grupos. Les pone en guardia contra la tentación de la falsa seguridad en sí mismos.
Queridos hermanos y hermanas en Cristo: las lecturas de este Domingo XXVI del Tiempo Ordinario nos ofrecen tres temas a reflexionar: el escándalo, la actitud ante la riqueza mal adquirida y la universalidad de la salvación. Nos centraremos en este último porque abarca los otros y porque tiene mucho que enseñarnos para vivir  nuestra eucaristía dominical.
En el libro de los Números se nos cuenta el caso de dos ancianos, Eldad y Medad, que no acudieron a la “tienda del encuentro”, a la asamblea convocada por Moisés y, sin embargo, parece que recibieron directamente de Dios el don de profetizar. Josué pide a Moisés que intervenga para prohibírselo y recibe esta respuesta: “¡Ojalá todo el pueblo de Dios fuera profeta y recibiera el Espíritu del Señor!” En el Evangelio un caso similar. Juan ha prohibido a uno a echar demonio en nombre de Jesús, porque pensaba que eso sólo lo podían hacer ellos. Jesús viene a decirle más o menos como Moisés: el bien y la verdad pertenecen a todos. Nadie se puede considerar con la exclusiva de Dios.
¿Qué quiere decirnos todo esto? Que Dios nos sobrepasa, que es más generoso que nosotros. El profeta Joel dice: “…Yo derramaré mi Espíritu en toda carne. Vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán”. El profeta Joel lo dice sin ambigüedad, es decir, claramente: el Espíritu del Señor se derrama en “toda carne”, y no en una carne determinada. Esto significa que Dios se da a todo hombre, Dios reparte sus dones a todo a aquel que está abierto a recibirlos.
De modo que tanto dentro como fuera de la Iglesia ha habido y sigue habiendo personas poseedoras de dones del Espíritu del Señor, destinadas a hacer el bien a sus hermanos los hombres. Éste es el caso de Gandhi, Luther King, Mahoma y otras tantas personas que no son de nuestra iglesia, pero a todos ellos debemos respeto y consideración. Y si volvemos la mirada dentro de nuestras comunidades eclesiales: Hermandades, grupos de oración, de catequesis, de liturgia, coros de animación litúrgica, etc. En todos ellos sus integrantes ofrecen lo mejor de sí mismos, lo que beneficia a los demás, por lo que no caben guerras internas ni actitudes de rivalidad a costa de Dios. Éste puede ser el mayor espectáculo de escándalo que podemos ofrecer al mundo.
En resumen, ni las ideas, ni la raza o nación, ni la religión, ni la amistad son valores últimos que definen al ser humano. No al sectarismo, sea del cuño que sea. En el cristianismo el valor primero es que cada hombre y cada mujer son hijos de Dios y, por lo tanto, hermanos nuestros. Frente al sectarismo de Juan y de los discípulos en el Evangelio, o de Josué en la primera lectura, aparece Jesús y Moisés, como hombres magnánimos y abiertos. Para ellos lo importante es que fluya el bien, la curación, la profecía y no tanto quién cura o quién profetiza. No importa el grupo o la sigla sino el bien que se hace. El bien no tiene fronteras. Quien pone límites al bien se convierte en escándalo. Amén.

ACTIVIDADES PARROQUIALES

NUEVO CURSO PASTORAL

Tras el paréntesis veraniego, iniciamos un nuevo Curso Pastoral, pleno de ilusión y compromiso. Importantes eventos y actividades programados por la Iglesia Universal tendrán lugar este año: Proclamación del "Año de la Fe", celebración del Sínodo de los Obispos bajo el lema La nueva evangelización para la transmisión de la fe cristiana, Jornada Mundial de la Juventud en Río de Janeiro (Brasil), entre otros.
A nivel diocesano, entramos en el tercer año del Plan Diocesano de Evangelización, con las actividades programadas de las que iremos informando convenientemente.

Nuestra comunidad Parroquial, también ha iniciado el nuevo Curso, con una reunión preparatoria, del equipo de Catequesis.
En dicha reunión, celebrada el paso jueves 27 de septiembre, se programó el reparto de grupos y la fecha de inicio, que tendrá lugar el Jueves 4 de Octubre, con una celebración de presentación para niños y padres, en la Ermita de N.Sra. de los Remedios a las 18:00 horas.

