sábado, 7 de abril de 2012

TRIDUO PASCUAL

VIERNES SANTO
El Viernes Santo es día de silencio, meditación y adoración de Cristo en la cruz. Y como el silencio debe estar lleno de reflexión, vamos a dar unas pautas que la faciliten.
El Sentido de la cruz tiene tres dimensiones:
Una, la cruz de Cristo. Él no vino a eliminar el dolor humano, sino a compartirlo, a participar de él, a tomar sobre él la cruz de cada ser humano, hacer de Simón de Cirene para que la cruz le fuera un poco menos pesada al hombre. Es la Cruz de amor.
Otra es la cruz de cada uno de nosotros, personal, familiar, social. Comparémosla hoy con la de Cristo y nos será más fácil llevarla. Hoy podemos comprender que, efectivamente, nuestra cruz es pasada pero la de Cristo fue más. Y al fin y al cabo a nosotros nuestra cruz nos puede purificar y la tenemos un poco merecida por nuestra forma de ser y comportarnos. Pero Cristo era inocente, como muchos inocentes que cargar con su cruz.
Finalmente, la cruz de los demás. Hoy es el día de abrir los ojos a la realidad que nos rodea y, al menos, lamentarnos interiormente de la vida tan feliz que llevamos (algunos) habiendo como hay tantas cruces en torno nuestro, en nuestra sociedad y en nuestro mundo, clamando a voces por cireneos dispuestos a echar una mano. Pensemos hoy en la cruz de los parados: más de seis millones de hombre y mujeres, dispuestos a trabajar para ganar su pan, están en la cruz del paro. Millones de enfermos de cáncer, sida, y otras enfermedades clavados en la cruz de un dolor insoportable. Millones de ancianos con la cruz de la soledad. Depresivos, masacrados por las guerras… cada uno con su cruz.

No hay comentarios:

Publicar un comentario