sábado, 31 de diciembre de 2011

Mensaje de Navidad 2011 del Sr. Obispo de Huelva


La noche, tiempo de salvación

“De noche en un pesebre nacía tu Palabra.
La noche es tiempo de salvación”


Mis queridos hermanos y hermanas:

Al celebrar las fiestas del Nacimiento del Señor, Luz del Mundo, me alegra poder dirigirme a todos vosotros para expresaros mis mejores deseos de paz y alegría. Pienso en todas las parroquias, en todas las personas de nuestra querida Diócesis de Huelva, y en todas las personas de buena voluntad que quieran escuchar mi mensaje. Pero pienso, especialmente, en todas las familias que sufren a causa del paro, de la enfermedad y de la ausencia de seres queridos.

Hay muchas situaciones humanas que se parecen a la noche; situaciones de oscuridad que nos llenan de tristeza y momentos en los que no sabemos cómo vamos a salir de ese túnel oscuro.

El Nacimiento del Señor, en medio de la noche, es para todos una Buena Noticia. El profeta Isaías lo anunció con estas palabras: “el pueblo que caminaba en tinieblas vio una luz grande, habitaban tierra de sombras y una luz les brilló” (Is 9, 2); y añadía: “ porque un niño nos ha nacido…se llamará Príncipe de la Paz” (Is 9, 6).

En estas fiestas de Navidad, en las que amplios sectores de nuestra sociedad viven situaciones de sufrimiento, mi deseo para todos es que tengamos luz, la Luz que es Cristo, el Niño nacido en la noche, envuelto en pañales y recostado en un pesebre (cf. Lc 2, 12). Él es el Hijo de Dios que nos ama; es el hijo de María, semejante a nosotros en su humanidad. Que Él nos muestre el camino. Que nos conceda mirar a Dios con confianza y mirar al mundo como Dios lo mira, para que aprendamos a vivir como familia. Que Él nos guíe y oriente, conduciéndonos por las sendas de la sencillez y la humildad. Que nos enseñe a compartir solidariamente y a crear unas relaciones humanas, sinceras y transparentes. Que Él nos ayude a ordenar nuestra sociedad con justicia y equidad, sin que nadie se quede al margen o humillado. Que Él nos conceda lucidez para que todos tengan un trabajo digno y estable y una educación integral, rica en valores evangélicos.

Vayamos a Él. Acojamos la luz de su Palabra. Gocemos de su presencia en la Eucaristía, y busquemos el calor de la fraternidad en nuestras comunidades parroquiales. Que nadie se sienta sólo: vivamos una Navidad con Él y con nuestros hermanos.

Con estos sentimientos y deseos, exhorto a todas las parroquias a que sigan mostrando una especial solicitud y cercanía hacia los pobres. La crisis se hace larga, por lo que os recuerdo las palabras del Apóstol: “no os canséis de hacer el bien” (2 Tes 3, 13). Agradezco la generosa ayuda que estáis prestando a tantas personas necesitadas, y felicito, especialmente, a todos los miembros de nuestra Cáritas por su admirable labor. Recordemos que todo lo que hagamos a nuestros humildes hermanos al Niño Dios se lo hacemos.

Deseo también que la luz del Señor nos ayude a ver lo bueno y positivo que hay a nuestro alrededor. No puedo dejar de mencionar, en este mensaje navideño, el testimonio precioso de fe y alegría que nos dieron los jóvenes participantes en la JMJ en Madrid, junto al sucesor de Pedro, Benedicto XVI. Fue un signo de esperanza, una “cascada de luz”, como la calificó el Papa, una fiesta de fraternidad universal. Debemos dar gracias a Dios por este acontecimiento de gracia y comprometernos a trabajar por los jóvenes, acompañándoles al encuentro con Cristo. De la misma manera que los pastores al encontrar el Niño volvieron contentos “dando gloria y alabanza a Dios por lo que habían visto y oído” (Lc 2, 20), nuestros jóvenes, al encontrarse con Cristo, quedan llenos de fuerza para construir un mundo nuevo. La novedad de Cristo, siempre joven, les capacita para renovarse y renovar la sociedad con la fuerza extraordinaria del amor que reciben de Él.

“De noche lo anunciaron el ángel y la estrella.
La noche es tiempo de salvación”

Mis queridos hermanos y hermanas: os deseo a todos una feliz Navidad llena de fe y alegría, llena de luz y esperanza.

✠ José Vilaplana Blasco, Obispo de Huelva

sábado, 17 de diciembre de 2011

CATEQUESIS DOMINICAL

IV DOMINGO DE ADVIENTO. Ciclo B

MARÍA, LA MUJER DEL SILENCIO Y DE LA RESPUESTA
Ideas principales de las lecturas de este domingo:
- 1ª Lectura: Samuel 7,1-5,8b-12.14ª.16: Natán enviado por Dios al rey David. David quiere construir un templo a Dios para fortalecer su dinastía. Es un hombre de estado y vive en una casa de cedro. Su reinado ha alcanzado la estabilidad y el bienestar. Ha llegado el momento de construir una casa digna para Dios. Dios, sin embargo, recuerda a David por medio del profeta Natán que Él es el constructor de todo. El mismo Señor construirá una casa a David dándole un trono que permanecerá.
- 2ª Lectura: Romanos 16,25-27: Pablo, enviado a predicar, da a conocer el misterio. ¿Quién conoce el misterio de Dios? Solamente a quien Dios se lo revele. El misterio divino mantenido en secreto es revelado poco a poco por los profetas y se manifiesta en Cristo. Es él quien revela los misterios de Dios Padre a los hombres.
- Evangelio: Lucas 1,26-38: Dios envía a Gabriel a María. EL anuncio de ángel a María es el cumplimiento de la promesa de Dios al rey David. María se convierte en templo. El Señor de señores y Rey de reyes quiere habitar en el seno de una Virgen que será madre de su Señor.

Queridos hermanos y hermanas en Cristo: Ya se acabó la espera, ya terminó el adviento, ya se acerca la Navidad para los que la hayan esperado. Hoy es, por tanto, el día de la última reflexión. La Iglesia quiere que la hagamos de la mano de dos personajes: David y María. Vamos a ver los anuncios que recibieron y sus respuestas. Terminaremos con el anuncio que Dios nos hace hoy a nosotros, en vísperas de Navidad.
La primera anunciación: Al rey David. David había pasado de ser un pastor a ser un rey por simple voluntad de Dios. La respuesta de David, como la de todos, fue el pecado. Como al pecado siguió el arrepentimiento sincero y el cambio de vida, David se ganó el corazón de Dios. En agradecimiento con el buen comportamiento de Dios, David quiere construir una casa para Dios, pero Dios no se lo permite, y le recuerda a través del profeta Natán que Él es el constructor de todo. El mismo Señor construirá una casa a David dándole un trono que permanecerá.
Esta lectura nos habla, en primer lugar de la generosidad divina: por una casa material, le promete una dinastía, en la que Dios mismo, Jesús, florecerá; la gratuidad divina: no son los méritos, las ofrendas o los buenos propósitos de David los que atraen las bendiciones divinas, sino que el amor de Dios fue primero; y la fidelidad divina: los dones de Dios son para siempre. Dios perdona siempre, nunca falla, no se arrepiente nunca de su amor.
La segunda anunciación: la del evangelio de hoy. Se trata de una joven desconocida, perdida en una aldea insignificante. Estaba desposada con José. Pero Dios tenía otros planes. ¿Quieres tener un hijo, pero no de José, sino de Dios? ¿Quieres tener por hijo al Dios mismo? Fue un momento maravilloso para María. Dios quiere estar entre nosotros, ser como nosotros, y está buscando una madre. La respuesta de la joven María cambió toda la historia. Su respuesta fue positiva, afirmativa: “Hágase en mí según tu palabra”. Así, María se convirtió en el templo más maravilloso que Dios haya tenido, el templo que le quiso construir el rey David.
Este relato del evangelio nos muestra también la humildad de Dios: busca una mujer pobre y sencilla, una madre anónima; respeto de Dios: No impone su voluntad, sino que respeta nuestra libertad. Ni siquiera para hacernos bien nos fuerza, sino que pide y espera nuestro consentimiento. En fin, Dios ayuda al hombre a crecer; y amor de Dios: Dios no deja al hombre solo, no lo abandona nunca, siempre velará por él. Siempre envía un mensaje, siempre anuncia. Lo que importa es que el hombre sepa escuchar.
La tercera anunciación: El Ángel de la anunciación no ha terminado sus encargos. Pero esta vez el ángel no tiene alas ni tiene por qué ser un profeta consagrado. El Ángel puede ser cualquiera, incluso puede ser una palabra o un acontecimiento. Y en mensaje será siempre una propuesta de amor. Hoy Dios sigue necesitando una madre para su Hijo; cualquiera de nosotros puede llegar a ser “madre” de Dios y dar a luz a Jesús en nuestro mundo. Amén.

domingo, 11 de diciembre de 2011

CATEQUESIS DOMINICAL


III DOMINGO DE ADVIENTO. Ciclo B

LA ALEGRÍA Y LA LUZ, SIGNOS DE LA PRESENCIA DEL SEÑOR.
Ideas principales de las lecturas de este domingo:
- 1ª Lectura: Isaías 61,1-2ª.10-11: Isaías enviado a dar la buena noticia. Jesús leyó esta lección en la Sinagoga de Nazaret al comienzo de su ministerio mesiánico. Isaías, ungido por el Espíritu, anuncia la buena noticia a los que sufren. Es el mensajero de la esperanza y el pregonero de la liberación. La segunda parte de la lectura, es considerada como el “Magnificat” de la Antigua Alianza, porque es el canto del pueblo librado y el himno por el que los pobres agradecen la misericordia divina.
- 2ª Lectura: I Tesalonicense 5,16-24: Permaneced siempre alegres. Pablo, después de exhortar a las obras de caridad, habla de las características típicas del cristiano, a saber: debe ser alegre y orante, convencido que sin la gracia divina no puede hacer el bien ni caminar por la senda de la santidad.
- Evangelio: Marcos 1,6-8.19-28: El testigo de la luz. El domingo anterior presentaba la figura de Juan Bautista como un profeta austero, hoy subraya su condición de testigo. Confiesa abiertamente que no es el Mesías, ni Elías, ni el profeta esperado. Cristo es la luz, el Mesías y el Profeta. El Bautista es la voz que grita en el desierto, voz que proclama y grita: “Allanad el camino del Señor”. Vivir el Adviento consiste en preparar los caminos del Señor.