La Catequesis en nuestra Parroquia, se estructura en siete grupos: un grupo de iniciacion al despertar religioso (2º de primaria), dos grupos de preparación al Sacramento de la Eucaristía (primer y segundo año), dos grupos de preparación al Sacramento de la Confirmación (primer y segundo año), un grupo de adolescentes y un grupo de jovenes. Contando para ello con siete catequistas voluntarios.
Además, la Parroquia cuenta con dos grupos de Lectura Creyente de la Palabra.

domingo, 23 de septiembre de 2012

CATEQUESIS DOMINICAL

XXV DOMINGO. TIEMPO ORDINARIO. Ciclo B
“LA AUTORIDAD ES SERVICIO”

Ideas principales de las lecturas de este domingo: 
  • 1ª Lectura: Sabiduría 2, 12. 17-20: La lectura trata de una confrontación entre dos formas de orientarse ante la vida. El justo cuando es perseguido confía en Dios. Su conducta resulta incómoda para quien obra mal. 
  • 2ª Lectura: Santiago 3, 16. 4, 3: Santiago establece una comparación entre la sabiduría que viene del cielo y la sabiduría de los hombres que origina los conflictos y divisiones. 
  • Evangelio: Marcos 9, 29-36: Jesús instruye a los suyos sobre su pasión, muerte y resurrección, y ellos están preocupados por los lugares que deben ocupar en el futuro reino.
Queridos hermanos y hermanas en Cristo: En la catequesis del Domingo pasado, Jesús se presentaba como un Mesías que iba a padecer, ser ejecutado y muerto. Pero Pedro no lo entendía; por eso, Jesús lo invitaba a pensar como Dios y no como los hombres. Esa misma idea subyace en el fondo del tema de este domingo. Sigue habiendo contraste de pareceres entre Jesús y los apóstoles sobre este tema. El contraste es fuerte, hasta el extremo de que cuando Jesús les está hablando del fin trágico que le espera, ellos no entienden nada, no se enteran de una cosa tan clara y, además, no quieren entender. Porque les da miedo preguntarle. Los apóstoles le tienen miedo al acontecimiento central del Evangelio: EL SERVICIO.
Porque aquí los apóstoles quedan fatal: no se enteran, tienen miedo, son cobardes y, para colmo, precisamente cuando Jesús les está diciendo que su vida va a terminar como terminan los últimos de este mundo (juzgados, condenados y ejecutados como malditos), los apóstoles se ponen a discutir con pretensiones de ser los primeros. Aquellos hombres pensaban al revés de cómo pensaba Jesús. Y aspiraban  justamente a lo contrario de lo que ellos estaban viendo y viviendo que era el camino que llevaba Jesús. Era evidente que Jesús se puso con los últimos de este mundo y los defendió provocativamente. Por eso acabó como acabó. Los apóstoles, sin embargo, lo que discuten es quién es el primero, el más importante.
ESTO DA QUE PENSAR. Cuando se escribió este evangelio, los apóstoles eran conocidos en las comunidades de la Iglesia. Como muchos de nosotros que somos demasiado conocidos, o a veces exigimos que nos conozcan en las comunidades donde ejercemos… Los Doce eran famosos: eran los testigos oficiales de la resurrección de Cristo (1 Cor 15, 5), representaban las doce tribus del “nuevo Israel” (Mt 19, 28; Lc 22, 30; Hch 26, 7; Ap 21, 12), se sabía su forma de vida y de trabajo (1 Cor 9, 4-5). Y lo sorprendente es que, a estos hombres a los que tanto debía la Iglesia naciente, los evangelios no tuvieron la menor dificultad en contar todas sus ignorancias, cobardías, miedos, limitaciones, debilidades, contradicciones y ambiciones. El Evangelio nos dice así que lo mejor para la Iglesia no es la (aparente) buena imagen de sus dirigentes, sino la verdad y la trasparencia de lo que cada cual vive en el seguimiento de Jesús. Para conseguir esto, Jesús propone hoy a todo a aquel que le quiere seguir lo siguiente:
Frente a la soberbia de los primeros puestos, la HUMILDAD del último.
Frente a la ambición de dominar, SERVIR.
Frente a la tentación del orgullo, de aparentar, la SENCILLEZ de un niño.
Frente a los piques, las contiendas, las luchas intestinas y las críticas, Jesús INVITA a conquistar la PAZ y sembrarla en nuestro corazón y nuestro entorno. AMÉN.

