domingo, 30 de junio de 2013

ACTIVIDADES ARCIPRESTALES

COLONIAS DE VERANO PARA NIÑOS EN RIESGO DE EXCLUSION.

Durante la segunda quincena de Julio, la Coordinadora de la Sierra va a llevar a cabo las Colonias TótemC. Dicha actividad persigue un doble objetivo: por un lado movilizar a los jóvenes de la Sierra de Aracena y Picos de Aroche, y ofrecerles una actividad en la que desarrollar su voluntariado. Por otro lado, se realiza una actividad para niños y niñas en situación de riesgo de exclusión social, que pretende trabajar de forma lo más completa posible con tan delicada situación.
Así, las Colonias se configuran en torno al eje central de los Animales Tótem, que nos permitirá trabajar a nivel simbólico con los niños y niñas. Asimismo, la dinámica se centra en la importancia de los referentes adultos en el desarrollo de los menores.
Las actividades que se realicen serán de lo más diversas: senderismo, juegos de agua, manualidades, juegos de cooperación en equipos, veladas nocturnas...
Tanto jóvenes voluntarios como niños y niñas esperan con ilusión que llegue el día de comienzo. La Casa de Cáritas de Almonaster será el hogar de un montón de ilusiones, aprendizajes y diversión.
Si quieres colaborar de alguna forma puedes informarte a traves del correo electronico del blog: parroquiadesantiagoelmayor@gmail.com.

domingo, 23 de junio de 2013

ACTIVIDADES ARCIPRESTALES

CONVIVENCIA DE LA COORDINADORA DE CARITAS DE LOS ARCIPRESTAZGO DE LA SIERRA EN ALMONASTER LA REAL.


La Casa de Cáritas, en Almonaster la Real,  acogió el sábado día 22 de junio, a los grupos parroquiales de Cáritas de los arciprestazgos de la Sierra, en su jornada de Convivencia anual.
Después de la acogida y bienvenida a todos los grupos, comenzamos nuestra convivencia en oración, dirigida por Pedro Barranco, en la que reflexionamos sobre el ser de Cáritas y de las personas que forman los equipos "y que un día decidimos trabajar para traer el Reino de Dios a este mundo dolorido" con la ayuda del Espíritu del Señor.
A continuación, el Director de Cáritas Diocesana, Julio González, dirigió la palabra a los asistentes, para presentar los proyectos y actividades de Cáritas Diocesana, haciendo énfasis en el carácter diocesano de las acciones de Cáritas y que "las Parroquias deben tener la conciencia de dar a conocer las situaciones de pobreza e injusticia que se viven en el mundo", porque no podemos olvidar que "somos los pies y las manos del amor de Dios" y "la voz de los que sufren"
Seguidamente, se desarrolló el tema "Economía social: Comercio Justo, un consumo solidario", la responsable de la tienda de Comercio Justo de Cáritas Diocesana, fue la encargada de exponernos el tema de un modo sencillo y cercano. 
Después del trabajo por grupos, donde se trabajarón algunos aspectos del Comercio Justo, y la puesta en común que fue un buen momento de preguntas y cuestiones de gran ayuda para dar a conocer el tema, Israel Barranco, técnico que acompaña a las Coordinadoras de la Sierra y Mina, presento el Proyecto de "Colonia de Verano para niños en situaciones de exclusión" que se va a llevar a cabo por el equipo de Aracena con el apoyo de la Coordinadora y por lo que nos acompañaron un grupo de jóvenes que trabajarán como monitores.
Tras la celebración de la Eucaristía, celebrada por el párroco de Arroyomolinos de León y Cala, D. Jesús Rafael Ayama, concluimos nuestra convivencia con un almuerzo compartido.

Agradecemos a todos los que habéis hecho posible este encuentro, especialmente al equipo de Almonaster por acogernos y animamos a todos los grupos de caritas de la Sierra a seguir "agarrando el lápiz de la vida y con nuestra mejor letra seguir escribiendo una nueva historia" en nuestro arciprestazgo.
Os dejo algunas fotos de la convivencia.

















sábado, 22 de junio de 2013

CATEQUESIS DOMINICAL

XII DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO. Ciclo C
¿QUIÉN DECÍS QUE SOY YO?