Queridos hermanos y hermanas en Cristo: Toda la liturgia de este III Domingo del Adviento nos habla de la importancia del Espíritu (de Dios) en la vida del cristiano, y del papel que ha de desempeñar éste en este mundo cuando se sabe portador de ese Espíritu. No olvidemos que para ser cristiano necesitamos el Espíritu de Cristo.
El mismo Jesús, al comienzo de su ministerio, en la Sinagoga de Nazaret, tras leer un fragmento del libro del profeta Isaías de la primera lectura de hoy, culminó diciendo: “hoy se ha cumplido esta escritura que acabáis de oír”. De esta manera, él se presentó como el ungido por el Espíritu del Señor. Y a partir de Jesús, cada cristiano es ungido por el Espíritu que Jesús nos ha dado, de una forma especial en los sacramentos del Bautismo y la Confirmación. ¿Para qué hemos sido ungidos por el Espíritu? Buena pregunta.
Para anunciar una buena noticia a los pobres. La pobreza sigue siendo una realidad escandalosa en nuestra sociedad, en nuestro mundo repleto de riqueza, pero mal repartida. No sólo existe la pobreza materia, sino también espiritual, de valores. ¿Qué buena noticia se le puede dar, pues, a tanta gente que padece la pobreza material, espiritual y de valores? No sólo decirles que su pobreza va a desaparecer porque Dios se ha puesto de su parte y ha pedido a los suyos (cristianos y hombres de buena voluntad) que se pongan también, sino luchar con obras concretas para que los pobres puedan sonreír algún día.
Para proclamar la libertad a los cautivos y oprimidos. En un mundo que cuenta con prestigiosos organismos (ONU, OTAN, UE, UA…) que fueron creados con el fin de defender la vida del ser humano, la cautividad y la opresión que sufren millones de personas en distintas partes de nuestro planeta sigue siendo igual de escandaloso. Mucha gente de nuestras sociedades sufre aún la esclavitud política, económica, cultural, religiosa (sectas), que lleva a la marginación social. Ellos también están hambrientos de recibir algún la buena noticia de que sus vidas van a cambiar.
En resumen, Jesús, y cada cristiano, es ungido por el Espíritu del Señor para devolver a los pobres, cautivos y oprimidos de nuestros días su libertad, sus propiedades y su dignidad; para hacer posible una Navidad alegre para todos. Un Dios-con-nosotros.
Si creemos el contenido de la primera lectura, no sólo vamos a hacer felices a los demás, sino que también nosotros vamos a vivir sus frutos, los frutos del Espíritu que presenta San Pablo en la segunda lectura: la alegría (“Estad siempre alegres”); la oración (“Sed constantes en la oración”); y la acción de gracias (“Dad gracias por todo si no apagamos el Espíritu”). Amén.

sábado, 3 de diciembre de 2011

CATEQUESIS DOMINICAL

II DOMINGO DE ADVIENTO. Ciclo B

Ideas principales de las lecturas de este domingo:
- 1ª Lectura: Isaías 40,1-11: Isaías, la voz que comunica esperanza. La lectura corresponde al comienzo del llamado Segundo Isaías. El profeta con sus palabras anima e infunde esperanza en el corazón de los desterrados de Babilonia en el siglo VI (a.C.) y anuncia el final de una situación y la instauración de un cambio. El sufrimiento del exilio se termina y comienza una nueva vida. Isaías es la voz de la esperanza.
- 2ª Lectura: II Pedro 3,8-14: Pedro, la voz que anuncia una tierra nueva. Corrió la voz entre los primeros cristianos que la vuelta del Señor era inminente. Pedro recuerda la paciencia de Dios y la necesidad de prepararse para ese encuentro viviendo en paz con él. Él vendrá a instaurar un cielo nuevo y una tierra nueva.
- Evangelio: Marcos 1,1-8: Juan, el Bautista, voz que invita a preparar los caminos del Señor. El Bautista, uno de los personajes más significativos del Adviento por su decir y por su vestir. Cumple su misión de precursor anunciando la conversión y bautizando en las aguas del Jordán. Exhorta a sus oyentes a cambiar de vida porque el Mesías está cerca.

LAS TRES VOCES DEL PRESENTE DOMINGO
Queridos hermanos y hermanas en Cristo: Hoy II Domingo de Adviento, tiempo de preparación a la Navidad, la Iglesia nos presenta tres personajes centrales de la Biblia: Isaías, Juan el Bautista y María. Por eso vamos a dedicar hoy la catequesis a hablar de ellos, de su importancia para nuestro adviento y de su mensaje.
El Profeta Isaías aparece en una época turbulenta para el pueblo de Israel. Fue en los últimos años del destierro de Babilonia. El pueblo estaba hecho polvo. Cundía por todos los lados la desolación porque parecía que Dios se había olvidado de ellos. En estos momentos de desesperación surge un hombre que trae una palabra de consuelo, y promete liberación: “Aquí está vuestro Dios. Mirad, el Señor Dios llega con poder y su brazo manda”. Va a comenzar un nuevo éxodo, una nueva salida a la tierra prometida.
El cristiano es un hombre que sabe que Dios está siempre llegando con poder para llevarlo desde las babilonias de sus esclavitudes a una tierra prometida. El cristiano está siempre en situación de éxodo hacia algo mejor. Tenemos que animarnos y ser animadores del pueblo, poniendo en el corazón del triste una palabra de consuelo, como hizo Isaías.
María es el silencio, Juan el Bautista la voz que grita. Tenemos que tener algo de los dos. Para unos, María, silencio, reflexión, denuncia interior al comparar lo que somos con lo que la Palabra nos pide que seamos; para los otros, Juan “voz que grita en el desierto”. El grito de Juan es una serie de imperativos dirigidos a nosotros: “Convertíos”, “cambiad”, “allanad los caminos del Señor”, “que los valles se levanten”, “que los montes y colinas se bajen”…
Los valles representan lo que nos falta, dentro de la idea de allanar el camino. ¿Qué te falta? ¿qué me falta? ¿la eucaristía del Día del Señor?, ¿la lectura de la Palabra que nos instruye?, ¿la vivencia de la comunidad, la cercanía del otro y al otro? ¿Qué falta en nuestras vidas para sean como Dios quiere y espera de nosotros? ¿Qué tenemos que rellenar? Como el adviento es un tiempo de reflexión, para eso estamos aquí, para pensar y rellenar los que nos falte.
En esa imagen de allanar los caminos del Señor, los montes y colinas representan esa tierra que sobra en nosotros y que puede impedir el paso de Dios por nuestras vidas. ¿Qué sobra en nosotros? Cada uno lo tiene que averiguar confrontándose con la Palabra. ¿Sobra autosuficiencia, al creernos con la verdad plena?, ¿sobran los vicios?, ¿pecados personales? Cada uno sabrá su vida y se conocerá a sí mismo.
En fin, tenemos que saber sintetizar en nosotros la actitud fundamental de los tres personajes. El silencio orante de María, el grito de Juan el Bautista y la palabra de ánimo y consuelo de Isaías. De esta manera no sólo viviremos el adviento sino que ayudaremos a los que nos rodean a vivirlo mejor. Amén.

domingo, 27 de noviembre de 2011


I DOMINGO DE ADVIENTO. Ciclo B

ESTAD VIGILANTES
Ideas principales de las lecturas de este domingo:
1ª Lectura: Isaías 63,16b-17. 19b; 64,2b-7: Espera orada. El profeta espera suplicando. Pide a Dios que intervenga porque el hombre es incapaz de salvarse por sí mismo. Después de la petición de auxilio, confiesa los pecados de su pueblo. El pecado ha roto el puente que une al hombre con Dios.
2ª Lectura: I Corintios 1,3-9: Espera testimoniada por las obras. Pablo en carta a la comunidad cristiana de Corinto profundiza en el sentido de la espera escatológica. Mientras se espera se debe dar testimonio de la espera. La historia de la humanidad es espera. La espera no es evasión del mundo, sino compromiso y anuncio del futuro.
Evangelio: Marcos 13,33-37: Espera vigilante. El evangelista, a partir de una comparación sacada de la vida cotidiana, invita a estar vigilantes porque el Señor vendrá inesperadamente, no se sabe ni el día ni la hora. El Señor se hace encontradizo en cada una de las encrucijadas de nuestra vida y esperando cada día su regreso. No podemos recorrer el camino, sino vigilantes para captar su presencia.

Queridos hermanos y hermanas en Cristo: Hoy comenzamos el Ciclo B. El evangelista de este ciclo va a ser Marcos. Lo comenzamos, como siempre, con el adviento. Así que con el Adviento comenzamos un nuevo año litúrgico. El Adviento es un tiempo precioso.
Los Padres de la Iglesia, o sea, los sucesores de los Apóstoles, los primeros que empezaron a hacer reflexiones teológicas sobre la vida de la Iglesia, en sus catequesis de este tiempo (del Adviento) hablan de tres venidas del Señor: la primera es cuando se encarnó y nació de Santa María Virgen; la segunda es la venida a cada uno de nosotros y la tercera es la que tendrá lugar al final de los tiempos.
En el tiempo de Adviento hacemos, pues, memoria de la primera, nos preparamos para la segunda mientras caminamos hacia la tercera venida. Las tres venidas piden tres actitudes de espera. ESPERAMOS ORANDO; ESPERAMOS TESTIMONIANDO CON NUESTRAS OBRAS Y ACTITUDES; Y ESPERAMOS PERMANECIENDO VIGILANTES.
El Adviento nos sacude y nos grita para que permanezcamos despiertos. Estar en vela significa tener en las manos las lámparas encendidas y el corazón despierto. El Señor viene y quiere encontrarse con nosotros en la noche santa de la Navidad. Navidad es la noche del encuentro, noche sacramental. Y esto exige la vigilancia atenta.
Vigilar es ver en la oscuridad su presencia y oír en la noche su paso suave y cercano. Vigilar es apaciguar los ruidos y crear silencio en el corazón; es dominar los deseos egoístas y servir generosamente a los hermanos. Vigilar es escuchar la Palabra divina y conservarla en el corazón.
Quien duerme ni ve ni oye, ni vigila. Adviento es tiempo de vela en la espera del Señor que ha venido, que viene en la Navidad y vendrá a juzgarnos en el encuentro definitivo. Amén.

domingo, 20 de noviembre de 2011

CATEQUESIS DOMINICAL

XXXIV DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO. Ciclo A.

