sábado, 25 de agosto de 2012

CATEQUESIS DOMINICAL

XXI DOMINGO. TIEMPO ORDINARIO. Ciclo B
ACEPTAR O RECHAR A CRISTO

Ideas principales de las lecturas de este domingo:
1ª Lectura: Josué 24, 1-2ª. 15-17. 18b: Josué propuso al pueblo de Dios, instalado ya en la tierra prometida, un doble camino: seguir a Dios Yahvé o a los dioses, adorados por otros pueblos conquistados. El pueblo prometió la fidelidad a Dios Yahvé y renovó la alianza. 
2ª Lectura: Efesios, 5, 21-32: El matrimonio cristiano es signo de un misterio mucho más profundo: el amor que une Cristo a la Iglesia. 
Evangelio: Juan 6, 61-70: Concluye el discurso de Jesús en Cafarnaún. Las palabras de Jesús son duras y difíciles de comprender para sus oyentes. Algunos le abandonaron porque no comprendían su lenguaje. Otros, como los decidieron seguir a Jesús aunque no comprendían su significado. Creer no es comprender, sino fiarse de Dios. 

Queridos hermanos y hermanas en Cristo: El escándalo que produjeron las palabras de Jesús sobre la eucaristía estuvo motivado por una mala interpretación de lo que Jesús quiso decir. Esa mala interpretación consistió en lo que se ha llamado el “cafarnaísmo”(esto lo dijo Jesús en Cafarnaúm), que consiste en la idea de que comulgar es comerse la carne histórica de Jesús. Cuando la eucaristía se explica así, tal explicación puede ser motivo de escándalo y de que haya gente que se aleja para siempre de la Iglesia. 
Jesús insiste en que para comprender lo que representa la eucaristía es indispensable la fe. Jesús se refería a la fe que es adhesión personal a él, a sus criterios, a su forma de vivir, a los valores que él propuso y defendió. Quien vive eso, entiende lo que es la eucaristía, comer su carne y beber su sangre, que es la expresión simbólica de la unión y hasta la fusión con su vida y su destino. 
Existen momentos críticos y decisivos en la vida. Es preciso el discernimiento y la decisión. Dios no quiere autómatas, ni coaccionados, ni tibios. Dios espera nuestra respuesta libre y decidida. Israel, instalados ya en la tierra prometida, tiene que decidir si quiere caminar por la senda de la fidelidad a Dios o por el camino de los dioses. Pedro también decide seguir a Jesús, porque tiene palabras de vida eterna; mientras otros oyentes se alejan por ser dura su doctrina. Hoy, como ayer, es preciso decidirse por Cristo o alejarse de él. La decisión se debe realizar cada día. ¿Seguimos a Cristo voluntariamente o vamos detrás de los dioses fabricados por la mano humana? ¿Por qué seguimos a Cristo? Amén.

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