Ideas principales de las lecturas de este domingo:

  • 1ª Lectura: Zacarías 12,10-11;13,1: El establecimiento del reino de Dios. El profeta anuncia el reino y habla de la regeneración última y escatológica del pueblo elegido. Un siervo sufriente será el que salvará al pueblo. La salvación  depende de una muerte misteriosa que el profeta no precisa y la Iglesia la aplica a Jesús.
  • 2ª Lectura: Gálatas 3,26-29: Revestidos de Cristo. El bautismo nos hace hijos de Dios y nos reviste de Cristo. Pablo habla de la descendencia abrahámica y la condición de herederos. La fe nos hace entrar en el proyecto divino.
  • Evangelio: Lucas 9,18-24: ¿Quién es Jesucristo? Responder a esta pregunta es difícil. El no creyente no puede responder porque la respuesta exige la fe. Pedro confiesa que Jesús es el "Mesías de Dios". Jesús anuncia a los apóstoles su muerte y resurrección, y les invita a seguirle cargando con la cruz.

Queridos hermanos y hermanas en Cristo:
 La experiencia de la Pascua, de la nueva ve que sale del sepulcro vacío de Cristo, aparte de llenarnos de la ilusión de vivir, de santificar nuestras vidas por la acción del Espíritu Santo que habita en nosotros, también puede infundir en nosotros una falsa serenidad en cuanto a la vivencia de nuestra fe. A veces queremos hacer la fe demasiado cómoda, demasiado fácil. Tratamos de evitar todo aquello que resulta costoso, difícil; aquello que suponga esfuerzo o sufrimiento. Por eso hoy la Iglesia nos presenta una catequesis muy oportuna que interroga nuestra fe en Jesús; y lo hace bajo la pregunta que formula el mismo Jesús a los Apóstoles: ¿Quién decía que soy yo? Esto es, "¿quién es Jesús para ti? Naturalmente la respuesta va a estar determinada por las propias experiencias y será distinta en la forma de expresar cada uno su fe en Jesús.
Muchos hombres y mujeres a lo largo de la historia han tratado de responder a esta pregunta fácil y difícil al mismo tiempo; cada uno a su manera. Pero hay que decir que sin fe, la respuesta es puramente humana y, por tanto, no exacta ni verdadera porque Jesús nos es solamente humano, es divino también. La gente sin fe, humanamente ha respondido a esta pregunta diciendo que Jesús es "un gran tipo", "un sabio como Buda", "un revolucionario con Che Guevara", "un libertador del pueblo" al estilo de un militar golpista, "un pacifista como Ghandi", "un profeta más de los muchos que vivieron en la antigüedad...". Jesús no es sólo esto, o mejor dicho, éste no es Jesús.
La verdadera respuesta surge, en primer lugar, cuando nos sabemos hijos de Dios. Y lo somos por el bautismo recibido que nos une a Cristo, nos hace ser descendientes de Abraham y herederos de la promesa (Cf. 2ª lectura). En segundo lugar, se puede responder a esta pregunta cuando brota de una experiencia de vida con Cristo. Los Apóstoles compartieron con Jesús el pan y el camino, la oración y la conversación, la pobreza y la generosidad, la multitud y la soledad, la alegría y el sufrimiento; por eso, uno de ellos, Pedro, que ha compartido todo esto, confiesa que él es el Mesías.
Hermanos y hermanas: La catequesis de hoy tiene que ser apologética, es decir, testimonial y contundente. El fiel cristiano, evidentemente, tiene que dar testimonio de su fe públicamente con palabras. Esto es más que necesario hoy día. Tiene que manifestar su creencias y defenderlas públicamente como el que no tiene fe presume de no tenerla. Junto a esta manifestación o testimono verbal de nuestra fe sea donde sea, el evangelio de hoy habla también del primer anuncio de la Pasión y las condiciones para el seguimiento de Cristo. Esto también es muy importante para responder a la pregunta de Jesús: "¿Quién dice la gente que soy yo?", "¿Quién es Jesús para ti?". Ahora se trata de responder con nuestra vida, es decir, nuestras obras y actitudes ante la experiencia.
El Señor manifiesta que el "siervo de Dios" ha de sufrir y el que siga su camino ha de ser capaz de afrontar el sufrimiento y la cruz. Si aplicamos esto a nosotros, tenemos que pensar que Jesús: no puede ser un simple crucifijo, aunque nos hable de cruz, de sufrimiento y de redención; no puede ser una imagen del Sagrado Corazón, aunque nos presente la realidad del gran amor de Dios; no puede reducirse a un cuadro colgado de la pared y que nos recuerda la fe de nuestros antepasados. Jesús, el Señor, tiene que ser "alguien más". Tiene que ser "aquel por quien tomamos partido y por quien comprometemos toda nuestra vida". Pues fuimos elegidos por Él y para Él. Jesús es la razón de mi existir. Amen.