CRISTO, SEÑOR DEL TIEMPO Y DE LOS HOMBRES

Ideas principales de las lecturas de este domingo:
- 1ª Lectura: Ezequiel 34,11-12. 15-17: El nuevo estilo de pastorear. Los reyes de Israel dispersaron y descarrilaron a su pueblo. Ezequiel anuncia al verdadero pastor que guiará a la humanidad por el buen camino, cuidando a los más débiles y velando con amor por las ovejas enfermas y sanas.
- 2ª Lectura: I Corintios 15,20-26. 28: El triunfo de Cristo. Pablo expone a los corintios el carácter absoluto del reino de Dios. Si Adán nos condujo a la muerte, Cristo a la vida. El Señor camina a la cabeza del grupo, que busca a Dios, y lo introduce en el reino del Padre.
- Evangelio: Mateo 25,31-46: Cristo es la alternativa. El Evangelio propone a Cristo como un pastor que separa las ovejas de las cabras. Distingue a los justos que hacen caridad y los invita a su Reino, en cambio, a los malvados que cierran su corazón a los débiles y necesitados, los separa de su Reino. La vivencia de las bienaventuranzas es el principio fundamental del Reino de los Cielos.

Queridos hermanos y hermanas en Cristo: Hoy es el último domingo del año litúrgico. Hemos recorrido dos tiempos fuertes, las pascuas de Navidad y Resurrección, y los 34 domingos del tiempo ordinario que suman las 52 semanas del año. Terminamos con la festividad de Cristo Rey. Hoy nos va a proponer la Iglesia otra de esas lecturas que, ellas solas, justificarían toda la catequesis. El tema es, como en los últimos domingos, el de la parusía, el final de los tiempos. ¿Cómo será aquello? Aquello será como una especie de examen final, pero con la ventaja de que las preguntas ya las conocemos.
Cristo es Rey del universo; esto significa que no es sólo el Rey de los cristianos y los católicos. Hoy se nos presenta como el Señor de toda la creación, de todas las naciones, de los creyentes y de los paganos. No tiene corona pero toda la creación está sometida a él, como las ovejas de un rebaño están bajo la guía y custodio de su pastor. Cristo es un Rey pastor. Conoce a sus ovejas y las ama. Ha dado su sangre para justificarnos a todos. Su misericordia no tiene límites y su amor por el rebaño es incuestionable.
Con todo, es también un juez justo que nos ha dado la medida del juicio. El juicio no depende de Él. Depende de cómo nosotros los hombres y mujeres nos movamos ante el imperio de la ley del Amor. La vara de medir y de separar lo bueno de lo malo no está en uno mismo, sino en la objetividad del Amor.
El pasaje evangélico de Mateo que se lee hoy es esclarecedor: al atardecer de la vida, nos examinarán del amor. El camino del amor concreto, el que pasa por atender a los necesitados de todo tipo es nuestro desafío y ha de ser nuestro afán. Hablar de amor sin pasar por lo concreto, son palabras que se las lleva el viento. Cuanto hagamos por cualquiera de esos pequeños y humildes, por Él lo hacemos, por quien ha dado su vida por nosotros. Para reinar con Él, hemos de pasar por esa vara de medir. Amén.

domingo, 13 de noviembre de 2011

Desde tu Parroquia

DÍA DE LA IGLESIA DIOCESANA
Como cada año, celebramos el Día de la Iglesia Diocesana, "una jornada que se celebra con el fin de despertar en la conciencia del pueblo cristiano, su pertenencia a la diócesis y su responsabilidad de colaborar en el servicio y mantenimiento de la misma", como nos dice nuestro obispo en su carta de este año.

Huelva: una Iglesia viva.
Muchas son las actividades pastorales y de servicio que se realizan en nuestra diócesis, a continuación ofrecemos algunos datos significativos:
El anuncio de la Palabra y la celebración de los sacramentos se lleva a cabo fundamentalmente, en las parroquias. En Huelva tenemos 170 para atender a las comunidades cristianas de los pueblos y de los barrios de las ciudades.
Huelva cuenta con 124 sacerdotes. Residentes en la diócesis: 102; residentes en otras diócesis: 4; residentes en el extranjero: 3; incardinados en otras diócesis: 9; incardinados en diócesis extranjeras: 6.
La catequesis a distintos niveles, tanto para recibir algún sacramento como para una acción permanente de educación en la fe, es una tarea muy importante en la pastoral de la Iglesia. En Huelva se han celebrado este año 4.743 bautismos, 4.509 primeras comuniones, 2.303 confirmaciones y 1.264 matrimonios.
Además, en nuestra diócesis hay 1.150 catequistas; 10.320 chicos y chicas en proceso catequético; 210 profesores de religión en colegios públicos; 47.152 alumnos matriculados en clases de religión en centros públicos; 31 centros docentes católicos y 8.254 alumnos en centros católicos.
Cáritas, en nombre de la comunidad cristiana, atiende a los excluidos de la sociedad. La ayuda que presta es fundamental ante situaciones de pobreza.
La diócesis tiene 73 centros de Cáritas parroquiales, donde se han atendido a 21.268 personas.
Se han iniciado los siguientes proyectos: Proyecto de Cáritas: casa de acogida y de emigrantes. Casa de la Iglesia para servicios pastorales. Dos nuevos templos. Reforma en colaboración con la Consejería de Cultura de dos templos.
estas son algunas de la actividades que realiza la Diócesis y para las que nuestra colaboración, económica y personal, es necesaria.
¡Descubre cuál es tu mejor forma de colaborar! Participa.

CATEQUESIS DOMINICAL

XXXIII DOMINGO DEL TIEMPO DEL ORDINARIO. Ciclo A.

INVERTIR LOS TALENTOS
Ideas principales de las lecturas de este domingo:
- 1ª Lectura: Proverbios 31,10-13. 19-20. 30-31.: Laboriosidad cotidiana. La lectura propone el modelo clásico de la mujer hacendosa que con la destreza de sus manos multiplica los bienes de su casa y familia, y abre sus manos al necesitado y pobre.
- 2ª Lectura: I Tesalonicenses 5,1-6: Invitación a la vigilancia. Pablo rehúsa especulaciones sobre la fecha de la vuelta del Señor. Pero insiste en que llegará ese día con toda certeza en el momento en que menos se piense. El cristiano, hijo de la luz, debe estar dispuesto a recibir al Señor en todo instante, debe estar disponible y siempre despierto.
- Evangelio: Mateo 25,14-30: Invertir los dones recibidos. La parábola de los talentos nos interroga sobre nuestra responsabilidad en saber rendir los dones recibidos del Señor. No podemos esconderlos bajo tierra, deben producir sus frutos. No somos dueños, sino administradores. Dios valorará nuestro trabajo en el día del juicio.

Queridos hermanos y hermanas en Cristo: Estamos aquí otra vez con una parábola del fin del mundo, es decir, de la segunda venida del Señor. Si el domingo pasado hablamos de la parábola de las diez vírgenes, hoy la liturgia nos presenta la de los “talentos”.
La clave de interpretación y reflexión de este evangelio está en el miedo, que tuvo el empleado asustadizo y cobarde, el que recibió un solo talento; y podríamos traducir ese miedo como el pecado de omisión que cometemos constantemente cuando dejamos de hacer lo que debíamos.
¿Por qué Jesús presenta a este individuo como un anti-modelo? Porque la idea que tenía de su “señor”, era terrible. Una idea que daba miedo. Y porque éste representaba a aquéllos que tenían la idea de un Dios severo, terrible, justiciero, siempre al acecho de los errores de los hombres, y que pide a cada cual un “ajuste de cuentas”. Semejante interpretación no entraba en la mentalidad de Jesús, que siempre presentó a Dios como Padre de bondad, de acogida, de comprensión y de misericordia sin límites.
Mis queridos hermanos y hermanas, hoy Jesús, en primer lugar, nos quiere inyectar una dosis de optimismo y confianza frente a los falsos miedos. Lo mismo que el miedo fue la perdición del empleado asustadizo y cobarde, que recibió un solo talento, también lo puede ser para nosotros. Porque el miedo paraliza, bloquea y nos hace estériles. Un cristiano asustado no produce nada. Y por ese camino se busca su ruina.
En segundo lugar, Jesús nos invita a vivir con seriedad en esta vida mientras esperamos su segunda venida. Esto exige una vigilancia activa, a no dejarse adormilar por la pereza, por la rutina y por la comodidad o por la escusa de la supuesta rigidez de Dios. Bajo esta perspectiva expone hoy el contraste entre la actitud laboriosa de unos compañeros y la actitud perezosa de otro frente a los dones recibidos del dueño de la casa.
Dios, el Señor, reparte dones y espera frutos. No exige frutos iguales a todos porque los dones de cada uno tampoco son iguales. Pero sí exige a todos el mismo trabajo, la misma atención y el mismo esfuerzo, porque el Reino de Dios no es para los ociosos, conformistas o perezosos.
No olvidemos que la salvación es siempre obra y regalo de Dios, y no depende de nuestros méritos, pero tampoco olvidemos que Jesús nos ha dejado a través de los sacramentos recibidos aquellos bienes que Él mismo poseía: el Espíritu, la Palabra, el Reino, el Amor, el Perdón, la Buena Noticia, el “ser luz”, el “ser sal”… Que en su segunda venida, le podamos ofrecer, gozosamente, nuestras manos llenas de esos buenos frutos. Amén.

lunes, 7 de noviembre de 2011

CATEQUESIS DOMINICAL

XXXII DOMINGO DEL TIEMPO DEL ORDINARIO. Ciclo A.

DIOS VIENE SIEMPRE POR SORPRESA
Ideas principales de las lecturas de este domingo:
- 1ª Lectura: Sabiduría 6,12-16: Encuentran la sabiduría los que la buscan. El libro de la Sabiduría nos invita a buscar, encontrar y poseer la auténtica sabiduría.
- 2ª Lectura: I Tesalonicenses 4,13-18: A los que han muerto, Dios, por medio de Jesús, los llevará con él. Pablo presenta una catequesis sobre la suerte de los difuntos y los acontecimientos del fin del mundo.
- Evangelio: Mateo 1-13: ¡Que llega el esposo, salid a recibirlo! Mateo, esta vez, toma de los hechos corrientes de la vida el hecho de las bodas de su tiempo. Jesús saca la lección: velad porque no sabéis el día ni la hora.

