viernes, 27 de diciembre de 2013

CATEQUESIS DOMINICAL

DOMINGO DE LA SAGRADA FAMILIA. Ciclo A
LA SAGRADA FAMILIA, FRUTO DE LA NAVIDAD

Idea principales de las lecturas de este domingo
·         1ª Lectura: Eclesiástico 3,2-6.12-14: Los rasgos fundamentales de la familia. Ben Sirá nos ofrece sus sabias reflexiones sobre la piedad o los deberes de los hijos para con sus padres. El que honra a su padre expía sus pecados: el que honra a su madre, el Señor lo escucha. Quien no observa los preceptos filiales será juzgado ante Dios.
·         2ª Lectura: Colosenses 3,12-21. El catálogo de virtudes que debe practicar la familia. Pablo exhorta a los cristianos a vivir siempre "en el Señor', y señala .las actitudes fundamentales que deben ejercer entre sí los miembros de una familia Estas virtudes son válidas también para hoy y para todas las familias.
·         Evangelio: Mateo 2,13-15.19-23. La familia de Nazaret emigra y regresa. La Sagrada Familia de Nazaret está plenamente encarnada en la tragedia humana. Emigra a Egipto para salvar la vida del recién nacido. La infancia de Jesús consiste en revivir la historia de Israel: huida a Egipto y retorno a la patria. La Familia de Nazaret vuelve y se establece en Nazaret.

Queridos hermanos y hermanas en Cristo: La liturgia del domingo que sigue a la fiesta de la Natividad del Señor, nos presenta, todos los años, a la Sagrada Familia de Nazaret como modelo de la familia cristiana. Pero la familia cristiana, al estar compuesta por hombres y mujeres débiles y frágiles, no está exenta de imperfecciones, por eso debe estar siempre en alerta a todo lo que tiende a debilitar sus fundamentos y valores. La familia cristiana debe hacer una lectura atenta y critica del entorno social en el que está insertada si quiere ser fiel a la enseñanza del Evangelio de Jesucristo.
Vivimos en un mundo tan variable y cuesta mucho entender la permanencia. Nuestro mundo está marcado por cambios profundos y acelerados. Debido a la ciencia y a la técnica el mundo gira y corre a más velocidad. Todo se queda viejo enseguida, como las modas.
Estos cambios afectan, naturalmente, a la familia (cristiana). Los padres que quieren poner "orden" en sus familias son unos desfasados; los mejores padres son aquellos que toleran todos caprichos a sus hijos. Estos cambios afectan asimismo a los amores. ¿Cuánto dura el amor? ¿Lo que dura la pasión? La educación en valores humanos y el amor adulto favorecen la maduración de la familia y de los miembros que la componen. Y cuando faltan, aparece la inmadurez, la superficialidad, el hedonismo, la infidelidad, la incomprensión, la violencia de género. ..que son hoy día las actitudes que ponen en crisis a la familia.
Queridos hermanos y hermanas, la fiesta de la Sagrada Familia nos da la ocasión propicia para mirar a nuestras familias a la luz de la palabra de Dios. Hemos de tomar como modelo a la familia de Jesús, José y María por estar bendecida por Dios. Desde entonces la estructura familiar es una realidad bendecida por Dios desde el principio y redimida por Cristo en la plenitud. Hay un nacimiento ilusionante, un desarrollo constante, un crecimiento humano y espiritual. Así sucede en todas las familias. Toda vida familiar, con sus luces y sombras, con sus éxitos y fracasos, con sus alegrías y dolores, con sus sorpresas y rutinas, está bendecida por Dios y santificadas por Cristo. Por eso de algún modo podemos decir que todas las familias son sagradas. Las nuestras también son sagradas si dejamos a Dios influir en ellas.
"El futuro de la humanidad pasa a través de la familia”, afirma Benedicto XVI. "Reconocer y ayudar a la familia es uno de los mayores servicios que se pueden prestar hoy al bien común y al verdadero desarrollo de los hombres y de las sociedades”. Sin familia "todo se desmorona". Llevemos hoya los hombres y mujeres de nuestro mundo la buena noticia de que la familia nos enseña a vivir en amor y solidaridad. Es hogar donde se educa y se hace crecer, se reflexiona y se dialoga, padres e hijos se respetan y se aman mutuamente. Amén

miércoles, 25 de diciembre de 2013

CATEQUESIS DOMINICAL

NATIVIDAD DEL SEÑOR 2013
HOY HA NACIDO EL SALVADOR. EL QUE ES LA PALABRA HABITA ENTRE NOSOTROS.

Ideas principales de las lecturas de hoy:
  • 1ª lectura: Isaías 9, 1-3.5-6: El anuncio del profeta. Isaías recuerda la situación del pueblo de Dios en el exilio y habla del nacimiento de un niño que será luz, alegría y liberación. El profeta completa su cántico libertador diciendo que el niño poseerá las virtudes de los héroes de Israel, la sabiduría de Salomón y será portador de paz y justicia.
  • 2ª Lectura: Hebreos 1, 1-6: Dios habla por su Hijo. El niño recién nacido en Belén no habla y, sin embargo, es la Palabra que nos habla. Comienza un tiempo nuevo. Jesús, en brazos de María, es el que sostiene el universo y el que nos habla desde su silencio.
  • Evangelio: Juan 1, 1-18: El que es la Palabra es luz y vida. Dios nos habla por su Hijo y nos revela su misterio eterno. Cristo, el que es la Palabra viva, nos habla hoy y nos comunica su vida divina. La Palabra es la luz que ilumina y la vida que transforma. El que se acerca a la Luz es iluminado y no permanece en las tinieblas. El que se acerca a la vida es transformado y no permanece en la muerte.
Queridos hermanos y hermanas en Cristo: Durante el Adviento hemos repetido constantemente en nuestras celebraciones: "Ven, Señor, Jesús", queriendo decir con ello que le deseamos y le necesitamos en nuestra vida.
Hoy se cumplen nuestros deseos. El Señor ha escuchado nuestras súplicas, y viene a nosotros, colmando hasta desbordar todas nuestras esperanzas. Dios nace hoy en el mundo, en la Iglesia, nace en la comunidad de los creyentes, nace en las familias, nace entre y en los pobres, nace en cada corazón. Dios nace aquí. Dios nace en ti y en mi.
Hoy los cristianos celebramos la fiesta de la Encarnación de Dios. La Encarnación quiere decir que Dios se hace hombre y habita entre nosotros. Esta es la gran verdad que celebramos en la fiesta de la Navidad, y esto la convierte en la fiesta del amor de Dios. Dios viene a nosotros porque ama y porque nos ama. "Tanto amó Dios al mundo que le envió a su Hijo Unigénito". Tanto amó, que se nos dio Dios, que nos dio lo más querido y lo mas valioso. Tanto amó, que se nos dio Él mismo.
Hermanas y hermanos: el nacimiento de Jesús, Hijo de Dios, es el principio de nuestra salvación. "Hoy os ha nacido un Salvador". Esta si es buena noticia. Ya todos nuestros males tienen solución. Ya nuestras oscuridades serán disipadas porque el Niño es Luz y Verdad. Ya nuestras cadenas (pecados) serán destruidas porque el Niño es la Libertad. Ya nuestras heridas serán curadas porque el Niño es nuestra Salud. Ya nuestras hambres serán saciadas porque el Niño es nuestro Pan. Ya nuestras guerras y nuestros odios serán extinguidos porque el Niño es nuestra Paz. Ya nuestras soledades serán acompañadas porque el Niño es Amistad-Amor. Ya nuestra muerte será vencida porque el Niño es la Vida. Se llama Jesús, que significa Dios Salva.
El niño que nos ha nacido no es un libertador cualquiera. Es el Ungido de Dios. Es portador del Espíritu divino que contagia la vida y libertad. Puede expulsar demonios, perdonar pecados, curar enfermos, consolar a los tristes y hasta resucitar muertos. El niño irradia una energía divina que enciende y transforma. Podrá renovarlo todo, hacer el mundo nuevo, establecer la justicia y el derecho, levantar hogueras de amor.
Es el Señor, el mismo Dios, que quiere manifestarse a nosotros en toda su fuerza y su belleza. Nos descubre su misterio, que son entrañas de amor. Y no viene sólo a revelarse, a hacernos una visita, sino a quedarse con nosotros y a ser como nosotros, por eso se llama también Emanuel. Ya Dios y el hombre se unen y se complementan.
La manera como viene ese Dios a nosotros llama la atención. Viene en forma de niño. Es una señal sencilla. Dios opta por lo pequeño, pero también por lo nuevo, por la esperanza. Viene envuelto en pañales y acostado en un pesebre, que simbolizan lo sencillo y lo pobre. Nace marginado, pidiendo un poco de ayuda. Vestido de tres piezas. Nos trae el mejor regalo, el vestido del amor, la humildad y la pobreza. Él mismo se hace Vestido para nosotros.
Para terminar, Navidad es el Sí de Dios al hombre, a mi mismo. Un sí que encierra estima, protección, colaboración y amor. Dios nos dice siempre sí. Hoy nos invita a que le digamos sí también y a los hermanos en todo momento. Amén.