domingo, 16 de junio de 2013

CATEQUESIS DOMINICAL

XI DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO. Ciclo C. 
EL AMOR ES PERDON. 

Ideas principales de las lecturas de este domingo:
  • 1ª Lectura: II Samuel 12,7-10.13: Pecado, denuncia y perdón. La primera lectura de hoy narra el pecado de David y cómo Natán le recuerda su pecado por parte de Dios. El rey David reconoce su pecado y pide a Dios perdón. 
  • 2ª Lectura: Gálatas 2,16.19-21: Ley y fe. Pablo contrasta en la carta a los Gálatas la ley y la fe. Dice que vive para Dios; su vivir es vivir para Cristo. 
  • Evangelio: Lucas 7, 36-8,3: El amor alcanza el perdón. Solamente Lucas narra el episodio de la mujer pecadora. Un rabino invita a Jesús a comer. No sabemos ni el lugar del encuentro ni el nombre de la mujer protagonista. Jesús perdona porque la mujer ama mucho. 
Queridos hermanos y hermanas en Cristo:
Una vez más nos reunimos para celebrar la Eucaristía como profesión de nuestra fe y acción de gracias al Señor. Hace dos domingos, el evangelista San Lucas nos presentaba al Señor liberador de la enfermedad, pues dio la salud al criado del centurión romano ante la gran fe que éste manifestó. El domingo pasado nos ofrecía la figura de Jesús liberador de la muerte al devolver la vida al joven muerto, hijo único de la viuda de Naín, por pura compasión. Hoy nos ofrece la figura de Jesús como liberador del pecado al conceder el perdón a quien manifiesta su gran arrepentimiento y amor. Al domingo de hoy le podríamos llamar “el domingo de la misericordia y del perdón”, porque de ello nos habla el Señor en las tres lecturas.
La primera lectura de hoy nos ofrece una gran lección a todos. A los elegidos por Dios para una misión especial, los hombres y mujeres les exigimos ser perfectos. Los creyentes exigen de sus ministros sagrados conducta intachable; los ciudadanos exigen honestidad, rectitud y justicia a los políticos, militares y jueces; los alumnos e hijos exigen buen ejemplo a sus maestros y padres… No es fácil disculpar sus errores o pecados. Sin embargo, no es este el obrar de Dios. Su misericordia y perdón están por encima de las debilidades del hombre. El rey David fue una persona elegida por el Señor para una misión sumamente importante, la de orientar y guiar a su pueblo. A pesar de esta elección, David peca, hace el mal. Pero también es un hombre que no rechazó el aviso de Dios, la llamada al arrepentimiento y a la conversión que le anuncia el profeta Natán. Esta es su mayor grandeza: el perdón alcanzado, arrancado de Dios, por humilde confesión de su pecado. Esta acción, que rehace la amistad del rey David con Dios, nos ofrece un mensaje de esperanza a todos nosotros. El pecador, aunque sea rey, militar, juez, maestro, padre de familia, alcanza el perdón por el camino del arrepentimiento.
El arrepentimiento es una clave importante para alcanzar el perdón y la misericordia del Señor. Ni nuestros encubrimientos  o nuestras justificaciones de “no hago mal a nadie”, “no tengo pecados”; ni nuestras acusaciones a los demás como los únicos pecadores o los únicos que hacen mal las cosas; ni las posturas duras propias de los legisladores inflexibles nos traen la salvación. Hoy nos lo dice el San Pablo en la segunda lectura. “…el hombre no se justifica por cumplir la Ley, sino por creer en Cristo Jesús”. El mero cumplimiento de la ley no nos hace mejores. No somos artífices de nuestra salvación. Hoy Jesús nos invita a creer en él para comprender su mensaje de la misericordia divina.
La mujer del evangelio de hoy nos presenta el claro ejemplo de que sólo la fe en Dios y el seguimiento de Jesucristo nos lleva a la salvación y la misericordia divina. Esta mujer alcanza la paz y el perdón gratuitamente. Sólo le bastó ponerse a los pies de Jesús y reconocerse pecadora. Con ello, su vida se ve cambiada y transformada. Nuestro encuentro con Jesús, con esa misma actitud, haría que nuestra vida sufriera el mismo cambio y la misma transformación. El evangelio nos tiene que llevar a la esperanza, al sosiego, a la paz. El evangelio es Buena Noticia porque ofrece la seguridad del perdón y de la misericordia de Dios a nuestras muchas debilidades y pecados; a nuestras dudas y perplejidades. Ojalá escuchásemos siempre estas palabras consoladoras del Señor a la mujer pecadora: “tu fe te ha salvado. Vete en paz”. Amén.