Queridos hermanos y hermanas en Cristo: Hoy comenzamos el llamado discurso escatológico. La escatología estudia las creencias sobre el final del mundo. El tema escatológico preocupa siempre a la gente, por la misma razón que preocupa el de los orígenes del mundo. ¿Cómo empezó todo esto?, ¿cómo acabará el mundo y los hombres, ya que todo lo que tuvo principio tendrá que tener fin?
En los tres próximos domingos, la Iglesia nos va a proponer tres parábolas sobre este tema. Vamos a centrarnos en la de hoy, conocida como la parábola de las vírgenes necias y prudentes.
Para entender bien esta parábola, vamos a explicar un poco algunos detalles:
- El banquete de boda es el Reino de Dios, es decir, la Iglesia.
- El esposo, cuya venida se espera, es Cristo.
- El rechazo del novio es la tardanza del momento del Señor.
- Las diez vírgenes nos representan a todos nosotros, a la comunidad que esperamos la venida definitiva del Señor a nuestras vidas.
- La llegada repentina es la hora imprevisible del Señor.
- La admisión o rechazo es la consecuencia de nuestra actitud.
Además, hay dos cosas que chocan en la parábola: a) el aparente egoísmo de las vírgenes sensatas que no compartieron su aceite y b) la actitud inflexible del novio que no abre la puerta a las imprudentes. ¿Qué nos quiere decir Jesús con estos detalles? Dos cosas:
- Que la responsabilidad personal no se puede sustituir por nadie: no vamos a entrar en el banquete porque tengamos un pariente o amigo/a sacerdote o monja; aunque en un país de recomendaciones, enchufismos y carnet de partidos, no se entienda esto muy bien, pero es así.
- Y que hay fallos de previsión y vigilancia que son irreparables. Sí, hay cosas que son irreparables, entre ellas, nuestra responsabilidad ante Dios.
Dicho con otras palabras, hay cosas que no se improvisan a la última hora. Los discípulos del Señor han de ser previsores y estar preparados porque el Señor puede llegar en cualquier momento. Es preciso “construir sobre roca” para estar en condiciones de entrar en el Reino. Quien “construye sobre arena” puede quedar arruinada su esperanza. Dios nuestro Padre nos invita a la fiesta, porque es “el Dios de la alegría, del gozo, y no del luto o del sufrimiento”. Para celebrar la fiesta no podemos dejar que se apague la luz de la fe y de la esperanza en nosotros. Por eso el Señor nos hace hoy una llamada a la vigilancia, a estar atentos a su venida. Nos dice que no dejemos apagar nuestra lámpara. Así como una lámpara se apaga si no tiene aceite, así se apaga la ilusión y la esperanza si carecen de fe. Debemos estar atentos y contentos porque, a la hora menos pensada, vendrá el Señor.
Hermanos y hermanas, el Evangelio de hoy no es el Evangelio del miedo, sino el Evangelio de la responsabilidad y de la alegría en la espera del “día del Señor”, como se ha dicho. Lo importante es que los acontecimientos de nuestra vida, ya sean alegres o sean tristes, alimenten nuestra “lámpara” para que no se apague la luz que nos conduce por el camino de Dios hacia el Reino. Amén.

sábado, 29 de octubre de 2011

CATEQUESIS DOMINICAL

XXXI DOMINGO DEL TIEMPO DEL ORDINARIO. Ciclo A.

JESÚS PREDICA LA HIPOCRESÍA DEL QUE HABLA Y NO HACE
Ideas principales de las lecturas de este domingo:
- 1ª Lectura: Malaquías 1,14-2, 2.8-10: Os apartasteis del camino y habéis hecho tropezar a muchos en la ley. El profeta, en el siglo V antes de Cristo, lanza un duro ataque a los sacerdotes de su época, por lo mal que realizan el culto y el mal ejemplo que dan en su vida. Buscan su propia gloria en vez de la de Dios.
- 2ª Lectura: I Tesalonicenses 2,7-9. 13: Deseábamos entregaros no sólo el Evangelio de Dios, sino hasta nuestras propias personas. Pablo refleja en esta lectura el aprecio que tiene por la comunidad de Tesalónica y les recuerda que no les ha transmitido palabras de hombre, sino la Palabra de Dios.
- Evangelio: Mateo 23,1-12: No hacen lo que dicen. Jesús reprocha a los escribas y fariseos su afán de ostentación y de no cumplir lo que enseñan.

Queridos hermanos y hermanas en Cristo: La palabra de Dios tiene hoy un peligro. ¿A quién va dirigida la Palabra hoy? Más de uno puede pensar que hoy les toca a los ministros de la Palabra y a los demás a descansar este fin de semana. Este peligro está ahí, sobre todo cuando dice la primera lectura “Y ahora os toca a vosotros, sacerdotes”. O los ataques de Jesús a los fariseos al inicio del evangelio. Hoy le toca a los curas, habrá pensado más de uno.
Nada menos cierto que esto. El evangelio nos dice quiénes son los destinatarios: “En aquel tiempo Jesús habló a la gente y a sus discípulos”. Por tanto, los destinatarios de la Palabra hoy son la “La gente y sus discípulos”. Es decir, tú y yo, todos: sacerdotes, diáconos, seminaristas, catequistas, que predicamos la Palabra de Dios. Responsables de grupos religiosos, como las hermandades, que tenemos que proponer un mensaje de salvación a la gente, viviendo lo que decimos. Padre y madres de familia, guías religiosos de nuestras casas. Cristianos todos, que tenemos que ser luz, sal y fermento de los demás. Y nadie nos creerá si vivimos una fe en el templo y en la calle contradecimos esa fe con nuestro comportamiento. “Muchos golpes de pecho y, después, son los peores”, nos dicen.
Jesús en el Evangelio de hoy quiere imprimir en nosotros el carácter que debemos tener los que estamos al frente de las comunidades eclesiales, familiares, de asociaciones y de hermandades: un servicio a la comunidad. En la Iglesia, familia y hermandad (religiosa) no cabe que unos estemos sometidos a otros, sino que todos estemos al servicio y al bien de los demás. Por ello Jesús hace una llamada a quienes tienen una misión (sacerdotal) que realizar para que no se consideren maestros, jefes, padres; sino que sean servidores, amigos, hermanos. Todos vamos embarcados en la misma nave y debemos ayudarnos para llegar, felizmente, a la Casa del Padre. La comunidad cristiana no se funda en títulos y en honores, sino en la fraternidad, que nace del hecho de tener un Padre común y seguir a Jesús.
Para cumplir esto en nuestra vida, Jesús insiste y nos invita a no caer en la incoherencia de “no hacer lo que decimos”; en la doble medida propia y ajena, “exigiendo a los demás lo que no estamos dispuesto a cumplir”; en la ostentación religiosa, “apareciendo en la Iglesia y actos religiosos solo para que nos vea la gente”; y en el afán de mandar, “queriendo ser siempre el primero en lugar de ser el servidor” de todos.
Queridos hermanos y hermanas, todo esto lo evitó Nuestra Madre, la Virgen. Por eso le tenemos en la Iglesia como modelo de coherencia, de justicia, del silencio interior, de humildad y de servidora. Amén.

viernes, 21 de octubre de 2011

CATEQUESIS DOMINICAL


XXX DOMINGO DEL TIEMPO DEL ORDINARIO. Ciclo A.

¿ES PRECISO ALEJARSE DE LOS HOMBRES PARA ENCONTRAR A DIOS?



Ideas principales de las lecturas de este domingo:
- 1ª Lectura: Éxodo 22,21-26: Compromiso con los débiles. El Éxodo recuerda la verticalidad del amor a Dios, pero exige la horizontalidad amando sus cosas, especialmente la obra predilecta de sus manos: los hombres. Dios, siempre compasivo, encenderá su ira si abusamos de los débiles, que son sus preferidos. Muchas veces nos comportamos débiles ante los fuertes y fuertes ante los débiles. En la lectura se mencionan normas referentes a la justicia social con relación con el prójimo.
- 2ª Lectura: I Tesalonicenses 1,5c-10: Contagio del evangelio. Pablo recuerda a los cristianos de Tesalónica los inicios de su evangelización, cuando entre dificultades acogieron la Palabra y abandonaron los ídolos y aceptaron al verdadero Dios. Pablo con los tesalonicenses actuó siempre movido por la caridad. Ellos siguieron el ejemplo del Señor y de Pablo. El Apóstol desea que sigan siendo modelos de fe y de amor para que la Palabra continúe siendo anunciada.
- Evangelio: Mateo 22,34-40: Síntesis del Evangelio. Jesús resuelve la polémica teórica que existía entre los judíos. Discutían cuál es el mandamiento principal de la Ley. El Maestro responde a los fariseos, diciendo que el amor a Dios y al prójimo son tan semejantes entre sí que se reducen a un solo precepto.

Queridos hermanos y hermanas en Cristo: El evangelio de este domingo empieza diciendo que los fariseos se acercaron a Jesús para ponerlo en apuros mediante una pregunta que entrañaba malicia. Hoy, a nosotros, nos resulta difícil entender la malicia que llevaba consigo la pregunta que hicieron los fariseos. La cosa se comprende si tenemos en cuenta que los rabinos establecieron una distinción entre mandamientos “grandes” y “pequeños” de la Torá (la Ley de Dios). Había, pues, entre los entendidos de la Ley fuertes controversias sobre cuál era el precepto “más grande”. Pronunciarse sobre este asunto era enfrentarse a grupos influyentes de entonces.
Jesús responde citando un texto fundamental para los judíos, que era recitado cada día como parte del Shemá Israel (Escucha Israel). Desde niños aprendieron a recitar el mandamiento principal: amarás a Dios con todo tu corazón, con toda tu mente, con todas tus fuerzas,… Es el mandamiento principal de la Ley al que Jesús le pone un matiz que lo hace nuevo y aún más profundo. Quizás, la respuesta de Jesús a los fariseos les tapó la boca, pues les recordó otra ley que, en definitiva, es la prueba de la anterior: amarás al prójimo como a ti mismo.
Hermanas y hermanos, a nosotros mismos, habitualmente, nos amamos mucho. Esta ley, dice Jesús, es similar a la primera. No puede haber amor a Dios sin amor al prójimo. Está bien amar a Dios, pero ¿cómo amar a Dios a quien no vemos si no amamos al prójimo a quien vemos? Así nos lo ha recordado también nuestro Papa Benedicto XVI, en su Encíclica Deus caritas est. Amar a Dios y amar al prójimo son las dos caras de la misma moneda. Si falta una de ellas, la moneda es falsa, no sirve.
Actualmente abundan los libros sobre autoestima. Ciertamente, hay que quererse uno mismo. Es necesario hacerlo, pero sin perder la perspectiva de que la realización de uno mismo pasa por la de los demás. La heteroestima (amor al otro) es el mejor antídoto contra la falsa autoestima (amor a uno mismo). Podemos vivir esta exigencia del amor al prójimo de muchas maneras en nuestra vida real; algunas de ellas ya nos la propone el libro del Éxodo, en la primera lectura, “no oprimir al forastero, no explotar al pobre, no aprovecharse del prójimo”.
Es la bondad y la misericordia de Dios para con todos sus hijos el fundamento del amor a los demás, especialmente a los más necesitados. La gravedad de esta exhortación se descubre en los mensajes de Benedicto XVI para la Jornada Mundial de las Misiones de este año: "La evangelización es un proceso complejo y comprende varios elementos. (…) Al anunciar el Evangelio, la Iglesia se toma en serio la vida humana en sentido pleno. No es aceptable, reafirmaba el siervo de Dios Pablo VI, que en la evangelización se descuiden los temas relacionados con la promoción humana, la justicia, la liberación de toda forma de opresión, obviamente respetando la autonomía de la esfera política. Desinteresarse de los problemas temporales de la humanidad significa ignorar la doctrina del Evangelio acerca del amor al prójimo que sufre o padece necesidad”.
El lema de la Jornada, “Así os envío yo”, debe sonar en nuestros oídos de una forma personal: el Señor nos envía, a nosotros y a nuestra comunidad cristiana, a ser en medio del mundo los testigos luminosos que, por el amor cristiano, den testimonio de Dios. es un camino en el que existe la tentación de optar por lo fácil (abandonar la misión, caer en la rutina, no implicarse a fondo, etc.). Sólo la llamada de Dios hace siempre nueva la misión, el escuchar en envío de sus labios. Jesús renueva su confianza cada día y cada día es nueva la llamada y en el envío. Un cristiano y una comunidad cristiana que viven así son misioneras, pues tienen el impulso del Espíritu para actualizar su amor y poder plasmarlo en palabras y hechos, como desea el Papa: “Que la Jornada Mundial de las Misiones reavive en cada uno el deseo y la alegría de ir al encuentro de la humanidad llevando a todos a Cristo” como María lo llevó. Amén.