CATEQUESIS DOMINICAL

DARÁ A LUZ UN HIJO

Ideas principales de las lecturas de este domingo:
- 1ª Lectura: Isaías 7,10-14: La dinastía divídica está en peligro y el rey Acaz, en vez de implorar la ayuda de Dios, establece alianzas con los pueblos vecinos. EL profeta, en nombre de Dios, preanuncia un oráculo: una virgen concebirá. Con este anuncio, el profeta manifiesta que Dios está con su pueblo Israel.
- 2ª Lectura: Romanos 1,1-7. Pablo al inicio de su carta a los romanos sintetiza la teología cristiana y habla del misterio de Cristo. Todos, amados de Dios, entramos en el proyecto del Padre, que nos llama en Cristo a ser santos y a cumplir la misión de evangelizadores.
- Evangelio: Mateo 1,18-24. José, descendiente de David, incorpora legalmente a Jesús en la familia de David, según la promesa de Natán. El hombre debe colaborar al plan salvífico de Dios. José colabora aceptando el misterio y la voluntad de Dios.

Queridos hermanos y hermanas en Cristo: Navidad está cerca y la liturgia de hoy nos invita a la contemplación. Contemplar no significa evadirse de la lógica del acontecimiento, sino asimilar profundamente su significado. José y María asimilan el significado del misterio, anunciado ya por el profeta.
Hoy es el “domingo del anuncio de dos nacimientos”. El profeta anuncia que una virgen está en cinta y el ángel abre el corazón de José. Todas las grandes historias bíblicas comienzan con la descripción del nacimiento del personaje, que preanuncia su misión.
Es también el domingo de la esperanza. La esperanza es una fuerza fundamental. Nada se hace en el mundo sin esperanza. Necesitamos la esperanza, como del oxígeno para respirar. La persona que se levanta por la mañana y no tiene nada que esperar durante el día, es una persona que está en grave peligro.
¿Qué nos ofrece la esperanza? La vida de las personas es un amasijo de esperanzas que se marchitan con el viento de la desilusión cuando les falta la raíz de la Esperanza teologal. La Esperanza teologal es el hilo, que baja de lo alto a nuestra vida y sostiene toda la trama de nuestras esperanzas. La esperanza renueva en nosotros los motivos y los contenidos que nos mueven a caminar continuamente hacia la meta divina. María es la mujer de la Esperanza y nos enseña a cultivar y defender la única Esperanza que da vida. AMÉN.

domingo, 15 de diciembre de 2013

CATEQUESIS DOMINICAL

III DOMINGO DEL ADVIENTO. Ciclo A
ALEGRAOS, LA LIBERACIÓN ESTÁ CERCA
Ideas principales de las lecturas de este domingo:
  • 1ª Lectura: Isaías 35,1-6ª.10: ¿Isaías conoce el desánimo de su pueblo exiliado. No es un visionario eufórico; ha puesto su esperanza y confianza en el Dios de las promesas. El profeta escruta el horizonte de la historia según la mirada de Dios y descubre un nuevo amanecer para su pueblo y ve reverdecer el desierto. Experimenta la fuerza salvadora de Dios y describe la liberación y el regreso a Jerusalén con imágines alegres de la naturaleza y con signos divinos.
  • 2ª Lectura: Santiago 5,7-10. Santiago recurre a un ejemplo de la vida ordinaria para apoyar su exhortación. Invita a la paciencia del labrador, que espera el fruto de su trabajo. El labrador cuida la tierra con su trabajo, mira el cielo y espera la lluvia. Después de meses recoge el fruto. El apóstol exhorta a tener paciencia y a mantenerse firmes en la espera del Señor.
  • Evangelio: Mateo 11,2-11. Nuestra vida está rodeada de signos, y la mayoría de las veces desconocemos su significado. El Bautista está encarcelado y envía a dos de sus discípulos a preguntar a Jesús si él es el Mesías o deben esperar a otro. Jesús responde con el lenguaje simbólico de los signos, que dan respuesta a la pregunta.
Queridos hermanos y hermanas en Cristo: El tercero Domingo del Adviento se le conoce tradicionalmente como “domingo de la alegría”. Esta alegría se fundamente en el inminente nacimiento de Jesús, nuestro salvador. Su nacimiento nos trae mucha alegría y gozo. La palabra de Dios de hoy nos presenta esa alegría en un lenguaje cargado de signos de liberación como el florecimiento del desierto, la estepa y el páramo; la curación de los ciegos, los sordos, los inválidos y los leprosos; la liberación de los esclavos; la vuelta a casa de los exiliados; y la resurrección de los muertos.
¿Quién no se alegra ver florecer el desierto? ¿Quién no se alegra de verse libre de la esclavitud? ¿Quién no se alegra de poder volver a casa después de un largo tiempo de ausencia? ¿Quién no se alegra de tener un cuerpo sano? ¿Quién no se alegra de volver a recobrar la vida? La felicidad es una de las grandes aspiraciones del ser humano. Deseamos y esperamos ser felices cada día de nuestra vida. Y no faltan momentos en nuestra vida en que, a fuerza de ir detrás de nuestra felicidad, acabamos angustiados por nuestra impaciencia. Esto nos pasa porque no somos los artífices de nuestra felicidad, sino Dios.
Hoy el apóstol Santiago, en la segunda lectura, nos exhorta a tener paciencia y a mantenernos firmes en la espera del Señor, porque él es nuestra felicidad. Es el que nos da la felicidad. Pero hace falta ver y sentir esa felicidad también en los signos del Reino que nos trae Jesús. Ese Reino de Dios ya está aquí y ahora entre nosotros. Tenemos que abrir los ojos de la fe para ver y percibir los signos y las presencias del Reino, del Mesías, de Jesús en la Iglesia de Dios y en nuestros ambientes. Estos signos y presencias aparecen hoy día en señales de servicio, de solidaridad, de obras de misericordia…
  • Hay comunidades que lo ponen todo en común y son felices porque se aman como hermanos. Gente que vive ya aquí la hermandad y, si uno se pone enfermo, todos están pendientes de él.
  • Tenemos una comunidad parroquial solidaria con los que sufren en nuestra sociedad (en estos momentos de la crisis económica), y en otras sociedades a las que ayudamos en momentos puntuales.
  • Hemos visto a gente de todas clases que hacen de su trabajo y de su vida un servicio y una entrega a los demás y son felices. Todos ellos han recibido y reciben un soplo del Espíritu y aprendieron y aprenden a vivir la vida nueva del amor.
Ejemplo de ello es Santa Ángela de la Cruz, cuya imagen bendecimos y acogemos hoy en la Parroquia de Cala. Ella recibió ese soplo del Espíritu y aprendió a vivir esa vida nueva del amor. Sus deseos de vivir sólo para Dios y para el servicio, en una consagración total de su persona en la vida religiosa, aumentaban todos los días de su vida. A pesar de su fracaso de no poder ser monja en el convento por su delicada salud, se dijo a sí misma: “seré monja en el mundo” e hizo los votos religiosos. Ella se propuso, no vivir siguiendo a Jesús con la cruz de su vida, sino vivir permanentemente clavada en ella junto a Jesús. De ahora en adelante se llamará Ángela de la Cruz, dejando el nombre de María de los Ángeles Guerrero González que le dieron sus padres al nacer en el 30 de enero de 1846 en Sevilla.
Ángela comienza a afirmarse en una idea que le ha venido con fuerza: “hay que hacerse pobre con los pobres”. Los pobres, para nuestra santa, eran todos los que padecían en el cuerpo y en el espíritu. Sintió una llamada especial por Dios para llevarles la liberación y la salvación con el ejemplo de su vida, preferentemente, la práctica del desprendimiento de las cosas terrenas, la humildad, la oración, el silencio y la limpieza del corazón. Su vida ejemplar y su caridad perduran hoy en la Iglesia de Cristo. AMÉN.