sábado, 15 de junio de 2013

CATEQUESIS DOMINICAL

FESTIVIDAD DE SAN ANTONIO DE PADUA
13 de Junio de 2013

Queridos hermanos de la Junta de Gobierno.
Queridos hermanos todos de la Hermandad de San Antonio de Padua.
Distinguidas autoridades locales.
Hermanos y hermanas:
En uno de sus sermones, nuestro patrono cuya fiesta celebramos hoy con alegría, decía que "el que está lleno del Espíritu Santo habla diversas lenguas. Estas diversas lenguas son los diversos testimonios que da de Cristo, como por ejemplo la humildad, la pobreza, la paciencia y la obediencia, que son las palabras con que hablamos cuando los demás pueden verlas reflejadas en nuestra conducta. La palabra tiene más fuerza cuando va acompañada de las obras."
Este Espíritu Santo, el Espíritu del Señor, lo llevamos dentro de nosotros desde el día de nuestro bautismo, y en la recepcción del sacramento de la Confirmación nos llenamos plenamente de él; y cada vez que recibimos cualquier sacramento tambien el Espíritu Santo nos asiste.
Por tanto, hermanos y hermanas, tenemos la capacidad de hablar esas diversas lenguas. Nunca digamos que no podemos. Sí que podemos. Podemos empezar con la última que cita nuestro santo: la obediencia. La obediencia etimológicamente significa saber escuchar, prestar atención, poner el oído.
Hoy el Señor nos dice en el Evangelio: "Gracias, Señor de cielo y tierra, porque has escondido estas cosas a los sabiso y entendidos y se las has revelado a la gente sencilla..." Los sabios y entendidos son los que están seguros de sí mismos, los que no necesitan nada de nadie. Y las cosas que el Señor les esconde son precisamente la humildad (rmedio del orgullo), la pobreza (ayuda a no apegarse a lo material), la paciencia (que nos ayuda a soportarlo todo) y la obediencia (el saber escuchar).
Nuestro santo habló esas lenguas, por eso dice que la palabra tiene más fuerza cuando va acompañada de las obras. En el libro de la fiesta hemos puesto, como todos los años, alguna pincelada de su vida. Hemos recordado que San Antonio murió a los trinta y seis años. Sólo tuvo actividad apostólica durante los diez últimos años de su vida, pero siempre tuvo la disposición de entrega y servicio a Dios y a los demás. Esta disponibilidad alimentó, incluso, su deseo del "martirio", es decir, morir como el mismo Cristo por obediencia a Dios y por amor a los demás. Esta idea le llenaba de felicidad a nuestro santo.
Hoy su santa vida y sus virtudes nos siguen interpelando a nosotros. Nuestra feleicidad tiene que basarse en que nos ocupemos de las "cosas de Dios", de esta cosas que esconde a los sabios y entendidos. Que nos ocupemos de ellas en la Hermandad, en la Parroquia, en la famila, en el trabajo, en el bar..., donde sea  tenemos que hacer presente al Señor con nuestras palabras y nuestras obras.
Nuestro santo lo hizo en diez años, aparentemente poco tiempo, pero en realidad, suficiente; porque fueron diez años bien vividos y bien aprovechados para servir a Dios y a sus hermanos, los hombres. Hoy nos invita a hacer lo mismo. No perdamos nuestro tiempo en cosas que no alaban a Dios.
Hermanos y hermanas todos, os invito a celebrar estas fiestas recordando y rezando tambien por nuestros hermanos del pueblo, de la Hermandad, que otros años las celebraban con nosotros, hoy en especial, Antonio Marquez Largo. Que San Antonio interceda por nosotros. Así sea.