sábado, 15 de septiembre de 2012

CATEQUESIS DOMINICAL

XXIV DOMINGO. TIEMPO ORDINARIO. Ciclo B
“SIN LA ACEPTACIÓN DE LA CRUZ NO HAY SALVACIÓN”

Ideas principales de las lecturas de este domingo:  
  • 1ª Lectura: Isaías 50, 5-10a: El profeta Isaías describe al hombre entregado al servicio de Dios. No se echa atrás ante la dificultad, acepta voluntariamente las consecuencias dolorosas de su misión y confía siempre en Dios. 
  • 2ª Lectura: Santiago 2, 14-18: Santiago recuerda que la fe del cristiano se manifiesta ante todo en las obras, y en especial, en el servicio de los hermanos más desheredados. 
  • Evangelio: Marcos 8, 27-35: Pedro confiesa que Jesús es el Mesías. A continuación es increpado por su Maestro porque piensa como los hombres. Jesús es el Siervo del Señor y  tiene que padecer sin más consuelo que su confianza en Dios, como lo anunció Isaías.
Queridos hermanos y hermanas en Cristo: La persona de Jesús sigue siendo, como ayer, enigmática; muchos no acaban de acertar completamente. Unos le tienen por profeta. Los más cercanos a él piensan que es el Mesías. Cuando Jesús comprueba que así lo ve la opinión pública, considera que ha llegado el momento de empezar a “instruir” a los discípulos sobre el final que se le avecina, es decir explicarles la muerte que le espera y la significación teológica de su muerte para la salvación de los humanos.
Jesús les revela que le espera: “padecer mucho”, “ser condenado” y “morir ejecutado”. Pero no sólo eso. Para el “Profeta” y el “Mesías” de Dios, lo más duro tuvo que ser que el sufrimiento, la condena y la ejecución vendrían de parte de las máximas autoridades de la religión. Lo que, en sana lógica, planteaba, para aquellos hombres, una pregunta sin respuesta: o Jesús era un falso profeta y un falso mesías; o la falsedad y la mentira estaba en la religión que iba a matar a Jesús. Por eso Pedro no aguantó y se atrevió a “increpar” a Jesús.
A la vista de tal resistencia “satánica”, (Mc 8, 33), Jesús le dice: a los discípulos y a la gente (nosotros) que su muerte va a ser la de un crucificado, De forma que el que quiera “salvarse” tiene que “cargar con su cruz”, la cruz de Jesús. ¿Significa esto que Dios nos salva por medio del sufrimiento? No. Dios no quiere que sus hijos sufran. Lo que Dios quiere es que sigamos a Jesús, que hagamos lo que hizo Jesús: aliviar el sufrimiento de pobres y enfermos aunque para eso tuviera que enfrentarse con los que generan el dolor de sus hermanos desde sus poderes fácticos… Eso le costó la vida a Jesús. Y ése es el camino de la salvación. Dios no quiere más sufrimiento que el que nos viene por causa de nuestra lucha contra el sufrimiento. En eso consistió la cruz de Jesús. Y en eso tiene que consistir la nuestra. Amén.

domingo, 9 de septiembre de 2012

CATEQUESIS DOMINICAL

                                                               XXIII DOMINGO. TIEMPO ORDINARIO. Ciclo B
“ABRIRSE A DIOS”
Ideas principales de las lecturas de este domingo
-          1ª Lectura: Isaías 35, 4-7a: Isaías anuncia que Dios mismo vendrá a salvar a su pueblo. Entonces los enfermos recobrarán la salud y la misma naturaleza se transformará. Vendrá a abrir de nuevo los ojos y los oídos insensibles. Será el punto de partida para otro estilo de pueblo que dará fruto salvífico.
-          2ª Lectura: Santiago 2, 1-5: Dios ha escogido a la gente que el mundo no aprecia: los pobres. Los ha hecho ricos en la fe. De este modo ha invertido los valores, sustituye el valor de los anillos por el de la fe. Dicha fe, unida al amor de Dios y no a los anillos, constituye una prenda del reino futuro.
-          Evangelio: Mateo 7, 31-37: Jesús hace oír a los sordos y hablar a los mudos. Son signos mesiánicos, anunciados ya por los profetas. Quien acepta con fe los signos mesiánicos abre su corazón a la creencia y reconoce que Jesús todo lo ha hecho bien.