domingo, 8 de diciembre de 2013

CATEQUESIS DOMINICAL

LA INMACULADA CONCEPCION DE SANTA MARIA VIRGEN.
 
Ideas principales de las lecturas de esta solemnidad:
  • 1ª Lectura: Génesis 3,9-15.20. Promesa de redención. Los Padres de la Iglesia han establecido una clara relación simbólica entre Eva y María. La primera era la madre de la vieja humanidad surgida de la creación, perfecta en un principio y corrompida luego por el pecado; la segunda, María, es la madre de la nueva humanidad, renacida y recreada por la obra salvadora de Jesucristo, y es la madre sin pecado alguno.
  • 2ª Lectura: Romanos 15, 4-9. La comunidad cristiana sabe acoger. La coexistencia entre cristianos de origen judío y de origen pagano no siempre fue fácil en la comunidad primitiva. Pablo establece el principio fundamental de la mutua relación, y lo fundamenta en Cristo. Subraya la importancia de la Escritura en la vida cristiana e invita a la concordia. El cristiano está llamado a eliminar las barreras y las relaciones entre unos y otros. Los que se acogen mutuamente alaban al Señor hasta que él vuelva.
  • Evangelio: Lucas, 1, 26-38. María, la mujer llena de gracia. La casa de Nazaret encierra misterio y silencio contemplativo. María es la mujer llena de gracia. En ella no hubo ni mancha ni sombra alguna. El Espíritu Santo la llenó de su gracia desde el principio. La grandeza de María radica en su "si" generoso al Señor. María acoge y escucha, responde y acepta la voluntad divina. Ella se reconoce como esclava del Señor y se pone en mano de su Señor.
Queridos hermanos y hermanas en Cristo: Celebramos hoy la solemnidad de la Inmaculada Concepción. Es un día de intenso gozo espiritual, en el que contemplamos a la Virgen María, la más humilde y a la vez la más alta de todas las criaturas. En ella resplandece la eterna bondad del Creador que, en su plan de salvación, la escogió de antemano para ser la madre de su Hijo unigénito y, en previsión de la muerte de él, la preservó de toda clase de pecado.
Así, en la Madre de Cristo y Madre nuestra se realizó perfectamente la vocación de todo ser humano, sobre todo, de nosotros los bautizados. Como recuerda el apóstol, todos los hombres están llamados a ser santos e inmaculados ante Dios por el amor, Decir esto significa, por otro lado, que no somos inmaculados, es decir, tenemos la raíz del mal, la inclinación como una penosa herencia. Pero estamos llamados y elegidos en la persona de Cristo para ser santos e irreprochables ante Él por el amor. Estamos llamados a imitar a María, a imitar, no otra cosa, sino su valores humanos y espirituales. Ella fue la mujer sencilla que vivió a la sombra de la palabra, la mujer que esperó sin cansarse de esperar, la niña que supo decir si grande a Dios que cambió la historia de la humanidad.
Así que, queridos hermanos y hermanas, al mirar a la Virgen, se aviva en nosotros, sus hijos, la aspiración a la belleza, a la bondad y a la pureza del corazón. Su candor celestial nos atrae hacia Dios, ayudándonos a superar la tentación de una vida (espiritual) mediocre, hecha de componendas con el mal, para orientarnos con determinación hacia el auténtico bien, que es fuente de alegría.
Para coronar esta jornada, dedicada totalmente a la Virgen santísima, os invito a que nos unamos espiritualmente a todos los pueblos, ciudades y naciones que celebran la solemnidad de la Inmaculada Concepción como su fiesta patronal. Os pido que recéis hoy, de manera especial, por mi país: Guinea Ecuatorial, que celebra su fiesta patronal. Amen.

domingo, 1 de diciembre de 2013

CATEQUESIS DOMINICAL

I DOMINGO DEL ADVIENTO. Ciclo A
LAS ARMAS EN ESPERA DE LA SALVACIÓN
 
Ideas principales de las lecturas de este domingo:
  • 1ª Lectura: Isaías 2,1-5: Isaías en un momento de crisis político-religiosa revela la actuación de Dios en la historia de Israel. Contempla también a Jerusalén como la ciudad de la verdadera sabiduría, de la justicia y de la paz. Allí las armas de guerra se convierten en instrumentos de paz. El profeta no espera la salvación proveniente de los hombres, sino únicamente de Dios. Los hambrientos de paz están llamados a ser constructores de la nueva Jerusalén. Invita al pueblo a caminar a la luz del Señor.
  • 2ª Lectura: Romanos 13,11-14. Pablo recuerda a los romanos el día en que comenzaron a creer. Les exhorta a vivir el momento presente en el que Dios salva y les amonesta a comportarse con dignidad según las obras de la luz.
  • Evangelio: Mateo 24,37-44. Llegará el tiempo en que el Hijo del hombre vendrá a juzgar al mundo y llevará a su plena realización la historia humana. Su venida es cierta, pero incierto el día. El Señor llegará de improviso, de sorpresa. Jesús recomienda a sus oyentes a estar preparados y vigilantes para que cuando llegue el Señor los encuentre vigilando.
 
Queridos hermanos y hermanas: Iniciemos un año litúrgico nuevo. ¿Qué nos espera en este año? Es una pregunta sin respuesta sensata. Hay muchas respuestas según los deseos del corazón y según las ideas de una fantasía soñadora. El Señor solo nos dice que permanezcamos vigilantes, pues el Señor vendrá y no se sabe ni el día ni la hora.
 
Quiere que permanezcamos en vela constantemente y tengamos en nuestras manos las armas de la paz y de la luz para que nos encuentre preparados. La salvación está cerca; está en medio de nosotros y a veces estamos ciegos y no la vemos ni la experimentamos.
 
Sólo el que vigila ve la salvación y sólo el que le abre la puerta de su corazón ve la luz. El tiempo pasa y pasa también el hombre. Alguien ha dicho que el hombre no es más que “un proyecto o diseño, creado sobre las olas del mar en la playa y la ola sucesiva los hace desaparecer”.
 
Ante la experiencia de que todo pasa, el Señor nos invita al inicio del año litúrgico hacer el bien para que los instrumentos de guerra se conviertan en armas de paz, y las tinieblas en luz.
 