(Homilia de nuestro párroco, con motivo de la Festividad de San Antonio de Padua, Patron de Arroyomolinos de León, en la solemnes función del 13 de junio.)

sábado, 8 de junio de 2013

CATEQUESIS DOMINICAL

X DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO. Ciclo C.
JESÚS ANTE EL SUFRIENTO AJENO

Ideas principales de las lecturas de este domingo
-          1ª Lectura: I Reyes 17, 17-24: Resurrección del hijo de la viuda. Este relato, obviamente, es de origen popular, pero aquí se trata del elogio de la autoridad de los profetas y la eficacia de sus palabras. También tiene un acento polémico contra las divinidades fenicias, incapaces de garantizar, como hace el Señor, la vida de sus adoradores.
-          2ª Lectura: Gálatas 1, 11-19: Pablo, de perseguidor al Apóstol fiel de Cristo. Para hacer frente con garantías de éxito a los predicadores judaizantes que han sembrado el desconcierto en las comunidades cristianas de Galacia, Pablo necesita dejar bien claro que él no es un miniapóstol, sino un verdadero apóstol al quien Jesucristo ha encargado la evangelización de los no judíos. Por eso comienza reivindicando su condición de apóstol y concretando el campo específico de su apostolado. En ésta y otras ocasiones, Pablo evoca su etapa de encarnizado perseguidor de la Iglesia.
-          Evangelio: Lucas 7, 11-17: Jesús resucita al hijo de una viuda en Naín. En una sociedad en la que la seguridad de la mujer dependía de los hombres, esta viuda, que ha perdido a su hijo, se encuentra indefensa. Pertenece a los pobres y pequeños que Jesús había declarado dichosos. Por eso, al hacer revivir a su hijo, Jesús provoca en el pueblo, no en los jefes de Israel, una confesión de fe en él y en la misericordia de Dios.