Actividades Parroquiales

XVII PEREGRINACION PARROQUIAL A FATIMA

Los próximos 22 y 23 de Octubre, tendrá lugar la ya tradicional peregrinación parroquial al Santuario de Fátima (Portugal), encabezada por nuestro Párroco D. Jesús Rafael Edu Echama Ayama, que presidirá la Eucaristía del sábado en la Capelinha.
Como cada año, esperamos que sean unas jornadas de fraternidad, oración y amor a María, ante la que imploraremos que interceda para continuar el camino de fe en nuestra Parroquia.

domingo, 16 de octubre de 2011

Actividades Parroquiales

SEMANA DE LUCHA CONTRA LA POBREZA.

Del 10 al 17 de Octubre se celebra, como otros años, la semana de Lucha contra la Pobreza. Pese a la situación de crisis por la que atravesamos no podemos olvidar las cuestiones de Co-Desarrollo, ni olvidar que una parte importante del planeta lleva excluida y en condiciones de pobreza absoluta demasiado tiempo ya...

Por eso se hace más urgente que nunca exigir que mantengamos la mirada puesta en el Sur, para evitar que la salida de esta crisis la hagamos, otra vez, a costa de esos pueblos.

En todo el mundo se han convocado algunos actos para poner de manifiesto nuestra preocupación por la situación de estos países, por los recortes que se están haciendo en Cooperación al Desarrollo. Creemos que otro munco es posible, pero no vendrá sin que lo impulsemos...

Te invitamos a las actividades que se van a realizar en nuestra Parroquia:
ORACIÓN COMUNITARIA: Lunes 17 de Octubre, en la Parroquia a las 7.30 de la tarde, oración solidaria con la situación de hambruna que padecen tantos pueblos del mundo, organizada por el Equipo de Cáritas Parroquial.

CATEQUESIS DOMINICAL

XXIX DOMINGO DEL TIEMPO DEL ORDINARIO. Ciclo A.

EL CÉSAR Y DIOS. LA IGLESIA Y LA AUTORIDAD CIVIL.

Ideas principales de las lectura de este domingo:
- 1ª Lectura: Isaías 45,1.4-6: El preanuncio del Mesías. EL rey de los persas, Ciro, es un personaje providencial para Israel. Con su decreto del año 538 a.C. concede a los israelitas volver a su patria después del duro destierro. El profeta Isaías ve en Ciro un “mesías” de Dios que ayuda a su pueblo. Pero, a la vez, ve en él al verdadero Mesías.
- 2ª Lectura: Tesalonicenses 1,1-5b: Las virtudes cristianas. Comienza la carta de san Pablo a los tesalonicenses. El Apóstol se centra en la venida definitiva del Reino. Cuando vuelva el Señor triunfará definitivamente, pero mientras tanto se debe intensificar la fe, esperanza y caridad para dar prueba de fortaleza en las dificultades.
- Evangelio: Mateo 22,15-21: El César y Dios. Cuando Jesús predicaba, Israel estaba bajo el dominio de Roma y debía pagar los correspondientes impuestos. Algunos se conformaban con esta situación dramática, otros, por el contrario, se rebelaban contra ella. Es una ocasión propicia para que los enemigos de Jesús le preguntaran si deben o no pagar el tributo.

Queridos hermanos y hermanas en Cristo: “Dad, pues, al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios”. Esta frase de Jesús en el evangelio de hoy es de las más conocidas de la Biblia. Se utiliza mucho en la vida cotidiana para decir simplemente que a cada lo suyo, pero en boca de Jesús tiene un significado más concreto que el que le damos. Mateo coloca esta anécdota como continuación de las lecturas de los domingos anteriores, en las que se viene hablando de la Iglesia que Jesús iba a fundar.
El impuesto al césar recordaba a los judíos que eran un pueblo dominado por los paganos, por Roma. Y esto era una ofensa al pueblo de Dios. Los saduceos (colaboracionistas de Roma) no tenían inconveniente en pagar y someterse a un poner que los privilegiaba, los fariseos lo hacían de mala gana y los zolotes se negaban en absoluto. La pregunta, pues, ponía a Jesús entre los saduceos y los zelotes, entre César y el pueblo, entre Dios y el poder temporal.
A cada uno lo suyo. Aunque Jesús no dice expresamente qué es del César y qué es de Dios, parece claro que no todo es del César ni todo es de Dios. En este sentido Jesús limita cualquiera exageración, cualquier fanatismo; pone coto a cualquier absolutismo y recorta la autoridad del Estado; el Estado no lo es todo, no lo debe decidir todo, no es el paradigma del bien y del mal. Pero también critica cualquier clericalismo que pretenda mezclarse en las decisiones temporales. El que cada institución se ocupe de lo suyo no significa separación ni enfrentamiento ni olvido, sino respeto y colaboración mutua.
Queridos hermanas y hermanos, lo que realmente a Jesús le importa es, sobre todo, dar a Dios lo le toca, por mucho César que haya. Es importante el gobierno humano y las instituciones, pero Dios también es importante, porque su reinado no tiene fin. Jesús no llevaba la moneda ni la insignia del César colgada a su cuello. Él lleva grabada en su corazón la imagen de Dios. Esa es la que le importa y la que quiere hacernos recordar. Lo importante es Dios. Las monedas cambian, se quedan atrasadas, pierden valor… como los poderes de este mundo. La imagen de Dios, sin embargo, permanece en los que hemos recibido el Espíritu Santo. No hay varios señores para los creyentes. No ha de haberlos. Él es el Señor y no hay otro. Amén.

domingo, 9 de octubre de 2011

CATEQUESIS DOMINICAL


XXVIII DOMINGO DEL TIEMPO DEL ORDINARIO. Ciclo A.
LA INVITACIÓN RECHAZADA


Ideas principales de las lecturas de este domingo:
- 1ª Lectura: Isaías 25.6-10A: El banquete festivo del futuro. El profeta Isaías, ocho siglos antes de Cristo, proclama su apocalipsis: habla que Dios preparará un banquete mesiánico con manjares enjundiosos y vinos generosos. En adelante esta imagen servirá para expresar la esperanza de un mundo fundamentado en la paz y en el gozo.
- 2ª Lectura: Filipenses 4,12-14, 19-20: La recompensa del Señor. Pablo en la cárcel recibe un regalo de sus preferidos, los Filipenses. Al final de su carta, Pablo agradece a la comunidad de los filipenses la ayuda material que le han enviado. Aunque desprendido de todo, les aplaude su gesto de cariño y amor. Dios les premiará su gesto.
- Evangelio: Mateo 22,1-14: El banquete para todos. La parábola de Jesús tiene resonancias escatológicas del Reino y es una llamada a secundar la invitación a las bodas. El vestido nupcial es el vestido que el Señor regala en el bautismo y confirmación. Es el vestido de la gracia. El banquete es símbolo y realidad de la salvación ofrecida por el Señor.

Queridos hermanos y hermanas en Cristo: Cada domingo la Iglesia nos propone un tema de vida cristiana para reflexionar sobre él e ir fundamentando nuestra fe. Hoy tenemos otra parábola preciosa. El Reino de Dios (Iglesia) es un festín, un banquete de bodas, una fiesta. Hoy Jesús nos va a dar su idea sobre la Iglesia que quería fundar.
En un mundo cargado de problemas como el que vivía Jesús, en un país oprimido por el Imperio romano y en un mundo como el que estamos viviendo con tanta gente triste, amargada y deprimida por los problemas personales, familiares, laborales, políticos, económicos…, las palabras de la Eucaristía de hoy suenan extrañas para el no-creyente y cargadas de esperanza para el que cree. Ya que todo el mundo no ve en la Misa una fiesta alegre. Para los no creyentes o creyentes-no-practicantes, “la Misa es aburrida y no sirve para nada”; y para los creyentes (practicantes), unos van a la Misa para hablar con Dios, para contarle sus penas y otros para ver cómo los demás participan (activamente) bien proclamando la palabra Dios, bien cantando al Señor, o bien comulgando. No siempre disfrutamos en la Misa como si de una fiesta se tratara.
La parábola de la “invitación a la boda” nos debe mover hoy a revisar nuestras ideas sobre la celebración eucarística. Jesús, el Señor, sigue enviando hoy a sus criados para avisar a los convidados a entrar en el banquete del Reino, esto es, en la Iglesia, en la Misa, en las actividades parroquiales, y los comensales siguen rechazando la invitación anteponiendo otros proyectos y programas rentables para ellos: las tierras, los negocios, la casa, los niños, las visitas, los afanes de la vida. En fin, no hay tiempo para Dios porque no nos sobra y para Dios es sólo lo que sobra.
Mis queridos hermanos, en esta invitación gratuita que nos formula Jesús a través de sus criados, que pueden ser nuestros amigos/as, vecinos/as, catequistas, el cura de tu parroquia…, es Dios quien nos ofrece la salvación y la felicidad. Nosotros somos libres de aceptar o no esta magnífica invitación. Hablar de felicidad y salvación hoy es hablar de lo que aspira toda persona. Algunos buscan la salvación y la felicidad en cosas que no pueden salvar y que, ciertamente, no ofrecen una felicidad permanente. El Señor llama hoy a su banquete, a aquel lugar en el que somos felices en su presencia. Vivir alejados de su presencia es vivir alejados de la salvación y de la verdadera felicidad. Rechazar la invitación es poco inteligente. Sentados a su mesa, nos encontramos con él y recibimos de él lo que en verdad buscamos y necesitamos. Amén.

domingo, 2 de octubre de 2011

CÁRITAS: Encuentro Diocesano de Voluntariado

LAS COSAS IMPORTANTES SE HACEN CON EL CORAZÓN


Cáritas es una organización de voluntariado: esto significa que la mayor parte de sus tareas y actividades se sostienen sobre el compromiso gratuíto y generoso de miles de personas, que a lo ancho de la provincia gestionan los espacios de acogida, los centros, las acciones de sensiblización... Son la gran riqueza de Cáritas, su soporte más genuíno, su rasgo de identidad.
El encuentro está dirigido fundamentalmente para las personas voluntarias de los equipos parroquiales, voluntarios de los centros de Puerta Abierta y de la Casa Santa Maria.
Animamos a que la participación de voluntariado por cada Cáritas parroquial sea lo más representativa posible y juntos continuemos en nuestro caminar para hacer parroquias "cercanas, serviciales y creíbles". (PDE).