Queridos hermanos y hermanas en Cristo: La liturgia de la Palabra de este Domingo suena a “comienzo”. ¿Qué comienza? Sin más dilación, sabemos que estamos a comienzo de un nuevo curso escolar, mucha gente se ha incorporado en sus puestos de trabajos después de unos días de vacaciones. También las Parroquias comienzan el curso, aunque no cerraron por vacaciones. Pero estamos en tiempos de programaciones de la pastoral… Ahora se nos entrega a cada uno un libro en blanco para que lo escribamos: es el momento de planificar. ¿Qué vamos a hacer este curso? ¿Qué espera Dios de nosotros como comunidad parroquial, como grupo de hermanos y amigos en la fe? ¿Qué espera Dios de mí, a nivel personal? Vamos a pensarlo un poco iluminados por la luz de la Palabra.
LO QUE DIOS ESPERA DE MÍ. Isaías nos lo anuncia en la primera lectura: “Decid a los cobardes de corazón: sed fuertes, no temáis. Dios viene en persona y os salvará”. ¿Quiénes son los cobardes de corazón? Los que tienen miedo a Dios y se mantienen a distancia de él; los que están oprimidos porque el miedo a lo les rodea les esclaviza sus corazones o la enfermedad oprime su cuerpo. El profeta anuncia una intervención divina. Esta intervención de Dios en nuestra vida, esta salvación prometida, no se va producir si no ponemos de nuestra parte. Tenemos que salir de casa, tenemos que participar en la vida de la Parroquia. Vivir nuestra vida cristiana unida a algún grupo. Los que ya tienen la costumbre de ir a misa todos los domingos que se unan a alguna Hermandad que funcione en su parroquia o una Asociación Cristiana o un  Movimiento Cristianos. Cada curso debe significar un pasito más en tu encuentro personal con Dios. No pienses que no sirves. Dios escoge a los pobres del mundo para hacerlos ricos en la fe. En la Iglesia hay funciones diferentes, pero nadie es más grande que el otro. Somos todos iguales, porque todos somos hijos de Dios, que es lo que nos hace grandes e importantes. Si la Iglesia o alguien considera el dinero, el poder, la cultura hace a uno más importante que otro, se está moviendo por criterios del mundo y no por los de Dios. Santiago no advierte de esto en la segunda lectura.
LA CURACIÓN DEL SORDOMUDO. La salvación prometida por Dios en Isaías se hace presente en Jesús. Así lo entiende la gente cuando presencia el milagro de la curación. El sordomudo, ni oye ni habla. ¡Cuántos sordomudos hay en el mundo que ni oyen la palabra de Dios, ni hablan de Dios. Estos sordomudos necesitan a alguien que los saque del aislamiento y los acerque a Jesús. Luego, el Señor les hablará suavemente en su corazón y les tocará sus oídos para curarlos. En el bautismo se abrieron nuestros oídos para escuchar la Palabra y se soltó nuestra lengua para confesar la fe y alabar al Señor. Fue un milagro. El bautismo ha hecho que de nosotros broten gestos y palabras auténticamente liberadoras. Desde entonces prestamos oídos atentos a la palabra divina y somos palabra de oración permanente. Los que no escuchan a Dios cierran sus oídos y su corazón a la verdad y escuchan otras voces seductoras y engañosas. El que escucha la Palabra y alaba a Dios está dispuesto a ayudar a los sordos para que oigan y a lo mudos para que hablen. AMEN.

sábado, 1 de septiembre de 2012

CATEQUESIS DOMINICAL


XXII DOMINGO. TIEMPO ORDINARIO. Ciclo B
LEYES Y TRADICIONES

Ideas principales de las lecturas de este domingo
1ª Lectura: Deuteronomio 4, 1-2. 6-8: Moisés transmite al pueblo la Ley de Dios. La ley contiene sabios preceptos para la vida. Los mandamientos del Señor son signo de su cercanía a su pueblo y son también signo de fidelidad de Israel a su Dios Yahvé.
2ª Lectura: Santiago 1, 17-18. 21b-22. 27: El apóstol Santiago exhorta a aceptar la palabra de Dios. La Palabra, plantada en el corazón del creyente, debe fructificar en la vida cristiana y florecer en caridad y en inocencia.
Evangelio: Marcos 7, 1-8ª. 14-15. 21-23: Jesús se enfrenta ante la tremenda paradoja: se abandona el mandamiento de Dios para aferrarse a las tradiciones humanas. Insiste en la pureza de corazón que ilumina con su luz los actos del hombre.