Queridos hermanos y hermanas en Cristo: el tema de la segunda lectura queda un poco desmarcado de las otras dos. Pero vamos a empezar con ella. En algunas comunidades cristianas de Galacia, sucedía lo que ocurre hoy en algunas iglesias. Algunos quieren introducir doctrinas erróneas e imponer a los demás sus propios criterios, que no siempre coinciden con el pensamiento del Señor, ni con el Evangelio. San Pablo tiene que defenderse de quienes le acusan de no ser fiel al Evangelio de Jesús. De una parte afirma claramente su condición de “apóstol”, aunque ha sido perseguidor de Cristo; y de otra parte insiste, que la doctrina que él proclama la ha recibido del Señor. No es invención suya ni la ha recibido de fuente humana. Es una doctrina recibida del Señor que le ha hecho pasar del error a la verdad y de la muerte a la vida. En una palabra, los caminos de Dios son variadísimos y todo aquel que actúa con buena voluntad y rectitud de corazón, está en camino del Reino de Dios, que es Reino de luz y de vida.
Pero el tema central de la Eucaristía de hoy es otro muy distinto de la conducta de las comunidades de Galacia y su Apóstol. La primera lectura y el evangelio nos lo muestran con una similitud asombrosa. Elías, en el Antiguo Testamento, y Jesús, en el Nuevo, se encuentran con dos mujeres, viudas para más desgracia, y que han perdido a su único hijo. En los dos casos hay una intervención de hombres de Dios y, actuando como a tales, devuelven la vida a los hijos de esas mujeres.
El milagro de ambas resurrecciones tiene mucho que ver con nuestra vida de creyentes. Este milagro viene bien explicado en el Evangelio de hoy, donde San Lucas nos ofrece una confirmación de la actitud misericordiosa de Dios para con los hombres y de la proclamación que Jesús hace de su amor a todos. Este evangelio es un ejemplo más de su actitud compasiva y misericordiosa, llena de ternura con los que sufren. En este relato, nadie pide nada a Jesús como ha sucedido en otros casos. Al encontrarse el Señor con el dolor, con aquella tragedia humana, actúa compasivamente invitando a la madre a que no llore y devolviéndole vivo al hijo, como Elías en la primera lectura. El llanto se transforma en alegría y las lágrimas en gozo.
En una sociedad “androcéntrica” en la que la seguridad de la mujer dependía de los hombres (como sigue dependiendo hoy en muchos lugares), esta viuda, que ha perdido a su hijo, se encuentra indefensa. Pertenece a los pobres y pequeños que Jesús había declarado dichosos. Por eso, al hacer revivir a su hijo, Jesús provoca en el pueblo, no en los jefes de Israel, una confesión de fe en él y en la misericordia de Dios. Jesús ofrece una vida nueva al muchacho que la había perdido; llena de alegría y consuelo a la madre-viuda, y hace brotar la admiración en todos los que presencian aquel acontecimiento. Sin duda “Dios ha visitado a su pueblo”.
Y la visita de Dios a nuestro pueblo y a nuestra vida tiene que marcarnos y cambiarnos un poco. La Palabra de Dios y concretamente el evangelio, es una llamada para nosotros. Al joven muerto Jesús le dijo: “¡Muchacho, a ti te digo: levántate!”. Y el muchacho aceptó la invitación de Jesús. Recobró la vida nueva. Y hoy nos dice Jesús, siempre que nos encontramos con el dolor ajeno: ¡levanta tu mirada, levanta el ánimo, levanta tu confianza en el Dios de la vida!; ¡sé valiente, colabora y da testimonio de tu fe en Cristo salvador y dador de Vida! Este dolor ajeno tiene rostros concretos: muerte física como el hambre, la injusticia, la violencia, la opresión, la droga, el sida, matrimonios rotos, la soledad, la pobreza material, depresiones… En estos casos de dolor ajeno, el Señor nos invita a hacer gestos concretos también como “hacernos presentes junto al que sufre”; “luchar contra las causas de estos dolores”; hacer presente nuestra fe ante los que sufren”, porque la fe esclarece y tranquiliza. Hay que rezar por los que sufren. Amén.

domingo, 2 de junio de 2013

ACTIVIDADES ARCIPRESTALES

MANIFIESTO CÁRITAS ARCIPRESTAL DE LA SIERRA DE HUELVA CON MOTIVO DE LA CELEBRACION DEL DÍA DE CARIDAD 2013.


