miércoles, 25 de diciembre de 2013

CATEQUESIS DOMINICAL

NATIVIDAD DEL SEÑOR 2013
HOY HA NACIDO EL SALVADOR. EL QUE ES LA PALABRA HABITA ENTRE NOSOTROS.

Ideas principales de las lecturas de hoy:
  • 1ª lectura: Isaías 9, 1-3.5-6: El anuncio del profeta. Isaías recuerda la situación del pueblo de Dios en el exilio y habla del nacimiento de un niño que será luz, alegría y liberación. El profeta completa su cántico libertador diciendo que el niño poseerá las virtudes de los héroes de Israel, la sabiduría de Salomón y será portador de paz y justicia.
  • 2ª Lectura: Hebreos 1, 1-6: Dios habla por su Hijo. El niño recién nacido en Belén no habla y, sin embargo, es la Palabra que nos habla. Comienza un tiempo nuevo. Jesús, en brazos de María, es el que sostiene el universo y el que nos habla desde su silencio.
  • Evangelio: Juan 1, 1-18: El que es la Palabra es luz y vida. Dios nos habla por su Hijo y nos revela su misterio eterno. Cristo, el que es la Palabra viva, nos habla hoy y nos comunica su vida divina. La Palabra es la luz que ilumina y la vida que transforma. El que se acerca a la Luz es iluminado y no permanece en las tinieblas. El que se acerca a la vida es transformado y no permanece en la muerte.
Queridos hermanos y hermanas en Cristo: Durante el Adviento hemos repetido constantemente en nuestras celebraciones: "Ven, Señor, Jesús", queriendo decir con ello que le deseamos y le necesitamos en nuestra vida.
Hoy se cumplen nuestros deseos. El Señor ha escuchado nuestras súplicas, y viene a nosotros, colmando hasta desbordar todas nuestras esperanzas. Dios nace hoy en el mundo, en la Iglesia, nace en la comunidad de los creyentes, nace en las familias, nace entre y en los pobres, nace en cada corazón. Dios nace aquí. Dios nace en ti y en mi.
Hoy los cristianos celebramos la fiesta de la Encarnación de Dios. La Encarnación quiere decir que Dios se hace hombre y habita entre nosotros. Esta es la gran verdad que celebramos en la fiesta de la Navidad, y esto la convierte en la fiesta del amor de Dios. Dios viene a nosotros porque ama y porque nos ama. "Tanto amó Dios al mundo que le envió a su Hijo Unigénito". Tanto amó, que se nos dio Dios, que nos dio lo más querido y lo mas valioso. Tanto amó, que se nos dio Él mismo.
Hermanas y hermanos: el nacimiento de Jesús, Hijo de Dios, es el principio de nuestra salvación. "Hoy os ha nacido un Salvador". Esta si es buena noticia. Ya todos nuestros males tienen solución. Ya nuestras oscuridades serán disipadas porque el Niño es Luz y Verdad. Ya nuestras cadenas (pecados) serán destruidas porque el Niño es la Libertad. Ya nuestras heridas serán curadas porque el Niño es nuestra Salud. Ya nuestras hambres serán saciadas porque el Niño es nuestro Pan. Ya nuestras guerras y nuestros odios serán extinguidos porque el Niño es nuestra Paz. Ya nuestras soledades serán acompañadas porque el Niño es Amistad-Amor. Ya nuestra muerte será vencida porque el Niño es la Vida. Se llama Jesús, que significa Dios Salva.
El niño que nos ha nacido no es un libertador cualquiera. Es el Ungido de Dios. Es portador del Espíritu divino que contagia la vida y libertad. Puede expulsar demonios, perdonar pecados, curar enfermos, consolar a los tristes y hasta resucitar muertos. El niño irradia una energía divina que enciende y transforma. Podrá renovarlo todo, hacer el mundo nuevo, establecer la justicia y el derecho, levantar hogueras de amor.
Es el Señor, el mismo Dios, que quiere manifestarse a nosotros en toda su fuerza y su belleza. Nos descubre su misterio, que son entrañas de amor. Y no viene sólo a revelarse, a hacernos una visita, sino a quedarse con nosotros y a ser como nosotros, por eso se llama también Emanuel. Ya Dios y el hombre se unen y se complementan.
La manera como viene ese Dios a nosotros llama la atención. Viene en forma de niño. Es una señal sencilla. Dios opta por lo pequeño, pero también por lo nuevo, por la esperanza. Viene envuelto en pañales y acostado en un pesebre, que simbolizan lo sencillo y lo pobre. Nace marginado, pidiendo un poco de ayuda. Vestido de tres piezas. Nos trae el mejor regalo, el vestido del amor, la humildad y la pobreza. Él mismo se hace Vestido para nosotros.
Para terminar, Navidad es el Sí de Dios al hombre, a mi mismo. Un sí que encierra estima, protección, colaboración y amor. Dios nos dice siempre sí. Hoy nos invita a que le digamos sí también y a los hermanos en todo momento. Amén.

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