Adviento es espera y vigilancia; es cambiar las armas de la guerra por las de la paz. ¿Qué nos pasará en este año? Velemos para que nos encuentre siempre con las lámparas encendidas en las manos. Amén.

martes, 26 de noviembre de 2013

ACTIVIDADES PARROQUIALES



Puedes ingresar tu donativo en la cuenta
2100 – 7434 – 37 – 2200241033
Caritas Diocesana de Huelva
o
entregarlo directamente en tu Caritas Parroquial.

ACTIVIDADES ARCIPRESTALES

ORACION DE ADVIENTO PARA JOVENES
 

CATEQUESIS DOMINICAL

XXXIV DEL TIEMPO ORDINARIO. Ciclo C
SOLEMNIDAD DE CRISTO, REY DEL UNIVERSO
EL COMPROMISO DE LA FE

Ideas principales de las lecturas de este domingo:
  • 1ª Lectura: II Samuel 5, 1-3: Cristo es el Ungido. Es lo que significa Cristo. Los judíos, tal como nos cuenta nuestra primera lectura de hoy –del Libro Segundo de Samuel-, ungían a sus Reyes en nombre del Señor. David es ungido como rey de Israel ante todo el pueblo y es un antecedente de la realeza de Jesús, el Cristo. 
  • 2ª Lectura: Colosenses 1, 12-20: Cristo, centro de nuestra fe. Mientras el cristiano sea cristiano y viva en este mundo, tendrá o tendremos que aprender  a acercarnos con entusiasmo siempre nuevo a las verdades más fundamentales de nuestra fe, a formarnos un criterio sobre las cosas del mundo y, sobre todo, a no dejarnos confundir por un relativismo que, entre otras cosas, amenaza con descafeinar hasta lo más sagrado.
  • Evangelio: Lucas 23, 35-43: Cristo, la Puerta del Paraíso. El fragmento del evangelio de Lucas en que se narra la crucifixión del Señor está lleno de símbolos de realeza. Es como si nos quisiera decir que la Cruz es el auténtico trono de Cristo Rey. El rótulo que puso Pilato habla del Rey de los judíos. Y el buen ladrón invoca la misericordia de Jesús para llegar ese mismo día al Reino.
Queridos hermanos y hermanas en Cristo:
Tres acontecimientos celebramos este domingo: la festividad de Cristo Rey, la Clausura del Año de la Fe y el Día del Apostolado Seglar.
La Palabra de Dios proclamada pone el acento en Cristo Rey. Él es el Señor de la historia, el principio y el fin, por Él se han creado todas las cosas, y en Él alcanzarán su plenitud la humanidad y el universo.
Ahora bien, el misterio de Cristo -desde su encarnación a su triunfo glorioso como Rey- sólo es conocido y aceptado por la fe. Por la fe no sólo confesamos que Cristo es el Mesías y Señor, sino que además participamos de su reino, que es "reino de la verdad y de la vida, de la santidad y la gracia, de la justicia, el amor y la paz". Por la fe nos adentramos en el misterio de Dios.
Al celebrar hoy esta Eucaristía, damos gracias Dios por todos los beneficios recibidos en el Año de la Fe, que clausuramos. Pero, esta "clausura" no es "cierre", sino apertura a vivir con alegría el compromiso de la fe y asumir con entusiasmo el compromiso de anunciarla apostólicamente.
Este compromiso de la fe es la tarea propia de los seglares cuya misión es transformar el mundo a la luz del Evangelio. El apostolado de los seglares es fundamental en la Iglesia. De su labor evangelizadora depende que el reino de Jesús se vaya implantando en la sociedad, transformándola en un espacio de libertad y de paz en el que Cristo sea la piedra angular.
En esta Eucaristía, confesamos que Cristo es el único Señor y Mesías; renovamos, personal y comunitariamente, la fe recibida en el bautismo; y somos interpelados a vivirla como compromiso apostólico. Amén.

domingo, 17 de noviembre de 2013

CATEQUESIS DOMINICAL

XXXIII DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO. Ciclo C
EL FIN DE LOS TIEMPOS ESTA PRESENTE EN NOSOTROS.

Ideas principales de las lecturas de este domingo:
- 1ª Lectura: Malaquías 3,19-20a: El profeta anuncia los últimos acontecimientos de la historia. Malaquías describe la intervención última de Dios con imágenes llenas de fuerza y de misterio. Al final de los tiempos se quemará la injusticia como paja, y el sol de justicia iluminará una nueva creación.
- 2ª Lectura: II Tesalonicenses 3,7-12: Algunos fieles de Tesalónica están ociosos porque piensan que la venida del Señor es inminente. Pablo critica su postura y les invita a trabajar para preparar la venida del Señor, como lo hace él.
- Evangelio: Lucas 21,5-19: Jesús pone en guardia a sus discípulos contra el engaño de los falsos mesías y profetas que ponen en peligro la perseverancia. Quien persevere hasta el final se salvará.

Queridos hermanos y hermanas en Cristo: Los últimos domingos del año litúrgico reflexionan sobre el futuro. Hablar hoy del final de la historia y del mundo parece anacrónico. Vivimos instalados en el presente, en el quehacer cotidiano, con sus prisas y exigencias, y con sus cansancios e ilusiones; no se piensa en el final del camino. No faltan, sin embargo, voces de agoreros que gritan y predicen catástrofes y anuncian cada poco tiempo el fin del mundo.
La liturgia de hoy anuncia la venida del Señor al final de los tiempos. ¿Cuándo será? El fin está presente entre nosotros y a la vez es futuro. El fin ha comenzado ya, el futuro está en el presente. Jesucristo nos ha enseñado a esperar el futuro viviendo el presente con fe y esperanza. No es suficiente creer un día o dos o confiar en Dios un mes o dos. La carreta de la fe es carrera de fondo; hace falta perseverar hasta la victoria final. Una fe débil o vacilante no superará las pruebas del camino.
La segunda venida de Jesucristo es una promesa de felicidad. Cristo nos ha prevenido para preparar el lugar. El Reino de Dios se inaugurará de una forma definitiva cuando pasen esta tierra y este cielo para dar lugar a una tierra nueva y a unos cielos nuevos en donde el día no tendrá fin. AMÉN.

miércoles, 13 de noviembre de 2013

ACTIVIDADES ARCIPRESTALES

NUEVA PAGINA WEB DE LA PASTORAL JUVENIL DE LOS ARCIPRESTAZGOS DE LA SIERRA DE HUELVA.

Dentro de las actividades de pastoral de nuestros Arciprestazgos, se ha puesto en funcionamiento una página web sobre la Pastoral Juvenil, la dirección es:


http://movimientotalitacum.org

También se pude acceder desde nuestra sección "paginas recomendadas".

domingo, 3 de noviembre de 2013

CATEQUESIS DOMINICAL

XXXI DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO. CICLO C.
DIOS, AMIGO DE LA VIDA

Ideas principales de la lecturas de este domingo:
- 1ª Lectura: Sabiduría 11,22-12,2: En la lectura, el autor del libro de la Sabiduría reflexiona sobre unos hechos pasados de su pueblo y descubre en ellos la mano divina. Dios ama a todas las cosas porque él mismo las ha creado por amor. Dios ama la vida; ama su obra creadora porque en ella reside su propio espíritu. Si Dios retira su amor, su espíritu, todo lo creado sucumbirá.
- 2ª Lectura: II Tesalonicenses 1,11-2,2: En los dos últimos domingos del año litúrgico se lee la segunda carta dirigida a los cristianos de Tesalónica. Tiene como tema central la venida del Señor y el encuentro definitivo con él. Pablo insiste en la fe y advierte a los cristianos de que deben esperar el retorno inmediato de Cristo. Les dice que el Señor vendrá y lo que importa no es saber el día y la hora, sino llevar una vida agradable a Dios.
- Evangelio: Lucas 19,1-10: Jesús rompe con muchas costumbres religiosas y sociales de su tiempo. En este caso, entra en casa de Zaqueo. Fue un gesto provocativo que suscitó la crítica. El que experimenta el amor del Señor, como Zaqueo, rehace su vida y se convierte.