Soplan aires de cambio.
Ahora que el mundo se cae a trozos. Ahora que los telediarios nada más que vierten desgracias en nuestra casa. Ahora, cuando no hay trabajo, no hay dinero, no hay seguridad. Justo ahora, que la crisis nos aprieta hasta la última tuerca.
Ahora que la vida se estremece, aquí, en nuestra Sierra querida. Ahora, que tememos que el hambre llame a nuestra puerta: ya no tenemos certezas. Ahora que nuestros vecinos sufren en sus carnes el dolor de no poder alimentar a sus hijos (como siempre hicieron). Ahora, más que nunca, luchamos por mantener la esperanza.
“Los de Cáritas” somos personas normales, corrientes. Limitadas. Somos el vecino de abajo, la compañera de trabajo, la señora que se sienta delante en la iglesia. Somos nosotros, con nuestras familias, nuestros problemas en casa, nuestro trabajo que nos permite ganarnos el pan. Somos los mismos que andamos por la comunidad de vecinos, los que compramos todos los días en la panadería de la plaza. Somos los amigos de siempre, que te invitan a café, que llevan a sus hijos al cumpleaños de tus hijos. Somos la abuela, el tío, el padre, la prima, la concuñada.
Somos nosotros, que un día nos cansamos de tanta historia. De tanta riqueza mal repartida. Nos cansamos de ver dolor en los ojos de tantas caras del pueblo. Somos nosotros, que andamos metidos en mil cosas, pero también en esto somos de Cáritas.
Así, desde Cáritas de Castaño del Robledo se colabora en todos los proyectos sociales a los que puede hacerse frente (en Zalamea, Huelva, Almonaster…). Desde el Equipo de Fuenteheridos, nos planteamos alcanzar nuevos retos, como el Comedor Solidario. Desde Santa Olalla y Zufre nos esforzamos en ayudar a las personas inmigrantes a regular legalmente su situación.
En Aroche realizamos campañas de recogidas de alimentos junto con los niños y niñas del colegio y los/as jóvenes del instituto.
En Aracena se ha puesto en marcha un fondo de emergencia solidario, con el objetivo de conceder ayudas tales como apoyo en pagos de alquileres de la vivienda, de recibos de luz, gas, microcréditos, etc....
Tanto en Higuera de la Sierra como en Linares de la Sierra se han constituido recientemente equipos de Cáritas, que empiezan su andadura, haciéndose presente en los pueblos como expresión de la comunicación de bienes.
Y el trabajo más significativo del grupo de Cáritas de Cortegana es transmitir valores solidarios entre los distintos grupos de la parroquia y hermandades de la localidad, así como el trabajo conjunto con otras instituciones.
En Alájar, Almonaster, Arroyomolinos de León, Cala, Cumbres Mayores, Encinasola, Rosal de la Frontera y Los Marines se acompaña a la persona en su camino hacia la integración social, desde la escucha y la acogida sincera.
Cáritas funciona así. Sin querer, se nos conmueve el corazón hasta que nos duele tantísimo que nos obliga a hacer algo. Hacemos lo que podemos, lo mejor que sabemos, con lo poco que tenemos. No somos héroes, ni personas especialmente distinguidas. Somos vecinos, vecinas. Normalitos, con vidas ajetreadas. Con nuestras cosas.
Y que un día decidimos trabajar para traer el Reino de Dios a este mundo dolorido. Seguimos los pasos de Jesús como podemos. Como sabemos. Nos duele el Cuerpo de Cristo, que saldrá a la calle hoy, pero que también está en el cuerpo de todas las personas heridas de nuestra sociedad. 
Por eso un día, así, sin más, agarramos el lápiz de la vida con más fuerza. Y nos empeñamos, con nuestra mejor letra, en cambiar las reglas. Nos empeñamos, sencillamente, en escribir la historia.

CATEQUESIS DOMINICAL

EL SANTÍSIMO CUERPO Y SANGRE DE CRISTO. Ciclo C.
LA EUCARISTÍA, MISTERIO DE FE

Ideas principales de las lecturas de este domingo:
-          1ª Lectura: Génesis 14,18-20: La ofrenda del pan y del vino. Melquisedec, sacerdote pagano sin genealogía, bendice a Abrahán y realiza una ofrenda con frutos de la tierra para agradecer a Dios la victoria que ha otorgado al patriarca. La ofrenda del pan y del vino anticipa la verdadera ofrenda de Cristo. La Iglesia desde los primeros tiempos ha visto en Melquisedec la figura de Cristo, que ofrece el pan y el vino del sacrificio de su propia vida.
-          2ª Lectura: I Corintios 11,23-26: Haced esto en memoria mía. Pablo no relata la institución de la cena del Señor como un episodio más de la vida de Jesús, sino como un acontecimiento que une el pasado (la muerte del Señor) con el presente (el Señor vive) y con el futuro (el encuentro definitivo con el Señor). Pablo recuerda a la comunidad que la Eucaristía crea comunión y conecta con el acontecimiento pascual de Cristo.
-          Evangelio: Lucas 9,11b-17: El pan compartido por una multitud. La multiplicación de los panes es signo de la Eucaristía. Jesús al multiplicar los panes realizó los mismos gestos que luego hizo en la institución de la Eucaristía: tomó pan, levantó los ojos al cielo, pronunció la bendición, partió y dio a sus discípulos.