Villaonuba (Fuenteheridos)

22 de octubre de 2011 de 10 de la mañana a 18 h

sábado, 1 de octubre de 2011

CATEQUESIS DOMINICAL


XXVII DOMINGO DEL TIEMPO DEL ORDINARIO. Ciclo A.

LA IMAGEN DE LA VIÑA


Ideas principales de las lecturas de este domingo:
- 1ª Lectura: Isaías 5,1-7: La viña ingrata. En el siglo VII antes de Cristo, Isaías, profeta y personaje en la corte del rey de Israel en Jerusalén, reacciona contra la inmoralidad reinante y por el desprecio de la Ley. Denuncia la situación del pueblo de Dios y expone la imagen de la viña que produce solamente agrazones. Es un canto de amor por parte de Dios y un rechazo por parte de su pueblo.
- 2ª Lectura: Filipenses 4,6-9: Pablo recomienda a la comunidad. Pablo hace una serie de recomendaciones a los cristianos de Filipos. Describe cómo debe ser la comunidad que quiera ser fiel al Señor. La comunidad debe estar abierta al futuro viviendo en paz y en la acción de gracias, y buscando siempre lo que es noble y puro.
- Evangelio: Mateo 21,33-43: La nueva viña, nuevos frutos. Jesús propone una parábola dramática que resume la historia de su pueblo. Su muerte es el punto central de la historia en el que se encuentran los antiguos y nuevos viñadores. Las palabras de Jesús son duras. Se plantará una nueva viña que producirá frutos. Los frutos son las obras de justicia y de santidad.

• Queridos hermanos y hermanas en Cristo: La liturgia de la palabra de este domingo XXVII del Tiempo Ordinario nos presenta una de las facetas de la historia de la salvación; en este caso, la suerte que han corrido los profetas, enviados de Dios a su pueblo (viña). La historia del profetismo, ayer y hoy, está teñida de sangre, sufrimientos e incomprensiones. Desde el antiguo Israel encontramos muchos profetas, enviados por Dios a llevar su Palabra a sus paisanos y que su vida ha acabado brutalmente en la muerte, tal es el caso de
- Amós que murió asesinado de un mazazo por el hijo del sacerdote Amasías.
- Miqueas que murió despeñado por el hijo del rey Jorán.
- Isaías que murió cortado en dos.
- Jeremías que murió apedreado en Egipto.
- Ezequiel que murió asesinado en Babilonia por el jefe del pueblo.
- Zacarías degollado por Joas.
- Juan Bautista, degollado por Herodes.
- Finalmente Jesucristo que murió crucificado en tiempos del Poncio Pilato.
Y podemos seguir nombrando gente de nuestros veintiún siglos del cristianismo. ¡Cuántos profetas muertos o condenados al silencio, que es la peor muerte que puede sufrir un profeta…! Todos los días mueren los profetas…
• Cuando los sumos sacerdotes y los ancianos del pueblo escucharon esta parábola de la viña del evangelio de hoy, se dieron por aludidos, y comprendieron perfectamente el significado de la misma, pues el canto de Isaías de la primera lectura formaba parte de su patrimonio espiritual.
• Jesús no hace sino actualizar para ellos la imagen de la viña haciendo de ella algo transparente: hay una viña y un viñador. El Reino de Dios y el Dios del Reino se manifiesta en Jesús, a quien ellos desprecian. Los sabios y entendidos desprecian al que es la piedra angular. Desprecian al mensajero del Reino y lo hacen porque no pueden aceptar el mensaje de amor de la Buena Noticia.
• El Reino de Dios -la viña- ha sido ya sembrada en nosotros, mediante los sacramentos recibidos (Bautismo, Comunión, Confirmación, Matrimonio, Orden sacerdotal…) y las responsabilidades que tenemos en nuestras comunidades humanas y cristianas. Y la viña nos ha sido dada para que la cultivemos, la cuidemos y la hagamos crecer. ¡Cuánto abono ha echado el Señor en nosotros! ¡Cuántas ocasiones de gracia: catequesis recibidas, sermones escuchados, rosarios rezados, visitas a la Virgen…! Hoy la pregunta es: ¿Hemos aprovechado esta iniciativa divina a favor nuestro?
• No hemos de entorpecer la acción de Dios en su viña -que no es nuestra-, sino que colaboremos para que, cuando venga el viñador, que es él mismo, los frutos estén en su sazón. El viñador vela por su viña, pero necesita de la colaboración humana, de la buena voluntad de los que creen en él de verdad. Amén.

ACTIVIDADES DE LA DIOCESIS

Inicio del Curso Pastoral 2011/2012.
Bajo el lema "Unidos y en la misma dirección", y con la celebración el próximo 6 de octubre a las 20'00 h. en la Santa Iglesia Catedral de la Santa Misa de Apertura del Curso Pastoral 2011-2012 presidida por nuestro obispo José Vilaplana Blasco, dará comienzo, de manera oficial, el segundo año del actual Plan Diocesano de Evangelización. El objetivo general para este año será intensificar la implantación del PDE en la Diócesis: motivando a los párrocos y agentes de pastoral para que asuman este proyecto diocesano de renovación de las parroquias; ampliando la información sobre su contenido pastoral al Puebonlo de Dios; y prestando, a nivel diocesano, arciprestal y parroquial, los recursos y medios necesarios para tal fin.

Grupos de Lectura Creyente de la Palabra.
Un año más, se pone en marcha los grupos de LCP que, en esta ocasión profundizarán en el cuarto evangelio bajo el título ‘El amor entrañable del Padre’. Las actividades del curso darán comienzo con la formación de los monitores que van a trabajar este curso todos los materiales, en nuestro Arciprestazgo de la Sierra, tendrán lugar los días 8 y 9 de octubre (sábado mañana y tarde, y domingo por la mañana) en la Hospedería Reina de los Ángeles de Aracena.

Apertura del Curso en el Seminario Diocesano.
El Seminario Diocesano celebrará la Solemne Apertura del Curso Académico 2011-2012, el lunes día 3 de octubre, a las 19 horas en dicho centro. El acto se iniciará con la Santa Misa de Espíritu Santo, presidida por el nuestro Obispo, José Vilaplana Blasco. A su conclusión, tendrá lugar el acto académico con el saludo de bienvenida por el Ilmo. Sr. Rector, D. Pedro Carrasco Chacón, que procederá a la Lectura de la Memoria de Actividades del curso 2010-2011. Y la lección Inaugural a cargo del Prof. Y Dr. Rvdo. D. Ángel Manuel Rodríguez Castillo, Profesor del Seminario Diocesano de Huelva, que versará sobre “El sacerdote como personaje literario”.

Bodas de Plata de las Hermanas de la Providencia en Almonaster la Real.
El pasado jueves 29 de septiembre, la comunidad parroquial de San Martin de la localidad serrana de Almonaster La Real celebró las bodas de plata de la presencia de las Hermanas de la Providencia y su servicio a este pueblo. Entre sus muchas actividades, las Hermanas de la Providencia trbajan en el servicio de la catequesis, la promoción de la mujer, actividades litúrgicas o la pastoral de acción social…

Casa Hogar 'Cristo Roto' de Gibraleón: 25 años de servicio al discapacitado.
La Casa Hoga 'Cristo Roto', perteneciente a la Asociación de Obras Cristianas de Gibraleón, celebrará el próximo 4 de octubre 25 años de servicio de los discapacitados, con la celebración de la Santa Misa, presidida por nuestro obispo, José Vilaplana Blasco, a las 12'30 en la Iglesia Parroquial de Santiago Apóstol de la localidad olontense.

sábado, 24 de septiembre de 2011

CATEQUESIS DOMINICAL

XXVI DOMINGO DEL TIEMPO DEL ORDINARIO. Ciclo A.

NO EL QUE DICE… SINO EL QUE HACE

Ideas principales de las lecturas de este domingo:
- 1ª Lectura: Ezequiel 18,25-28: La propia responsabilidad. Ezequiel compara la conducta del justo y del malvado. El mensaje del profeta es esperanzador: invita a confiar en la bondad y el perdón de Dios. Cada uno es responsable de sus actos y no puede escudarse en el grupo al que pertenece. A veces se culpa a Dios de posturas que no cuadran en nuestros esquemas. Ante Dios cuenta el bien o el mal que se hace.
- 2ª Lectura: Filipenses 2,1-11: Las actitudes cristianas. Pablo exhorta a que tengamos entre nosotros los mismos sentimientos de Cristo, manteniéndonos unánimes y concordes con un mismo amor y un mismo sentir. Jesús, obediente al Padre, se hizo esclavo y aceptó la muerte por el amor a sus hermanos.
- Evangelio: Mateo 21,28-32: La obediencia del hijo. Es fácil decir “sí”, pero no es suficiente, es necesario cumplir la palabra dada. La hipocresía daña, y la responsabilidad engrandece. Jesús fue el primero en cumplir y, luego, enseñó hacer lo mismo. Fue el primero en decir “sí” al Padre y aceptó libre y responsablemente todas sus consecuencias. Quien cumple el “sí” se salva.