Queridos hermanos y hermanas en Cristo: El Evangelio de hoy nos muestra el ejemplo de un hombre que se reconoce injusto y pecador, pero que tiene el coraje de acercarse a Jesús (haciendo el ridículo ante los de su pueblo) para corregir sus errores.
En medio de nuestros problemas (personales, ambientales, sociales, familiares) debemos facilitar el encuentro con Jesús. Es su presencia la que ofrecerá luz a nuestras preocupaciones y perdón a nuestros pecados.
Porque Jesús se hospeda y se queda en los corazones y en las familias en las que hay amor, fraternidad, paz; aunque haya también problemas, como los que tenía Zaqueo.
Zaqueo no era feliz a pesar de ser rico y tener influencias y poder. Solamente cuando se encontró con el Señor saboreó la felicidad y la paz que el dinero no le proporcionaba.
Y es que el Señor llena de sosiego y paz a quien abre las puertas de su vida y a quien le acoge en su casa de verdad, como lo hizo Zaqueo. Por Jesús ha venido a salvar lo que estaba perdido y dar paz a quienes carecen de ella.
¿Qué mueve a Jesús actuar así? La respuesta es clara: el AMOR de DIOS. Jesús vino en mostrarnos el rostro entrañable de su Padre y nuestro Padre Dios. Dios ama a todos los seres creados por él.
A pesar de la situación desastrosa de Zaqueo moralmente hablando, Dios se sirvió de sus bajezas para mostrar su poder que se manifiesta en el perdón. Cristo hizo crecer a Zaqueo, le rescató, le redimió, le devolvió para que devolviera. El que busca en la debilidad encuentra respuestas a los interrogantes. Jesús entró en casa de Zaqueo y el Evangelio llegó a su corazón, y cambió de vida. Su vida se hizo más desprendida y más generosa. Restituyó y ayudó a los necesitados.
Jesús visita hoy a los que se consideran pequeños de estatura para hacerlos crecer en generosidad. AMEN.

CATEQUESIS DOMINICAL

CONMEMORACION DE LOS FIELES DIFUNTOS
2 de Noviembre de 2013

Queridos hermanos y hermanas en Cristo:
La conmemoración de los fieles difuntos, a la que se dedica el día 2 de noviembre, nos ayuda a recordar a nuestros seres queridos que nos han dejado, y a todas las almas que están en camino hacia la plenitud de la vida, precisamente en el horizonte de la Iglesia celestial, a la que la que la solemnidad de hoy nos ha elevado. Ya desde los primeros tiempos de la fe cristiana, la iglesia terrena, reconociendo la comunión de todo el Cuerpo místico de Jesucristo, ha cultivado con gran piedad la memoria de los difuntos y ha ofrecido sufragio por ello.
Nuestra oración por los muertos es, por tanto, no sólo útil, sino también necesaria, porque no sólo les puede ayudar, sino que al mismo tiempo hace eficaz su intercesión a favor nuestro. También la visita a los cementerios, a la vez que conserva los vínculos de afecto con quienes nos han amado en esta vida, nos recuerda que todos tendemos hacia otra vida, más allá de la muerte.
Por eso, el llanto debido a la separación terrena no ha de prevalecer sobre la certeza de la resurrección, sobre la esperanza de llegar a la bienaventuranza de la eternidad, "momento pleno de satisfacción, en el cual totalidad nos abraza y nosotros abrazamos la totalidad" (Spe salvi, 12). En efecto, el objeto de nuestra esperanza consiste en gozar en la presencia de Dios en la eternidad. Lo prometió Jesús a sus discípulos, diciendo: "volveré a veros, y se alegrará vuestro corazón, y nadie os quedará vuestra alegría" (Jn 16, 22).
A la Virgen María, Reina de todos los santos, encomendamos nuestra peregrinación hacia la patria celestial, mientras invocamos para nuestras hermanas y hermanos difuntos su maternal intercesión. Amen.

viernes, 1 de noviembre de 2013

CATEQUESIS DOMINICAL

SOLEMNIDAD DE TODOS LOS SANTOS
1 de Noviembre de 2013

Ideas principales de la lecturas de hoy:
  • 1ª Lectura: Apocalípsis 7,2-4.9-14. Una muchedumbre inmensa, que nadie podría contar, de toda nación, raza, pueblo y lengua. Los santos y santas anónimos son esos que nos han precedido en la tierra llevando una “vida corriente”, que nos estimulan con su ejemplo y que ahora interceden ante Dios por nosotros.
  • 2ª Lectura: I Juan 3,1-3. Veremos a Dios tal cual es. San Juan en su primera carta resume muy bien en qué consiste la esperanza cristiana: todos los bautizados somos ya, aquí y ahora, hijos de Dios, pero todavía con limitaciones, tenemos la esperanza de llegar a serlo un día en plenitud.
  • Evangelio:  Mateo 5,1-12a. Estad alegres y contentos, porque vuestra recompensa será grande en el cielo. Son santos quienes recorren el itinerario universal de santidad que señalan las bienaventuranzas.  Los santos hicieron realidad en su vida el programa del reino de Dios que las bienaventuranzas contienen para todos.   

Queridos hermanos y hermanas en Cristo: 
La solemnidad de Todos los Santos es ocasión propicia para elevar la mirada de las realidades terrenas, marcadas por el tiempo, a la dimensión de Dios, la dimensión de la eternidad y de la santidad. 
La liturgia nos recuerda hoy que la santidad es la vocación de todo bautizado. En efecto, Cristo, que con el Padre y con el Espíritu es el único Santo, amó a la Iglesia como a su esposa y se entregó por ella con el fin de santificarla. Por esta razón, todos los miembros del pueblo de Dios estamos llamados a ser santos, según la afirmación del apóstol san Pablo: "Esta es la voluntad de Dios: vuestra santificación". Así pues, se nos invita a mirar a la Iglesia no solo en su aspecto temporal y humano, marcado por la fragilidad, sino como Cristo la ha querido, es decir, como "comunión de los santos". 
En el credo profesamos la Iglesia "santa", santa en cuanto que es el Cuerpo de Cristo, es instrumento de participación en los santos Misterios -en primer lugar, la Eucaristía- y familia de todos los santos, a cuya protección se nos encomienda en el día del Bautismo.
Hoy veneramos precisamente a esta innumerable comunidad de Todos de los Santos, los cuales, a través de sus diferentes itinerarios de vida, nos indican diversos caminos de santidad, unidos por un único denominador común: seguir a Cristo y configurarse con él, fin último de nuestra historia humana. De hecho, todos los estados de vida pueden llegar a ser, con la acción de la gracia y con el esfuerzo y la perseverancia de cada uno, caminos de santificación. Amén.

viernes, 25 de octubre de 2013

CATEQUESIS DOMINICAL

XXX DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO. CICLO C
LA POSTURA JUSTA
 
