VIERNES SANTO. Ciclo C.
EL MISTERIO SALVÍFICO DE LA CRUZ
Ideas
principales de las lecturas de este domingo:
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1ª Lectura: Isaías 52,13-53, 12: El siervo de Dios. La figura del
siervo, en su sentido colectivo se refiere a Israel; de una manera más
personalizada al profeta. Su pleno sentido y su cumplimiento lo encontramos en
Jesús. Él es el varón de dolores. Su muerte fue el camino de su exaltación y
causa de nuestra salvación.
-
2ª Lectura: Hebreos 4,14-16; 5,7-9: La obediencia
y la ofrenda de Jesús. Jesús, mediador entre el Padre y la humanidad,
intercede por nosotros. Él ha conocido nuestra debilidad y ha saboreado
nuestras lágrimas y dolores. Su obediencia y su ofrenda son causa de salvación.
Configurarse con Él es alcanzar misericordia y gracia.
-
Evangelio: Juan 18,1-19, 42: Narración de la Pasión de Jesús. Juan presenta a Jesús en su pasión
como el Siervo de Dios, humilde, paciente, misericordioso, que no abría la boca
sino para decir palabras de perdón y confianza.
Queridos hermanos y hermanas en Cristo: la pasión de Cristo es una historia intensa,
dramática, y es una historia viva, que no pasa. Es siempre actual. Es una
historia humana y divina, en la que se entrecruzan los sentimientos más
horrendos y las actitudes más llamativas. Es una historia que da paso a una
nueva historia. Es una historia de mucho sufrimiento, pero de mucho
sentimiento, y con un final feliz. En esta conmovedora historia de la pasión de
Jesús podemos resaltar varias historias que nos interpelan a cada uno de
nosotros.
Ante todo, la Pasión de Cristo es una HISTORIA DEL PECADO. Resume todo el pecado de
los hombres y mujeres. Podemos ir analizando las mezquindades de cada uno de
los personajes que protagonizan esta historia, y de los variados colectivos que
intervienen. Descubriremos cobardías, traiciones, injusticias, crueldades,
ambiciones, mentiras, codicias, cegueras, alienaciones. Pero no sólo serán los
pecados de ciertas personas o grupos o pueblos, sino el pecado de todo el
mundo, que está pesando sobre Cristo y que está crucificando a Cristo.
La Pasión es también una HISTORIA DE DOLOR. Es lo que más se manifiesta y más nos
conmueve. La cruz es un tormento inhumano, un resumen de sufrimientos
espantosos. Hasta dónde llega la crueldad de los verdugos y la destrucción de
las víctimas. Las circunstancias que rodean todo el proceso lo hacen más
doloroso. Y está Getsemaní o el sufrimiento del alma. Es también un abismo que
no llegamos a comprender. Y no pensamos sólo en los sufrimientos de Cristo,
sino en todo el sufrimiento del mundo, que él quiso asumir, desde la sangre del
justo Abel hasta la de la última víctima asesinada por el terrorismo, el
hambre, la guerra, la pena capital, el aborto, etc.
La Pasión de Cristo es también una HISTORIA DE ESPERANZA. Todo sufrimiento humano
queda redimido desde que Cristo lo asume. La cruz deja de ser un lugar maldito
desde que Cristo murió en ella. Ya todas las situaciones oscuras quedan
iluminadas, desde que Cristo pasó por ellas, y todas las des-gracias quedan
agraciadas y con-graciadas. Cristo no sólo consuela y da fuerza al que sufre,
sino que cambia el sentido del sufrimiento. En todos los misterios dolorosos
hay ya una semilla de esperanza.
Y, por último, la Pasión de Cristo es una HISTORIA DE AMOR. El evangelio
de ayer nos recordaba que “Cristo amó a los suyos hasta el extremo”, hasta dejarse
partir, hasta dejarse comer, hasta arriesgar su vida por ellos, hasta entregar
la vida por ellos, para que vivan, para que tengan vida en abundancia. El amor
es el secreto de toda la historia, el que ilumina las palabras, los silencios,
los hechos. Y será precisamente la fuerza de este amor la que consiga la
victoria sobre todas las fuerzas del mal desencadenadas en esta historia. El
amor aguanto todo y es más fuerte todo el pecado, y absorbe todo tipo de
sufrimiento. Amén.
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