Queridos hermanos y hermanas en Cristo: El tema de la Palabra de Dios de este domingo XXVI del Tiempo Ordinario es la necesidad de la conversión para agradar a Dios y Él nos responderá a todos nuestros interrogantes. Todos, sin excepción, “tenemos problemas sin solución y preguntas sin respuesta”. Algunos prefieren cerrarse y vivir como si no les pasara nada en su existencia, y otros, ante la impotencia, prefieren culpar a los demás y, en el peor de los casos, a Dios. De esto nos habla el profeta Ezequiel en la primera lectura, contestando a sus compatriotas que se quejan del mal comportamiento de Dios. Ezequiel sale en defensa de Dios: “no es Dios el injusto, sino vosotros al haberos apartado de Él”, les dice.
Efectivamente, esa gente que tiene problemas y busca respuesta a muchos interrogantes, lo que busca en el fondo es el sentido de la vida. Muchos vivimos sin sentido; y echamos la culpa a los demás y a Dios. Ahora es hora de que nos preguntemos, a modo de examen de conciencia, ¿cómo nuestras vidas van a tener sentido si el sentido de la vida se lo tiene que dar la cercanía a Dios y a los hombres y mujeres de Dios como punto de referencia y respuesta a todos los interrogantes que la vida plantea?
Lo que habrá que hacer en este caso es creer y convertirse a Dios, es decir, estar cerca de él. Hemos de escuchar esta palabra que Dios nos regala clave de conversión. Y la parábola de hoy va dirigida no a los fariseos, sino a cada uno de nosotros, y, en especial a los que tenemos el encargo de guiar humana y espiritualmente a los demás: obispos, sacerdotes, catequistas, padres y madres de familia.
Hoy esta parábola nos habla del compromiso, de la facilidad de palabra y de lo que cuesta atenerse a ella; de cómo hay unos que aceptan el reino incluso pareciéndolo rechazar y cómo otros que parece que lo aceptan, en el fondo pasan de largo. Esta parábola es una llamada a la fidelidad. No es simplemente una llamada a la claridad y a la coherencia, sino a la auténtica fidelidad. La fidelidad auténtica es la fidelidad del corazón. La boca a veces dice palabras que se las lleva el viento. Jesús nos llama al corazón. Él nos invita a entrar en el Reino y participar en el trabajo de la viña. No valen las medias tintas ni las falsas adhesiones. Ante Él no cabe aparentar una adhesión que no se traduce en la vida práctica. Por eso, muchos otros, los que aparentemente son despreciados a los ojos humanos preceden, llevan la delantera a los que falsamente parecen cumplir la voluntad de Dios. Amén.

Desde tu Parroquia

UN NUEVO CURSO PARROQUIAL

Iniciamos un nuevo curso parroquial, con ilusión y esperanza se programarán actividades que nos ayuden a seguir creciendo en nuestra fe. Dentro del Plan Diocesano de Evangelización 2010-2014, la renovación de la Parroquia es objetivo prioritario, pero es un objetivo que nos incumbe a todos. Por ello os dejamos algunas pistas, para colaborar en el el proyecto y hacer que la Parroquia sea nuestra familia, como dice el lema del Plan.

Pistas para un nuevo curso Parroquial:

1. “Una iglesia unida que ora, es el peor problema para el infierno. ¿Vamos a darle lugar al diablo?" Leonard Ravenhil. Abramos las iglesias para la oración personal. Un buen equipo de voluntarios será otro grupo más en la parroquia.

2. Recordad que la educación depende de la formación del corazón. Don Bosco. Formemos a los agentes de pastoral de nuestra parroquia. Animemos a nuestros catequistas y fieles a tomar parte de algunas iniciativas en el conocimiento de la fe católica.

3. No se pueden hacer dos cosas al mismo tiempo. De igual sentido es la frase de “ser el padrino y el novio”. Compartamos y repartamos responsabilidades: es mejor que muchos hagan poco a que, sólo algunos, hagan todo.

4. La palabra es plata y el silencio es oro. Refrán. Recuperemos el gusto por el silencio en el templo. Cuidemos el antes y el después de cada celebración litúrgica. Que la preparación de la mesa no nos impida gustar del Misterio que vamos a celebrar.

5. Si tienes mucho, da mucho; si tienes poco, da poco: pero da siempre. Anónimo. Valoremos y potenciemos mucho más la cáritas parroquial. Una parroquia sin dimensión caritativa es un cuerpo al que le falta un importante miembro: la caridad.

6. “El gozo del Señor es mi fortaleza”. Anunciemos con alegría el mensaje cristiano. Cuidemos el adorno externo e interno de nuestras iglesias. Una imagen vale más que mil palabras y, con imágenes, podemos llevar y sembrar un poco de esperanza. ¿Cuidamos el repertorio musical?

7. La responsabilidad es uno de los valores y pilares más fuertes del éxito. La fe nos exige implicación con Dios, con los demás y con nosotros mismos. ¿Damos opción a los que nos rodean a sentir la Iglesia como algo suyo, como algo en la que pueden invertir su tiempo y sus dones?

8. La eucaristía es medicina de inmortalidad, antídoto contra la muerte (S.I. Antioquía). Una comunidad, sin eucaristía, se convierte en un grupo social. Celebremos la eucaristía con más tranquilidad. Sin prisas. Sin pausas. Sabiendo que, su valor, es infinito.

9. La cualidad indispensable para un buen cocinero es la puntualidad, pero es también la de los invitados (A.Brillat-Savarín). Escuchar la Palabra de Dios (íntegramente), prepararnos interiormente y exteriormente al Sacramento de la Eucaristía (por respeto a Dios y a los demás) nos exige puntualidad.

10. Un amigo es siempre una casa abierta a la amistad. La parroquia no es una simple estación dispensadora de sacramentos. Es un hogar donde nuestras almas y corazones se hacen grandes y se ponen en comunión plena con Dios y también con los demás.

¡Tu también eres Parroquia. Participa.!

sábado, 17 de septiembre de 2011

CATEQUESIS DOMINICAL


XXV DOMINGO DEL TIEMPO DEL ORDINARIO. Ciclo A.

LOS PRIMEROS Y LOS ÚLTIMOS


Ideas principales de las lecturas de este domingo:
- 1ª Lectura: Isaías 55,6-9: EL hombre frío y calculador alimenta en su corazón rencores y perdona poco; mide a los demás con su propia medida e incluso al mismo Dios. Habla de números en sus relaciones con los otros y su teología se convierte en contabilidad. En cambio, el método de Dios es distinto: llama al hombre a rectificar sus actitudes, lo invita a ajustarse a los planes divinos y caminar por la senda de la justicia, del amor y de la fraternidad. Los caminos de Dios no son muchas veces nuestros caminos.
- 2ª Lectura: Filipenses 1,20c-24.27a: Pablo, encarcelado y en perspectiva de martirio, está seducido por Cristo. Por otra parte, le tira quedarse ejerciendo el apostolado para continuar su misión de evangelizador. Se pone en manos del Señor y, mientras tanto, madura su vida para la muerte en espera de la vida nueva.
- Evangelio: Mateo 20,1-16: Se criticaba a Jesús de ser bueno con los pecadores; hablaba y comía con ellos. Y Jesús narra la parábola de los jornaleros de la viña y termina pagando a todos lo mismo. La justicia de Dios va siempre adornada por la misericordia. ¿Tendremos envidia porque Él es bueno? Las aparentes contradicciones de Dios han de interpretarse bajo la clave del amor inmenso que Él nos tiene.

Queridos hermanos y hermanas en Cristo: El evangelio de este domingo XXV del Tiempo Ordinario, como el pasado, trae una parábola larga, que nos ayuda a pensar en nuestra vida cristiana. Es una parábola del Reino, por lo tanto de la Iglesia. Si la del domingo pasado la calificábamos de “exagerada”, a ésta la podemos etiquetar de “extraña”. Resulta extraño y sorprendente el proceder de Dios, representado por aquel señor “injusto” que no tiene en cuenta los sudores de todo un día trabajando en su viña. Vamos a pensar sobre ella y veremos cómo no es el proceder de Dios el que es injusto, sino que los caminos de Dios no son nuestros caminos. La calculadora de Dios no coincide con la nuestra. Sus cuentas son otras. Sus caminos son otros caminos distintos y distantes de los nuestros.
La parábola resulta extraña porque la leemos desde criterios humanos. El salario debe estar en consonancia con el trabajo. Lo demás es un atropello a la justicia retributiva. Creemos, desde el punto de vista humano, que el dueño debía haber buscado otra forma a la hora de pagar a los trabajadores. Por ejemplo, pagar por horas o, al menos, haber tenido la prudencia de pagarles aparte. Cualquier cosa menos provocar al personal. Jesús siempre es un provocador: curaba en sábado, salvó a la adúltera del apedreamiento, comía con publicanos, etc. Pero lo cierto es que tanto las palabras como las acciones de Jesús buscaban la fe de sus oyentes y el arrepentimiento de los que estaban en pecado (abierto y encubierto). Con ello, Jesús incitaba a todos a “buscar a Dios”; que todos dejasen los caminos hasta ahora transitados y buscar los caminos de Dios y sus planes era su última intención. Unos tenían que dejar los caminos del error y del pecado y otros los caminos de la discriminación y de la condena fácil.
Hermanas y hermanos, nosotros los cristianos viejos y asiduos a las celebraciones eucarísticas, tendremos nuestra paga, el ciento por uno, pero Dios está dispuesto a darle la misma paga al que llegó a última hora, pero con una única condición: que trabaje con ilusión de sentirse llamado. ¿No sería que estos últimos pusieran más ilusión en su trabajo, y fue esto lo que movió el corazón del dueño de la viña? Que sepamos también que la justicia de Dios supera, con la misericordia, a la justicia humana. No tengamos envidia de la bondad de Dios. Alegremos de que sea bueno con todos y que a todos, incluso a los que están lejos (de la Iglesia), les vaya bien. También en este punto Dios se nos presenta como provocador. A veces, parece4 que cuanto pero es uno, mejor le van las cosas. No es así. Dios es Padre y hace llover sobre buenos y malos, para justos e injustos. Dios es muy viejo y conoce muy bien su oficio, y no debemos discutirle lo suyo. Convenzámonos de que el cristiano es el hombre llamado a vivir una vida digna del evangelio en que ha creído. Para ello tiene que buscar los caminos de Dios en su Palabra, en la liturgia y en la comunidad. Muchas veces no los entenderá, pero debe adaptarse a ellos. Amén.

sábado, 10 de septiembre de 2011

CATEQUESIS DOMINICAL

XXIV DOMINGO DEL TIEMPO DEL ORDINARIO. Ciclo A.


EL PERDÓN CAMBIA EL MUNDO

Ideas principales de las lecturas de este domingo:

- 1ª Lectura: Eclesiástico 27,33-28,9: Perdona la ofensa a tu prójimo, y se te perdonarán los pecados cuando lo pidas.
- 2ª Lectura: Romanos 14,7-9: En la vida y en la muerte somos del Señor.
- Evangelio: Mateo 18,21-35: No te digo que perdones hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete.