Ideas principales de las lecturas de este Domingo:
  • 1ª Lectura: Eclesiástico 35,15b-17. 20-22a: Dios escucha a todos. El Señor es un Dios justo, quien se dirige a él es escuchado, sin importar de quién se trata. Es escuchado con justicia.
  • 2ª Lectura: II Timoteo 4,6-8. 16-18: El Señor recompensará a los que le aman. Pablo sabe que su final terreno está cerca y medita sobre su vida. Sabe que el Señor es justo y que le recompensará, lo mismo que hará con quienes amen a Dios. Y pide perdón por quien le causó injuria.
  • Evangelio: Lucas 18,9-14: La humildad de corazón agrada al Señor. Dios escucha y Dios es justo como se dice en la primera lectura, pero Jesucristo añade otro elemento, el interior de cada uno de nosotros: la humildad con la que ante Dios nos debemos presentar.
Queridos hermanos y hermanas en Cristo:
Según Lucas, Jesús dirige la parábola del fariseo y el publicano a algunos que presumen de ser justos ante Dios y desprecian a los demás. Los dos protagonistas que suben al templo a orar representan dos actitudes religiosas contrapuestas e irreconciliables. Pero, ¿cuál es la postura justa y acertada ante Dios? Ésta es la pregunta de fondo.
El fariseo es un observante escrupuloso de la ley y un practicante fiel de su religión. Se siente seguro en el templo. Ora de pie y con la cabeza erguida. Su oración es la más hermosa: una plegaria de alabanza y acción de gracias a Dios. Pero no le da gracias por su grandeza, su bondad o misericordia, sino por lo bueno y grande que es él mismo.
En seguida se observa algo falso en esta oración. Más que orar, este hombre se contempla a sí mismo. Se cuenta su propia historia llena de méritos. Necesita sentirse en regla ante Dios y exhibirse como superior a los demás.
Este hombre no sabe lo que es orar. No reconoce la grandeza misteriosa de Dios ni confiesa su propia pequeñez. Buscar a Dios para enumerar ante él nuestras buenas obras y despreciar a los demás es de imbéciles. Tras su aparente piedad se esconde una oración "atea". Este hombre no necesita a Dios. No le pide nada. Se basta a sí mismo.
La oración del publicano es muy diferente. Sabe que su presencia en el templo es mal vista por todos. Su oficio de recaudador es odiado y despreciado. No se excusa. Reconoce que es pecador. Sus golpes de pecho y las pocas palabras que susurra lo dicen todo: «¡Oh Dios!, ten compasión de este pecador».
Este hombre sabe que no puede vanagloriarse. No tiene nada que ofrecer a Dios, pero sí mucho que recibir de él: su perdón y su misericordia. En su oración hay autenticidad. Este hombre es pecador, pero está en el camino de la verdad.
El fariseo no se ha encontrado con Dios. Este recaudador, por el contrario, encuentra en seguida la postura correcta ante él: la actitud del que no tiene nada y lo necesita todo. No se detiene siquiera a confesar con detalle sus culpas. Se reconoce pecador. De esa conciencia brota su oración: «Ten compasión de este pecador».
Los dos suben al templo a orar, pero cada uno lleva en su corazón su imagen de Dios y su modo de relacionarse con él. El fariseo sigue enredado en una religión legalista: para él lo importante es estar en regla con Dios y ser más observante que nadie. El recaudador, por el contrario, se abre al Dios del Amor que predica Jesús: ha aprendido a vivir del perdón, sin vanagloriarse de nada y sin condenar a nadie.

viernes, 18 de octubre de 2013

CATEQUESIS DOMINICAL

XXIX DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO. CICLO C.
LA IMPORTANCIA DE LA ORACIÓN.

Ideas principales de las lecturas de este domingo:
- 1ª Lectura: Éxodo 17,8-13: El valor de la oración. La oración no sustituye a la acción, pero la acción precisa de la oración para llegar a buen fin. Para vencer el mal y conseguir la victoria es necesaria elevar las manos orantes a Dios.
- 2ª Lectura: II Timoteo 3,14-4.2: Insistencia en la oración y la enseñanza de la Palabra. Pablo recomienda a Timoteo y a todos los cristianos tres actitudes fundamentales para mantener la fe: fidelidad a la “tradición”, conocimiento de la palabra de Dios y anunciar el mensaje a tiempo y a destiempo.
- Evangelio: Lucas 18,1-8: Orar en toda hora y en toda ocasión. ¿Cambia la oración el rumbo de la vida? La parábola de la pobre viuda y el juez inicuo estimula a ser constantes en la oración y firmes en la confianza.

Queridos hermanos y hermanas en Cristo:
En el mundo de hoy muchos se preguntan: ¿para qué sirve orar?
Por un lado, nuestra sociedad secularizada vive sin Dios, por el otro parece que Dios permanece mudo, desinteresado de nuestras súplicas. La oración entra dentro de la categoría de los medios o instrumentos para logar unos objetivos determinados. Los que importa es la acción, el trabajo, el compromiso, la programación. Orar, cuando tenemos tanto que hacer, nos parece “perder el tiempo”. La oración pertenece al mundo de lo inútil. Así piensan los hombres y mujeres increyentes o con poca fe…
La primera lectura y el Evangelio de este domingo vigésimo noveno del Tiempo Ordinario hablan de la oración de intercesión y de su eficacia. Moisés ora y logra que ganen los israelitas. Jesús invita a ser constantes en la oración, como la viuda.
Es una equivocación reducir la eficacia de la oración según los frutos conseguidos. Somos humanos y tenemos que expresar ante Dios nuestros sentimientos y deseos. La petición es un acto de comunicación entre dos. Reconocemos por una parte nuestra insuficiencia y por otra la confianza en el otro. Jesús, en la parábola, enseña a perseverar en la oración a pesar de todo. La lógica de la oración no es la eficacia, es la confianza que supera la contingencia de la real necesidad; es la que sabe esperar con fe la respuesta; es la que acepta la voluntad amorosa de Dios.
La oración debe asumir el lenguaje de la realidad histórica del presente y la palabra de Dios. La oración cristiana debe caracterizarse por “hacer memoria”, agradecer, adorar, alabar y suplicar, no puede reducirse únicamente a ser oración de petición. La oración se apoya, como Moisés, en el bastón de la creencia y de la confianza. Amén.

sábado, 12 de octubre de 2013

CATEQUESIS DOMINICAL

XXVIII DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO. Ciclo C.
LA GRATUIDAD DE LOS EXTRANJEROS.
 
