DOMINGO DE LA SAGRADA FAMILIA
HOY LA PAZ BAJÓ DEL CIELO
Ideas
principales de las lecturas de este domingo:
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1ª Lectura: Samuel
1,20-22. 24-28: Ana reconoce que su hijo Samuel es la respuesta del
Señor a su oración. Por este motivo sube al templo a dar gracias al Señor y a
ofrecérselo para que sirva en el templo. La maternidad y la vida son don de
Dios.
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2ª Lectura: I
Juan 3,1-2. 21-24: El cristiano posee la dignidad de ser hijo de Dios.
Para llegar a su plena realización, todos, padres e hijos, deben recorrer el
camino de la fe y del amor, y guardar los mandamientos del Señor.
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Evangelio: Lucas
2,41-52: En Israel era costumbre que el niño al cumplir los doce años
fuera considerado mayor de edad y podría independizarse de la familia y asumir
sus propias responsabilidades. Esta autonomía desconcierta el plan de María y
José. Buscan angustiados al que se debe ocupar de las cosas del Padre. Los tres
vuelven a Nazaret y Jesús comparte la vida de sus contemporáneos, mientras él
crece en sabiduría, en estatura y en gracia de Dios y los hombres.
Queridos hermanos y hermanas en Cristo: Esta fiesta se celebra todos los años el domingo que se encuentre entre los días 25 de diciembre y 1 de enero. Es un buen tiempo para centrarse en la vida familiar porque muchas familias se encuentran ahora unidas por las vacaciones. De modo que hoy el tema de la catequesis es una revisión de nuestra vida familiar. Si lo que hoy y aquí digamos fuera poco, al salir de esta reunión, podemos seguir meditando reposadamente las lecturas que nos propone la liturgia de la palabra.
De todas formas, quiero comenzar esta reflexión haciendo eco, aquí en nuestra asamblea, el clamor de “muchas personas” ante el cambio vertiginoso que ha sufrido nuestra sociedad, en general, y la familia, en particular. No paramos de escuchar tanto en ambientes cristianos como en los de personas de buena voluntad que “la familia está amenazada por una serie de contravalores que ponen en peligro su estabilidad. Los síntomas son: el egoísmo, la infidelidad, la superficialidad…”. ¿Hasta qué punto es acertado este diagnóstico? Pensémoslo detenidamente. A pesar de estos síntomas negativos, también hay muchas familias que viven unidas, se sacrifican unos por otros; la fidelidad es la raíz de su amor y entrega. Si esto es lo que pasa en la nuestra, debemos afianzarlo todos los días de nuestra vida.
Amadísimos hermanos y hermanas, hablar de familia es hablar del fundamento del ser humano. Hemos recordado en varias ocasiones que “no se puede concebir a un ser humano fuera del contexto familiar”. Dicho con otras palabras, no es fácil encontrar a un ser humano que no tenga familia; incluso cuando esto le pasa a una persona, ésta suele inventarla. Porque en la familia se educa y se hace crecer, se reflexiona y se dialoga, padres e hijos se respetan y se aman mutuamente. La familia es una escuela de amor, de relación y de formación integral. Es un lugar que todos aprenden a amar y a vivir, a respetarse y a ayudarse. Es el primer templo donde el ser humano comienza a entablar su relación con Dios a través de los padres.
La Familia de Nazaret es un modelo para la familia cristiana. Es cuna de la vida que comienza y hogar en el que se desarrolla. No habrá calor humano en el mundo sin el respeto a la familia, sin defender el ámbito familiar. El perdón y la comprensión son la base de la estabilidad familiar y de la superación de las dificultades que surgen en las relaciones cotidianas. Contemplando la Familia de Nazaret se aprende a escuchar en el silencio, a meditar el misterio y a trabajar y sobre todo a amarse mutuamente. Amén.