Queridos hermanos y hermanas en Cristo: Este domingo, al igual que otros muchos, nos hemos reunido para celebrar la Eucaristía y escuchar la Palabra de Dios. Pero hoy lo hacemos en un día sumamente especial, porque celebramos la festividad del “Corpus Christi”; precisamente la festividad: del Sacramento de la Eucaristía y de la presencia real del Señor en un poco de pan y de vino, tal como el Señor lo anunció y mandó que hiciéramos. Es el tesoro más grande que tenemos los cristianos, la herencia más sagrada. A su vez, es anticipo y promesa de la herencia definitiva.
Este domingo lo dedicamos a bendecir a Dios por esta su presencia real entre nosotros, hecho pan y vino en la Eucaristía. Para nosotros, los que a lo largo del año nos reunimos en el templo para alabar y bendecir al Señor en su día, el Corpus Christi no puede quedarse en pura celebración externa, en un mero recorrido por nuestras calles con bonitas canciones y alabanzas. Honrar el Cuerpo de Cristo significa algo más que alabarlo y adorarlo en el Santísimo Sacramento. Es: 
  • Comulgar con Él. Comulgarlo, hacernos carne de su carne. 
  • Acercarse al hermano. Hoy es el día del amor, porque el Corpus lo que hace presente es eso, el amor de Dios hacia nosotros.
  • Compartir “lo nuestro” con los demás, preferentemente, los pobres. El Cuerpo de Cristo se parte en todos los altares del mundo para saciar nuestra hambre de infinitud, de Dios, pero también para urgir nuestra entrega al otro. Hoy es el día de Cáritas, de dar y darnos. Jesús, cuando no podía hacer más por nosotros, se nos dio.
Mis queridos hermanos, la Eucaristía nos enseña, nos urge, nos compromete. Algo en nosotros tiene que cambiar. No se puede comulgar y quedar ileso. “Nadie puede ver a Dios y quedar con vida”. Algo de nosotros tiene que morir si nos acercamos tanto a Dios. Es inconcebible comulgar y seguir siendo egoísta, violento, insolidario, cobarde, comodón, corrupto, asesino o colaborar con el mal. La Eucaristía es experiencia pascual, anuncio de vida nueva. Comulgamos para morir nosotros y vivir la vida de Cristo resucitado.
¡Aviso! Esto no es sencillo, es más bien provocativo, signo de contradicción. Pero debemos intentarlo con la ayuda del Señor y la fuerza del Espíritu. Cada Eucaristía tiene que suponer una mayor común-unión con Cristo y con los hermanos, porque Cristo, se ha dicho, es “el primer enfermo de fraternidad”. La Eucaristía supone también una denuncia y confrontación con este mundo, en el que encuentras una realidad anti-eucarística, por las rupturas, las violencias, los rechazos y exclusiones. Cada Eucaristía debiera suponer un paso de la desunión a la comunión, de la ruptura al encuentro, de la exclusión a la inclusión.
Esto es lo que significa el milagro de la multiplicación de los panes del evangelio de hoy. La invitación de Jesús de “dadles vosotros de comer” sigue siendo actual y fundamental. Ahora más que nunca. Hay muchos hambrientos del pan material (personas que no tienen qué comer), pero también hay muchísimos hambrientos del pan espiritual y el pan de los valores éticos y morales (personas que buscan el sentido a su vida en lugares equivocados). A todos ellos nos dice Cristo hoy, en el día en que celebramos su Santísimo Cuerpo y Sangre, que saciemos su hambre. No hace falta inventar otra fórmula. Él mismo ya nos ha enseñado el cómo: partiendo nuestro pan, es decir, siendo generosos con los demás; y compartiendo también lo poco que tenemos, esto es, siendo solidarios con más necesitados. La hay Eucaristía dignamente celebrada si no se comparte tiempo, trabajo y dinero con el hermano. Así lo entendió la Iglesia primitiva y así debemos hacerlo también nosotros en todo momento. Amén.