SANTA
MARÍA, MADRE DE DIOS
MARIA:
MISTERIO Y CERCANÍA
Ideas
principales de las lecturas de este día:
- 1ª Lectura: Números 6,22-27: Los sacerdotes de Israel, cuando comenzaban el nuevo año, bendecían al pueblo. Bendecir es "decir bien" a una persona, a un objeto o a un lugar. Dios "dice bien" a nosotros que comenzamos un nuevo año. Jesús es la gran bendición del Padre a la humanidad. La bendición divina es signo de su amor paternal. Hoy no es suficiente desearnos un feliz año, es preciso que seamos durante todo el año portadores de felicidad, de bien y de paz. Quien felicita debe comunicar el bien, la felicidad y la paz.
- 2ª Lectura: Gálatas 4,4-7: Pablo recuerda que Cristo nació de Santa María y que nosotros somos hijos de la libertad y amados de Dios. El bautismo nos capacita para dirigirnos a Dios e invocarle como Padre.
- Evangelio: Lucas 2,16-21: El Evangelio pone de relieve el fruto de la bendición: la maternidad divina de Santa María. Mientras todos se maravillan de lo que cuentan los pastores y glorifican a Dios, María, la Virgen-Madre, en silencio medita en su corazón todas estas cosas. La maternidad de María no termina en Belén, se prolonga a la cruz y a toda la Iglesia.
Queridos hermanos
y hermanas en Cristo: Los sacerdotes de Israel, cuando comenzaban el nuevo año,
bendecían al pueblo. Bendecir es ""decir bien" a una persona, a
un objeto o a un lugar. Dios ”dice bien" a nosotros que comenzamos un
nuevo año. Jesús es la gran bendición del Padre a la humanidad. La bendición
divina es signo de su amor paternal. Hoy no es suficiente desearnos un feliz año,
es preciso que seamos durante todo el año potadores de felicidad, de bien y de
paz. Quien felicita debe comunicar el bien, la felicidad y la paz.
Entre otras cosas,
la razón de nuestra alegría hoy es haber llegado al Año 2013. EI sueño y el
deseo de mucha gente es poder vivir un año más en la existencia; por eso muchos
nos festejamos al ver cumplido ese sueño. Hoy nos deseamos larga vida los unos
a los otros; hoy celebramos también la Jornada de la Paz. Y deseamos hoy la paz
para todas las naciones que viven en guerra; deseamos la paz a todos los
hogares que viven bajo el peso de la violencia y la intranquilidad.
No obstante, hoy la
Iglesia celebra la fiesta mariana por antonomasia: la Maternidad divina. La Iglesia llama a María
Madre de Dios desde el concilio de Éfeso, en el año 431. La maternidad divina constituye
el fundamento de todos sus privilegios. María no sería lo que hoy la considerarnos
si no fuera Madre de Dios.
La maternidad de María
comienza en la Anunciación, se convierte en espiritual en la cruz y continúa en
la Iglesia. Con la mirada fija en María empezamos el año nuevo. Ella guía los
pasos de todos sus hijos. Ella, la Mujer creyente hace sus hijos crean en
Cristo y permanezcan en fidelidad a los compromisos bautismales.
María es la mujer
creyente que abrió su corazón a Dios y nos enseña a creer y a crecer en la fe.
La fe hace milagros. El gran milagro es que una virgen sea Madre. Dios la
bendijo e ilumino su rostro sobre ella y le concedió su gran favor.
Recibamos al inicio del
nuevo año la bendición de Dios para que nos proteja, ilumine su rostro sobre
nosotros y nos conceda su favor. María es el misterio y cercanía. María es la
mujer de la paz y la que nos acompañara durante todo el año que hoy
comenzarnos. Amén.
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