Queridos hermanos y hermanas en Cristo: Al volver de vacaciones es un momento oportuno para reflexionar sobre nuestra identidad cristiana, sobre nuestras costumbres. Podemos tener la sensación de andar desorientados sobre lo que constituye lo esencial de nuestra fe cristiana. Debemos reflexionar sobre lo que debemos creer firmemente, sobre lo que debemos realizar como cristianos y sobre lo que debemos celebrar. La vuelta a las prácticas ancestrales trasnochadas y la emergencia de las nuevas formas religiosas hasta ahora desconocidas, introducen el desasosiego y el desconcierto. Algunos (cristianos) se dejan arrastrar y rompen con su pasado cristiano; otros se aferran a lo de siempre, a las normas bien definidas, quizá sin ser bien comprendidas. Los fariseos irritados por el comportamiento novedoso de los discípulos de Jesús experimentan que se tambalean sus esquemas. Ante esta situación muchos preguntan en silencio o a voz en cuello: ¿Cuál es la religión verdadera a los ojos de Dios? Y urge esta otra pregunta: ¿Qué podemos hacer para descubrir esa verdadera religión? Veamos cómo la han descubierto otros a lo largo de la Historia de la salvación.
Escuchar la palabra, da sabiduría. Por aquí podemos empezar. ¿Tenemos sabiduría, conocemos los sólidos fundamentos de nuestra fe cristiana? Yo creo que no. Aunque la fe no sea cosa intelectual, pero requiere la razón; con lo cual, la gente debería esforzarse en investigar sobre su fe, al menos los que saben leer. Desgraciadamente, mucha gente no lee. Salen de la escuela o de sus estudios y listo. Si es que algunos leen, quizá cogerían una revista de moda o un catálogo de coches de lujo y algo más… ¿Quién lee un libro al trimestre? ¿Quién aprovecha una ocasión para regalar un libro bueno a un amigo/a? ¿Quién coge una Biblia un rato todos los días? ¿Quién asiste (con ganas de aprender) a una reunión formativa de su parroquia? Sin embargo, todos buscan la verdad y quieren salvarse. Lo curioso es que buscan esa verdad y salvación en medio de la confusión. Desgraciadamente no podemos decir como la primera lectura: “cierto que este pueblo es un pueblo sabio e inteligente”.
La religión, según Santiago. La religión pura e intachable a los ojos de Dios pasa por el prójimo más marginado y por mantenerse fiel a Dios. ¿Y las devociones, los cultos, los rezos, los ritos, los santos, imágenes, las procesiones? Son medios que usamos al servicio de un solo fin: Dios y prójimo. Tus rezos, tus procesiones, tus devociones, todo eso que haces ¿te acerca a ese fin? Tú lo verás. Aquí no podemos decir aquello de “sálvese quien pueda” sino “sálvese quien quiera”. Sólo el culto que lleva al hermano agrada a Dios. Nuestra religión es encarnación y trinitaria, comunidad de vida.
La opinión de Jesús sobre el tema. Jesús era profundamente religioso. Siempre unido al Padre y “pasó haciendo el bien”, según confiesa Pedro. Y, sin embargo, pone hoy de hipócritas a los fariseos, que eran “excesivamente” religiosos y cumplían la ley hasta pasarse, pero no pasaron haciendo el bien, sino presumiendo de buenos. Les importaba más la ley que el hermano. Con qué pena cita hoy Jesús a Isaías: “este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí. Su culto está vacío”. Nunca juzgamos a las personas: ese juicio es de Dios. Pero sí proclamamos una palabra de denuncia: una parroquia que no sea caritativa y misionera, no vale; una asociación religiosa que no destine buena parte de su presupuesto a obras de caridad, se mueve en la mentira; una casa cerrada al vecino y al pobre que pasa, aunque esté llena de santos alumbrados por la noche, no es una casa cristiana; una persona de mucha risa y mucho ir a la iglesia, pero que fastidia brutal o finamente a los demás, no vale. En definitiva, Jesús, en el evangelio de este domingo, expone el programa de una ecología del corazón y de las actitudes. La tarea consiste en resanar el corazón humano y amar la ecología interior que es siempre bella, buena y comunicativa. La fe es vida y se debe convertir en vida, no importa ni el lugar ni el momento. Amén.