sábado, 15 de junio de 2013

CATEQUESIS DOMINICAL

FESTIVIDAD DE SAN ANTONIO DE PADUA
13 de Junio de 2013

Queridos hermanos de la Junta de Gobierno.
Queridos hermanos todos de la Hermandad de San Antonio de Padua.
Distinguidas autoridades locales.
Hermanos y hermanas:
En uno de sus sermones, nuestro patrono cuya fiesta celebramos hoy con alegría, decía que "el que está lleno del Espíritu Santo habla diversas lenguas. Estas diversas lenguas son los diversos testimonios que da de Cristo, como por ejemplo la humildad, la pobreza, la paciencia y la obediencia, que son las palabras con que hablamos cuando los demás pueden verlas reflejadas en nuestra conducta. La palabra tiene más fuerza cuando va acompañada de las obras."
Este Espíritu Santo, el Espíritu del Señor, lo llevamos dentro de nosotros desde el día de nuestro bautismo, y en la recepcción del sacramento de la Confirmación nos llenamos plenamente de él; y cada vez que recibimos cualquier sacramento tambien el Espíritu Santo nos asiste.
Por tanto, hermanos y hermanas, tenemos la capacidad de hablar esas diversas lenguas. Nunca digamos que no podemos. Sí que podemos. Podemos empezar con la última que cita nuestro santo: la obediencia. La obediencia etimológicamente significa saber escuchar, prestar atención, poner el oído.
Hoy el Señor nos dice en el Evangelio: "Gracias, Señor de cielo y tierra, porque has escondido estas cosas a los sabiso y entendidos y se las has revelado a la gente sencilla..." Los sabios y entendidos son los que están seguros de sí mismos, los que no necesitan nada de nadie. Y las cosas que el Señor les esconde son precisamente la humildad (rmedio del orgullo), la pobreza (ayuda a no apegarse a lo material), la paciencia (que nos ayuda a soportarlo todo) y la obediencia (el saber escuchar).
Nuestro santo habló esas lenguas, por eso dice que la palabra tiene más fuerza cuando va acompañada de las obras. En el libro de la fiesta hemos puesto, como todos los años, alguna pincelada de su vida. Hemos recordado que San Antonio murió a los trinta y seis años. Sólo tuvo actividad apostólica durante los diez últimos años de su vida, pero siempre tuvo la disposición de entrega y servicio a Dios y a los demás. Esta disponibilidad alimentó, incluso, su deseo del "martirio", es decir, morir como el mismo Cristo por obediencia a Dios y por amor a los demás. Esta idea le llenaba de felicidad a nuestro santo.
Hoy su santa vida y sus virtudes nos siguen interpelando a nosotros. Nuestra feleicidad tiene que basarse en que nos ocupemos de las "cosas de Dios", de esta cosas que esconde a los sabios y entendidos. Que nos ocupemos de ellas en la Hermandad, en la Parroquia, en la famila, en el trabajo, en el bar..., donde sea  tenemos que hacer presente al Señor con nuestras palabras y nuestras obras.
Nuestro santo lo hizo en diez años, aparentemente poco tiempo, pero en realidad, suficiente; porque fueron diez años bien vividos y bien aprovechados para servir a Dios y a sus hermanos, los hombres. Hoy nos invita a hacer lo mismo. No perdamos nuestro tiempo en cosas que no alaban a Dios.
Hermanos y hermanas todos, os invito a celebrar estas fiestas recordando y rezando tambien por nuestros hermanos del pueblo, de la Hermandad, que otros años las celebraban con nosotros, hoy en especial, Antonio Marquez Largo. Que San Antonio interceda por nosotros. Así sea.

(Homilia de nuestro párroco, con motivo de la Festividad de San Antonio de Padua, Patron de Arroyomolinos de León, en la solemnes función del 13 de junio.)

No hay comentarios:

Publicar un comentario