Queridos hermanos y hermanas en Cristo: Continuamos el tema del domingo pasado, el de construir la comunidad. Dijimos hace una semana que la vida familiar, social y eclesial se construye sobre la base del amor y que tiene como instrumento de esa construcción la corrección fraterna. Hay otro pilar en la edificación de la comunidad: el perdón de la ofensa del hermano. Nadie es perfecto en la comunidad. Mil veces, sin querer o queriendo, hacemos el mal y ofendemos al hermano. Por eso es necesario el perdón. Jesucristo lo tuvo claro desde el primer momento y nos dejó en el Padrenuestro esta petición: “Perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden”.
Sin embargo, si volvemos a nuestra vida familiar, social y eclesial encontramos, a veces, estas expresiones en nuestras bocas: “Ese no se sentará más en mi mesa”; “el que la hace, la paga”; “conmigo ya ha acabado”; “Santo Tomás, una y no más…”; “yo perdono, pero no olvido”; “nada volverá a ser igual”; “pero que sea la última”. Sin lugar a dudas, son expresiones impropias de un creyente en el Dios de Jesucristo.
Por eso, el autor del libro del Eclesiástico, Jesús Ben Sirá, nos ofrece hoy unos consejos válidos sobre el perdón. Él demuestra un profundo conocimiento de la psicología humana. El rencor es como una víbora que anida en el corazón de “todo hombre”. La persona que alimenta a esa víbora comete el mayor de los errores. El rencor lleva a la venganza. Y esta palabra de Dios que hoy escuchamos rechaza expresamente el espíritu vengativo y promete el perdón al que sabe perdonar.
Jesús en el Evangelio, ante la pregunta de Pedro: “¿cuántas veces le tengo que perdonar? ¿hasta siete veces?, responde: “No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete”. Y con esa respuesta, Jesús quería zanjar esta cuestión del perdón; quería que sus discípulos se enterasen ya que había que perdonar siempre, porque nadie está a salvo del error, y por eso también les propuso esa parábola del siervo malvado, al que su comportamiento le reduce a un tipo egoísta e intransigente, cuando le dice a su compañero: “págame lo que me debes”, olvidando que acaba de ser perdonado por su amo al que debía mucho.
Muchas veces actuamos así como este siervo malvado. Es que con nuestros fallos somos muy comprensivos: “es mi carácter”, “es mi genio”, “es mi debilidad”… Y como el Señor en verdad es “paciente y misericordioso”, según entonaba el salmo, pues hasta nos parece normal que nos perdone. Lo que no es normal es que a nuestros hermanos les apliquemos el rasero de la exigencia, de la dureza y de la intransigencia y les neguemos el perdón.
Y hoy debemos reflexionar preguntando: ¿por qué hay personas incapaces de tratar a los demás como ellos quieren ser tratados? Tal vez, porque piensan sólo en sí mismas y en los frutos inmediatos. Pero lo cierto es que “la verdadera grandeza del hombre se mide por su capacidad de perdonar”. Amén.

sábado, 3 de septiembre de 2011

CATEQUESIS DOMINICAL


XXIII DOMINGO DEL TIEMPO DEL ORDINARIO. Ciclo A.

LA CORRECCIÓN FRATERNA

Ideas principales de las lecturas de este domingo:
- 1ª Lectura: Ezequiel 33,7-9: La misión del profeta es estar alerta a los acontecimientos para desvelar su sentido al pueblo, y así conducirlo por el camino de la conversión. El profeta anuncia los peligros para que el pueblo los evite. Al contrario, si no cumple su misión se convierte en insolidario con el pueblo.
- 2ª Lectura: Romanos 13,8-10: Pablo continúa su exhortación sobre el comportamiento del cristiano en relación con el prójimo. Da consejos sobre la manera como deben vivir los cristianos. Quien ama al hermano le desea lo mejor y no le hace daño.
- Evangelio: Mateo 18,15-20: Uno de los aspectos del amor fraterno es la corrección fraterna. No es tarea fácil, sin embargo, es una constante de la pedagogía de Dios. Amar al prójimo no es siempre sinónimo de callar, muchas veces obliga a hablar, orientar, guiar y corregirle caritativamente. La denuncia del mal favorece el bien.

Queridos hermanos y hermanas en Cristo: La Iglesia, reflejo de la Santísima Trinidad, entraña en su naturaleza el misterio de la comunión. Este misterio no es, sin embargo, algo ya logrado en plenitud. Es también proyecto.
La Iglesia vive este misterio de comunión ante el mundo, como un sacramento. Donde dos o tres se reúnen en nombre de Jesús, Él se hace presente y forma ese misterio de comunión. Él es el principio de unidad y comunión. Nosotros, estamos llamados a vivirlo con vigilancia. El centinela es el profeta que vela y recuerda cuál es la esencia más profunda de la comunidad, del pueblo de Dios. Es necesario estar vigilantes y cuidar de que la comunidad responda a su ser más profundo: la comunión.
Cuando el Señor está en medio de nosotros, nos sentimos hermanos. Así somos capaces incluso de corregirnos con amor y aceptar la corrección por el bien de la comunión. Eso sí, siempre desde la caridad y la comprensión, como el Señor es compasivo y comprensivo con nosotros. Amén.

viernes, 19 de agosto de 2011

CATEQUESIS DOMINICAL

VACACIONES

Queridos hermanos y hermanas en Cristo:
Como casi todo el mundo por estas fechas, nuestro blog también se va a coger unos días de vacaciones. Serán sólo unos pocos días de merecido descanso para las personas que realizamos esta labor evangelizadora a través de las nuevas tecnologías. Pero no por ello queremos dejaros sin la catequesis dominical, que sabemos que seguís con asiduidad cada semana. Así, con un pequeño esfuerzo os dejamos las de los próximos dos domingos en este post.

Nos vemos en Septiembre.

XXI DOMINGO DEL TIEMPO DEL ORDINARIO. Ciclo A.

¿QUIÉN ES JESUCRISTO?

Ideas principales de las lecturas de este domingo:
- 1ª Lectura: Isaías 22,19-23: El profeta Isaías pronuncia un oráculo contra un mayordomo que se ha hecho odioso por su arrogancia. El profeta expresa la destitución y el nuevo nombramiento aludiendo a unos signos de ese cargo. El nuevo mayordomo se dedicará a servir al pueblo. El Señor elige a quien quiere para llevar a cabo sus proyectos.
- 2ª Lectura: Romanos 11,33-36: Pablo, como fuera de sí, habla de la grandeza de Dios. Nadie es capaz de conocer a Dios. Nadie es capaz aconsejarlo. Dios es el origen, el guía y la meta de todas las cosas. Nadie lo puede manipular. Él es don y regalo para todos. Pablo plantea unas preguntas retóricas que esperan una respuesta.
- Evangelio: Mateo 16,13-20: Jesús plantea una doble pregunta a sus discípulos. La primera es modo de encuesta, la segunda es directa para los discípulos: ¿y vosotros? Pedro afirma quién es Jesús. Y el Maestro lo constituye piedra sobre la que se edificará la Iglesia y le da las llaves del Reino de los cielos.

Queridos hermanos y hermanas en Cristo: ¿Quién es Jesús? Es una pregunta importante para ayer y para hoy y mañana. Muchas personas se han preguntado, se preguntan y se preguntarán. Sus contemporáneos dieron respuestas muy diferentes: le llamaron desde embaucador, fanático, poseído por el demonio, hasta considerarlo como profeta.
Hoy las respuestas son diferentes también, desde los ateos (los que no creen en nada), agnósticos (los que dicen que no se puede conocer nada de Dios) a los verdaderamente cristianos (los seguidores de Cristo). La mayoría de las respuestas no llegan a la raíz, a la fe para dar una verdadera definición de Cristo. ¿Quién es Jesús para nosotros? Tenemos que definirnos y responder con claridad desde la fe, no de lo que dicen o hemos leído, etc. ¿Y vosotros qué decís que soy yo? Esta pregunta descoloca a los apóstoles y tal vez también a nosotros. Los apóstoles para responder deben mirarse hacia dentro y escuchar una voz bien distinta de las voces de la calle; nosotros lo mismo.
La respuesta brota de lo alto y expresa una fe profunda. Jesús cambia de nombre a Simón y le otorga el poder de las llaves y de da el sobrenombre de “piedra”. Sólo desde la fe se puede dar una respuesta exacta a la pregunta: ¿quién es Jesús? ¿Cuál es hoy nuestra respuesta? Amén.


XXII DOMINGO DEL TIEMPO DEL ORDINARIO. Ciclo A.

LA LÓGICA DE DIOS Y LA LÓGICA DE LOS HOMBRES

Ideas principales de las lecturas de este domingo:
- 1ª Lectura: Jeremías 20,7-9: El profeta, seducido por Dios, se lamenta amargamente se desahoga con Dios porque su vocación le ha traído disgustos y persecuciones. Sus palabras le hacen odioso al pueblo. Pero el fuego ardiente de la palabra divina le obliga a ser mensajero de Dios. No puede callar a pesar de las persecuciones.
- 2ª Lectura: Romanos 12,1-2: Pablo exhorta a los romanos a que se ofrezcan como holocausto vivo y agradable al Padre. El culto en espíritu y en verdad consiste en ofrecer al Señor cada instante de la vida y a vivir según la voluntad divina.
- Evangelio: Mateo 15,21-28: Jesús anuncia el sentido de su mesianismo en la línea del Siervo sufriente. Pedro reacciona en contra de esta concepción y Jesús proclama que quien quiere seguirle debe cargar con la cruz. La cruz no es término sino camino. Jesús lo dice claramente: el que pierda su vida, el que se vence a sí mismo, el que se olvida de sí mismo, encontrará la vida.

Queridos hermanos y hermanas en Cristo: El misterio profético es una vocación incómoda. Nadie le hizo caso fuera del joven rey Josías que intentó la revolución religiosa y social del pueblo. Vivió momentos de fuerte angustia y crisis personal pero continuó siendo el portavoz de Dios para con su pueblo.
Jeremías llegó a pensar en abandonar su misión profética. Jeremías sufre violencia y opresión por parte de sus contemporáneos. Es considerado loco y traidor, un hombre peligroso por sus ideas subversivas y por esto debe ser eliminado. Jeremías, por estar de parte de Dios, es rechazado por su pueblo. Es el drama de un profeta fiel. Lleva la seducción divina en su corazón y también la amargura de su misión.
Lo que ha sucedido a Jeremías, lo experimenta Jesús. El cristiano, seducido también por Dios, es un profeta. Pero debe ante todo evangelizado por la Palabra divina para poder cumplir su misión de evangelizador. La seducción le debe impulsar a seguir las huellas de Cristo, cargar con la cruz y saber perder la vida para ganarla. Amén.