Ideas principales de las lecturas de este domingo:
  • 1ª Lectura: II Reyes 5, 11-17: El extranjero curado y agradecido. Naamán había considerado como una ofensa lo que había dicho el profeta. Reconoce luego con gratitud el don de la curación y la bondad de Dios. Desde entonces sirvió únicamente al Dios de Israel.
  • 2ª Lectura: II Timoteo 2, 8-13: Muertos y resucitados con Cristo. El Apóstol puede ser encadenado y hecho prisionero, pero la Palabra de Dios no puede ser encadenada, es siempre libre y hace que seamos libres cuando aceptamos el morir y el vivir con él.
  • Evangelio: Lucas, 17, 11-19: Un samaritano curado y agradecido. Naamán y el leproso del evangelio han sido curados. Su agradecimiento y fe se traducen en reconocimiento y alabanza.
Queridos hermanos y hermanas en Cristo:
Enseñamos a los niños a decir gracias cuando hayan recibido un favor de alguien, y al mismo tiempo les construimos un mundo donde apenas tiene cabida la gratitud. ¡Vaya contradicción! Pues, reclamamos, sólo y únicamente nuestros derechos y olvidamos muchas veces nuestros derechos.
Mucha gente no sabe agradecer la vida ni la bondad fundamental de las personas, No sabe alabar ni agradecer a Dios... Para agradecer es preciso superar el egoísmo inmaduro o la indiferencia.
Las lecturas de este Domingo vigésimo octavo nos ofrecen la oportunidad de reflexionar sobre el agradecimiento.
En la primera lectura se nos ofrece el ejemplo de un hombre que encontró la salud y la salvación por su confianza y su fe en el profeta de Dios. Y las alcanzó por medio del agua del Jordán.
En el Evangelio de hoy se nos muestra el ejemplo de unos hombres que alcanzaron su salud al confiar en la palabra de Jesús que les manda presentarse a los sacerdotes para que certifiquen su curación. Al aceptar el mandato de Jesús quedan curados de su lepra.
Tenemos que ver lo que hay más allá del milagro de la curación. Lavarse siete veces en el Jordán o ir a presentarse a los sacerdotes no tiene valor curativo, no tiene fuerza medicinal. Lo que salva al cuerpo e ilumina el alma es la fe que se manifiesta al hacer lo que manda el Señor; es el confiar en lo que dice el profeta o lo que manda Jesús.
Diez leprosos curó el Señor, según el Evangelio de hoy. Sólo uno volvió dando gracias a Dios porque intuyó, a través del signo de la curación, al Salvador. Para los otros nueve el encuentro saludable con Jesús no fue distinto al que hubieran podido tener con un curandero o un exorcista. Les contentó dejar la lepra. Con eso quedaron satisfechos, No pasaron de la curación a la salvación; de la salud del cuerpo, al encuentro salvador con Dios.
También hoy Dios sigue sanando, salvando, por el agua en el sacramento del Bautismo y sigue mandando ir a los sacerdotes en el sacramento de la Penitencia o Confesión. Por medio de cosas tan sencillas y al alcance de todos, se realiza el gran milagro del encuentro con Dios, el gran milagro de la sanación, no sólo de los cuerpos sino también de las almas.
El Evangelio nos muestra la acción de Jesús basada en la súplica de aquellos hombres enfermos: "si quieres puedes curarnos, ten compasión de nosotros".
Si reconociéramos nuestra condición de pecadores, de enfermos espirituales, también acudiríamos a Jesús y él nos concedería su perdón, su salvación, como se lo concedió a aquellos hombres que se la pidieron con fe. La fe es la que salva.
Al mismo tiempo, surgiría en nosotros una actitud de sincero agradecimiento para con Dios y con los hermanos que nos ayudan. la fe llena de gozosa alegría a quien es consciente del regalo que Dios le ha hecho.
Si los leprosos se sintieron alegres al recuperar su salud al cumplir el mandato de Jesús, nosotros debemos sentirnos gozosos al sabernos perdonados y redimidos por el mismo Jesús, el Señor. Amen.

CATEQUESIS DOMINICAL

SOLEMNIDAD DE NUESTRA SEÑORA DEL PILAR
FIESTA DE LA HISPANIDAD Y PATRONA DE LA GUARDIA CIVIL
12 de octubre de 2013

Ideas principales de las lecturas:
  • 1ª Lectura: I Crónicas 15,3-4. 15-16; 16,1-2: Metieron el arca de Dios y la instalaron en el centro de la tienda.
  • 2ª Lectura: Hechos 1,12-14: Perseveraron en la oración con María, la madre de Jesús.
  • Evangelio: Lucas 11,27-28: Dichoso el vientre que te llevó.
Estimadas autoridades militares y civiles.
Queridos hermanos y hermanas en Cristo.
La Eucaristía es la cumbre y fuente de la vida cristiana, porque dentro de ella los creyentes damos culto a Dios en espíritu y en verdad; tenemos la ocasión propicia para escuchar la Palabra de Dios, que nos ilumina y orienta nuestros pasos; en la Eucaristía nos alimentamos con el Pan del cielo que Cristo nos da para que nuestra vida espiritual se fortalezca; y en la Eucaristía nos reunimos como los Apóstoles y María, la madre de Jesús, para rezar juntos. Y cuando nos reunimos para rezar, cada uno trae cosas que contarle a Dios, sea en forma de petición o en forma de acción de gracias.
Hoy no puede ser diferente. En un día tan especial como la Fiesta Nacional y Fiesta de los pueblos hispánicos, cada uno de nosotros ha traído cosas concretas que pedir o decirle a Nuestra Señora del Pilar. Todos seguimos pidiendo en nuestras oraciones que se acabe la crisis económica y que las personas que se ven muy afectadas por ella puedan volver a vivir con dignidad.
Nuestros Guardias Civiles también se dirigen hoy a su Patrona, Ntra. Sra. del Pilar. Y seguro que tienen muchas cosas que decirle, contarle, pedirle y agradecerle. No obstante, nosotros, como pueblo cristiano y como comunidad parroquial, nos unimos a su plegaria, y agradecemos al Señor por la gran labor que prestan a la Nación, muchas veces, con sacrificios y con gran riesgo de sus vidas. Hoy pedimos también al Señor, por intercesión de la Ntra. Sra. del Pilar, que les sostenga y acompañe en todo momento.
Mis queridos hermanos y hermanas, es bueno rezar y pedir cosas y la solución de los problemas a Dios y a la Virgen, porque sólo el hombre que reza es el que se reconoce pequeño, débil y limitado ante la grandeza de Dios; es aquel que sabe que no se basta así mismo, ni puede conseguir todo por sus propios méritos y esfuerzos; necesita de la ayuda de Dios, de la Virgen y de los santos. Pero es bueno recordar hoy también el dicho popular de “A Dios rogando con el mazo dando”.
Todos somos conscientes de que vivimos en un momento complicado, en cuanto a cuestiones económicas y laborales; sin olvidar los otros problemas que derivan de ellas, como la corrupción, las desigualdades, las injusticias sociales, la explotación, paro, el hambre… La institución que más sufre todo esto es la familia (pobre), que lucha hoy en día para dar de comer a sus miembros.
Todos coincidimos en culpar a la crisis económica de esta situación. Pero esta crisis ha sido provocada por los que controlan la economía, que han eternizado una palabra: ganar, ganar y ganar, sin importarles si pierden los demás. Y nuestras actitudes, frente a las cosas materiales, también han colaborado para que esa crisis nos arruine, sobre todo, a las familias débiles, porque nos acostumbramos a un verbo: comprar, comprar y comprar hasta lo que no era necesario para vivir. Así, unos nos hemos vuelto insolidarios con los demás, y otros nos hemos vuelto superficiales y hedonistas, olvidando alimentar nuestro hombre interior.
Por eso, el Papa Benedicto XVI, en su carta pastoral con ocasión del Año de la Fe, Porta Fidei, nos recuerda que el origen de la crisis económica está en la crisis de la Fe en Dios que afecta hoy al mundo occidental. Él describe la Fe como un gran valor que suscita y sustenta otros valores que añoramos hoy en nuestra sociedad y en nuestras familias. Nunca es tarde para volver a conquistar aquellos valores que construyen una sociedad más humana, más justa, más honesta, más solidaria, más igualitaria, más espiritual,… ¿Cómo conseguir esta sociedad a día de hoy cuando todo parece imposible?
Aunque habla de la vida de “La Parroquia, como tarea de todos”, escuchemos lo que escribe nuestro Obispo D. José Vilaplana Blasco en la carta pastoral que ha dirigido a todos los cristianos de la Diócesis de Huelva con ocasión del inicio del curso (pastoral) 2013-2014. Creo que esa carta (que luego podréis leer en vuestras casas) puede ayudarnos mucho para reflexionar sobre este tema de la renovación de nuestra sociedad. Dice el Obispo que todos debemos sentirnos implicados en su renovación. Con frecuencia solemos preguntarnos qué hacen los demás por nosotros y nos quejamos y nos desanimamos porque siempre creemos que hacen poco. Pero ésta no es una buena actitud; más bien debemos preguntarnos qué hacemos nosotros por los demás. Este planteamiento es más estimulante y produce mejores frutos”.
Queridos hermanos y hermanas, entre todos y con Nuestra Madre como pilar de nuestras vidas, podemos aportar lo mejor a esta sociedad a fin de que los más débiles puedan vivir con dignidad. Esto será posible si escuchamos la Palabra de Dios y la cumplimos. Amén

sábado, 5 de octubre de 2013

CATEQUESIS DOMINICAL

XXVII DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO
LOS TIEMPOS DIFÍCILES
Ideas principales de las lecturas de este domingo:
  • 1ª Lectura: Habacuc 1,2-3;2,2-4: La fe y la espera del justo. La vida resulta muchas veces difícil. Al profeta no le agradan las opresiones ni las injusticias. Debemos situar su profecía en los años que van entre la caída del Imperio asirio y el resurgimiento de Babilonia. El profeta conoce también momentos de dudas y de cansancio. Parece que Dios no interviene ni hace por cambiar la condición del pueblo. Cree firmemente que Dios es quien gobierna la historia. Se trata solamente de saber esperar y tener en el cumplimiento de las promesas.
  • 2ª Lectura: II Timoteo 1,6-8.13-14: La fe vivida y testimoniada. Pablo, en tiempos de la Iglesia perseguida, exhorta a Timoteo a guardar con la ayuda del Espíritu Santo el depósito de la fe que ha recibido y a permanecer fiel a Cristo.
  • Evangelio: Lucas 17,5-10: La fuerza de la fe. Dos enseñanzas complementarias se desprenden del evangelio de hoy. La primera tiene que ver con la eficacia de la fe. La segunda aborda la auténtica disposición del creyente que practica en forma debida la fe como apertura al Dios de la salvación.
Queridos hermanos y hermanas en Cristo: Hemos de ser conscientes de que vivimos en tiempos difíciles en lo que a “fe en Dios” se refiere. En un mundo en que muchos alardean de incredulidad y agnosticismo, los discípulos de Jesús hemos de acrecentar la luz de la fe para liberarse de tantas tinieblas desconcertantes, que desdibujan y difuminan el verdadero rostro de Dios.
Por lo tanto, deberíamos buscar la auténtica fe en nuestro Dios.
  • La fe no es ceguera irracional, sino visión lúcida; no es evasión, sino cercanía; no es pasividad, sino búsqueda continua; no es un sentimiento, sino una actitud de todo el ser. El peor enemigo de la fe es la complacencia en el conocimiento, la autosuficiencia, la curiosidad y la crítica. Confiamos más en nuestras propias fuerzas que en el don gratuito de Dios que es nuestra fe.
  • Tener fe no consiste en tener una opción sobre Dios; tampoco una forma cultural o una devoción. La fe es una postura de confianza total de la persona ante Dios. Lleva consigo convicciones, sentimientos y actividades. Consiste en descubrir a Jesús, fiarse de él y acoger la Buena Noticia. Esa es la fe que tiene capacidad de hacer milagros y mover montañas.
No obstante, nos sentimos abrumados cuando en las noticias de la radio o de la televisión oímos que hay guerras, desgracias, violencia, terrorismo. Y, desorientados, nos hacemos varias preguntas: ¿por qué acontecen todas estas cosas? ¿por qué no terminar de una vez con los causantes? ¿se puede tener fe cuando existen tantas injusticias, cuando hay tantos graves problemas en el mundo…? ¿Se puede creer en Dios, que guarda silencio ante tales situaciones?
El creyente es el que sabe que no puede echar a Dios las culpas de los males del mundo, muchos de ellos instigados por el propio hombre. El profeta gritó a Dios, y nosotros necesitamos gritar con fe al Señor y, a la vez, exclamar que, como siervos inútiles, hemos hecho lo que debíamos hacer para desterrar de la faz de la tierra todo lo que destruye y destroza al hermano.
La fe en su raíz es un don, una gracia. Nadie puede conquistarla ni comprarla, solamente se la puede pedir al Señor. La fe es, en expresión concreta y existencial, una respuesta personal en el contexto de la vida. Para Habacuc, la fe en Dios es un grito “desesperado” ante la situación del pueblo y el silencio divino; para Pablo es un “testimonio”; para Juan, la fuerza “que vence al mundo”; para Lucas es la súplica oracional de los discípulos para ser idóneos e imitadores de Cristo. Lo importante es saber “ver” siempre a Dios en los signos de los tiempos y a luz de su Palabra. Amén.

domingo, 29 de septiembre de 2013

CATEQUESIS DOMINICAL

XXVI DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO
LAS RIQUEZAS, FALSA SEGURIDAD
 
Ideas principales de las lecturas de este domingo:
  • 1ª Lectura: Amós 6,1ª.4-7: La civilización del consumo. Continúa la impresionante descripción de la sociedad en el tiempo del profeta Amós. La riqueza de los jefes de Israel les hace confiar en sus fuerzas y olvidar la triste situación de los pobres. El profeta llama a la conversión a quienes se dedican a comer, beber y pasarlo bien a costa de pisotear muchas veces la dignidad de los pobres y engañar al prójimo en pesos y medidas.
  • 2ª Lectura: I Timoteo 6,11-16: El combate de la fe. Si se quiere hacer frente a las injusticias de este mundo, el único camino válido es vivir intensamente la fe. Quien acoge el Reino de Dios puede, desde su ambiente y posibilidades, trabajar por un mundo más justo. Renovarse en Cristo es combatir la buena batalla de la fe mientras llega el momento de presentarse ante el tribunal de Dios.
  • Evangelio: Lucas 16,19-31: La riqueza no compartida. El Evangelio denuncia proféticamente las situaciones de egoísmo e injusticia, violencia y desprecio, y anuncia el juicio de Dios y la llamada a la conversión.
 
Queridos hermanos y hermanas en Cristo: Unos de los estigmas más característicos de nuestro mundo contemporáneo es el abismo de la desigualdad, tanto en el conjunto de la humanidad como en el interior de cada país. Desde una chabola se ven las cosas de muy distinta manera a como se ven desde un palacio; desde quien debate cada día por sobrevivir o desde quien vive en el derroche y en el consumismo.
En los profetas, hombres de Dios y en el Evangelio está muy claro lo difícil que es salvarse desde la riqueza. El profeta Amós, como el domingo anterior, nos advierte de los riesgos que se corren cuando nuestra conducta se va haciendo más materialista y el olvido de Dios alcanza mayor intensidad. Por ello San Pablo nos urge a vivir seriamente nuestra vida cristiana practicando las virtudes y guardando el “Mandamiento de Cristo-Jesús”.
Por su parte, el tal Cristo-Jesús habla en parábolas para que comprendamos más fácilmente su doctrina. Y no debemos quedarnos solamente con la parábola que nos cuenta, sino que hemos de dar acogida a la doctrina que nos transmite; al mensaje que nos ofrece.
Hoy, por medio de una parábola, nos recuerda la actitud de los hombres frente a la riqueza:
  • Unos son ricos en bienes y se apegan a la riqueza con todas sus fuerzas, prescindiendo de Dios y de los demás,
  • Otros son ricos en pobreza y se apegan a Dios con la esperanza de que les colmará de la felicidad que ahora no tienen y los hombres les quitan.
También nos enseña el Señor que no podemos decir que existe solidaridad entre los hombres ni entre los pueblos si solamente compartimos las migajas que caen de la mesa. Pero, ¡eso sí!, Dios no se olvida de nuestros actos y hará que reine la justicia, la equidad y el amor donde nosotros la hayamos hecho desaparecer.
No pidamos el milagro de la resurrección de un muerto para que nos lo demuestre, como lo pidió el rico Epulón. Si no aceptamos la Palabra que se nos ofrece como Buena Noticia, no cambiaríamos de actitud ni aunque resucitara un muerto.
Escuchemos lo que dice el Señor y demos acogida a su Palabra, que nos invita a llevar una vida personal sobria y que sea solidaria y fraternal con la situación de los demás. Amén.